La investigación desafía la teoría tradicional de una Atlántida sumergida bajo el mar, sugiriendo que podría estar oculta bajo tierra debido a cambios geológicos ocurridos hace milenios.

Era cerca de la medianoche cuando los jóvenes —María (17 años), Javier (18), Lucía (16), Raúl (18) y Carmen (17)— entraron en la propiedad armados únicamente con una linterna y una tabla de ouija hecha a mano.

"Quiero contarte algo que nunca he compartido con nadie por miedo a que piensen que estoy loco" decía el testigo.

El testigo principal, Rafael de Alba, quien reside en Mairena del Alcor, vio y grabó en vídeo este suceso, con claridad, y descartó explicaciones convencionales como satélites o drones.

Particularmente, la capital andaluza ha sido objeto de análisis y conjeturas debido a menciones enigmáticas que parecen augurar desastres naturales o incendios devastadores.

Javier de Andrés, vecino en el barrio de San Diego, ha sido testigo de este intrigante fenómeno.

Al llegar a la majestuosa casa, decidimos que no queríamos tener detalles previos sobre los hechos ocurridos para abordar la situación con la mayor objetividad posible.

El equipo de investigadores que formaba hace unos años (en 2014) tuvo acceso exclusivo al lugar y lo que registramos allí aun nos sorprende.

Misteriosa experiencia de una pareja que vivió, en primera persona, una serie de hechos extraños en su domicilio.

La leyenda cuenta que la maldición de estos cuadros comenzó cuando Bragolin retrató a un niño huérfano de un orfanato.

La historia comenzó cuando María, la madre de la familia, siendo aún adolescente, jugó junto a unos amigos al conocido juego de Begoña, un acto que marcó el inicio de los extraños sucesos que aún la atormentan.

Miguel Ángel Paredes, vecino de la zona de Miraflores, en Sevilla, me indicaba que el sonido del Hum se estaba escuchando en la zona donde reside en Sevilla.