El silencio institucional, unido a una cadena de decisiones poco explicadas, ha desencadenado una tormenta sin precedentes en una hermandad marcada por la tradición, el fervor y una imagen que, para muchos, representa mucho más que una talla devocional.

El comunicado oficial reconoce errores en la restitución al culto de la Virgen de la Esperanza, anuncia dimisiones y confirma que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico supervisará los próximos pasos.

La Hermandad de la Macarena organiza una veneración extraordinaria para mostrar el estado actual de la Virgen tras la polémica restauración. Algunos fieles lloran al verla, otros aún critican la intervención.

La noche del sábado al domingo fue decisiva. De manera discreta y sin anuncio previo, la imagen fue sometida a una tercera intervención, presumiblemente realizada por otro equipo técnico en el que estaba el propio Esteban Sánchez y Carlos Peñuela, en esta ocasión más acertada y revirtiendo la primera intervención tan criticada.

A pesar de la incertidumbre generada por el reciente fallecimiento del papa Francisco y la convocatoria del cónclave para elegir a su sucesor, que comenzará el 7 de mayo, los preparativos siguen su curso.

En su opinión, el crecimiento de las cofradías y las limitaciones de tiempo y espacio hacen inevitable una revisión del modelo.

La tensión entre tradición y masificación, entre excelencia y saturación, dibuja una ciudad que, aunque desbordada, sigue viviendo con intensidad su gran semana

El cielo se tornó gris sobre Sevilla y la lluvia acabó imponiéndose en un Lunes Santo que comenzó con promesas de normalidad y terminó con cofradías buscando refugio bajo el agua.

La primera cofradía en poner su cruz de guía en la calle será la del Cerro del Águila, que inicia su recorrido a las 11:40 h.

El recorrido, que se extenderá hasta las 16:30 horas, incluirá enclaves tan emblemáticos como San Luis, Feria, la plaza del Duque de la Victoria y la carrera oficial, antes de regresar a su templo de origen.

Este 2025, la jornada se inicia temprano en el barrio del Plantinar, donde la Hermandad del Sol introduce cambios en su recorrido: tras atravesar la Enramadilla, la cofradía se adentrará por el Prado de San Sebastián y los Jardines de Murillo, en su camino hacia la Catedral.

Aunque los cuerpos empiezan a acusar el desgaste de la Semana Santa, el fervor no decae. La ciudad, menos bulliciosa que en jornadas anteriores, se entrega a cortejos más sobrios, acordes a la conmemoración de la muerte de Jesucristo.