Cerca de la emblemática Alameda de Hércules se encuentra un edificio que, tras siglos de historia, se convirtió en el epicentro de lo inexplicable: la llamada «Casa de los Secretos». Este edificio, conocido por su historia literaria, fue el escenario de fenómenos paranormales que han desconcertado tanto a sus habitantes como a los investigadores que hemos trabajado en el lugar.
El invierno de 2016 marcó el comienzo de una serie de sucesos que cambiaron la percepción de quienes visitaron la casa. Durante una de las rutas misteriosas por Sevilla, un matrimonio se acercó a mi persona con una solicitud urgente: “En el piso debajo de donde vivimos están ocurriendo cosas extrañas. Por favor, venid a investigar”. El relato incluía la caída inexplicable de objetos y un cuadro que parecía haber sido arrancado por una fuerza invisible.
Movido por la curiosidad y el compromiso con lo desconocido se organizó un equipo de investigación de no demasiadas persona, en total éramos cuatro. Al llegar a la majestuosa casa, decidimos que no queríamos tener detalles previos sobre los hechos ocurridos para abordar la situación con la mayor objetividad posible.
Pruebas y fenómenos sorprendentes
Desde el inicio, los fenómenos desafiaron la lógica. Los medidores de campos electromagnéticos (EMF), que normalmente registran valores entre 30 y 60, mostraron lecturas de hasta 347, una cifra alarmante para un lugar sin aparatos eléctricos en funcionamiento.
Las sesiones de psicofonías revelaron una presencia en aquel piso. En una habitación donde los testigos afirmaban haber visto una «silueta negra», el equipo utilizado por nosotros fueron grabadoras de audio normales, cámara de vídeo y una “Spirit Box” para intentar establecer comunicación. Las respuestas fueron claras y desconcertantes:
Pregunta: “¿Cuál es tu nombre? ¿Con quién quieres hablar?”
Respuesta: “Con… Pilar…”
Más adelante, al preguntar si deseaba la presencia de otra persona, una voz respondió: “Juan”. Lo más desconcertante llegó cuando, durante la sesión, una moneda de un euro apareció en el suelo. Ninguno de los presentes la reconocimos como propia. Posteriormente, los propietarios revelaron que esa moneda podría estar relacionada con una tradición familiar: Pilar es una de las personas relacionadas con la familia, la abuela de Juan solía darle un euro cada domingo antes de fallecer. Esa misma habitación había sido su dormitorio. Cuando menos resulta muy curioso.
En este mismo lugar investigaron, junto a nosotros, amigos de la talla de Lorenzo Fernández, Laura Falcó o Juan José Revenga, con resultados que eran llamativos, especialmente en torno a un cuadro en el rellano de la escalera.
Dos años después
El caso parecía cerrado, pero, como ocurre con los misterios, la actividad paranormal resurgió. Dos años y medio después, mientras salía del cine Alameda, me encontré con el propietario de la casa: “Tienes que hablar con mi mujer. Otra vez hay jaleo”.
De vuelta en la propiedad, los fenómenos habían evolucionado. El ascensor, operado con llave, subía y bajaba sin intervención. Un detector de movimiento infantil, desconectado de la corriente, comenzó a funcionar solo. Las mediciones de EMF registraron valores aún más altos, alcanzando entre 389 y 401, superando cualquier expectativa previa. Nuevas sesiones psicofónicas arrojaron resultados impactantes. Una voz, aparentemente conectada a un antiguo residente de la casa, comenzó a responder:
Pregunta: “¿Qué quieres de esta familia?”
Respuesta: “Frío… frío…”, «mis medicinas», «9 de enero».
Todo parecía muy incoherente pero no para uno de los propietarios que, visiblemente afectado, explicó que esas palabras habían sido las últimas pronunciadas por su padre antes de morir. Como médico, también hablaba constantemente de «medicinas». Además, su fallecimiento ocurrió un lunes día 9, coincidiendo con los datos mencionados por la voz.
A pesar del escepticismo que rodea a este tipo de experiencias, los datos objetivos recogidos por los instrumentos, junto con las correlaciones históricas y personales, confirman que algo inexplicable ocurre en la «Casa de los Secretos». Las manifestaciones no solo se limitan a sonidos y movimientos, sino que también parecen conectar con recuerdos y emociones profundamente arraigadas en quienes han habitado el lugar.
Hoy día conozco el enigma de la «Casa de los Secretos» que, por confidencialidad con sus propietarios, no puedo desvelar. Sevilla, una ciudad llena de historias inexplicable y encuentra en esta casa un testimonio vivo que el misterio está más cerca de lo que imaginamos. ¿Será posible que los ecos del pasado se manifiesten en nuestro presente? Quizás algún día se revele la verdad completa. Por ahora, la «Casa de los Secretos» sigue siendo eso: un secreto que no deja de intrigar.