El boticario y astrólogo francés Michel de Nostradamus, figura enigmática del siglo XVI, ha cautivado a generaciones con sus profecías, un legado de versos crípticos cargados de metáforas y alusiones que han dado pie a numerosas interpretaciones. A lo largo de los años, sus escritos se han relacionado con eventos de magnitud catastrófica, algunos de los cuales han resonado en ciudades españolas como León, Barcelona y Sevilla. Particularmente, la capital andaluza ha sido objeto de análisis y conjeturas debido a menciones enigmáticas que parecen augurar desastres naturales o incendios devastadores.
Las centurias y Sevilla: entre fuego y misterio
En la Centuria VI, XIX, Nostradamus menciona de forma inquietante a Sevilla, haciendo referencia a un misterioso «buey monstruoso» y al fuego: «La verdadera llama engullirá a la dama, que querrá arrojar los inocentes al fuego, al llegar al asalto el ejército se inflama, cuando en Sevilla monstruoso buey sea visto«.
Este verso ha sido objeto de múltiples interpretaciones que apuntan a un presagio de incendios o catástrofes naturales en la ciudad. Algunos estudiosos sugieren que el «buey monstruoso» podría ser una metáfora de un peligro incontrolable, como un gran incendio, mientras que “la verdadera llama” y el “ejército que se inflama” podrían aludir a las labores de los bomberos ante un siniestro de gran magnitud.
La conexión de esta profecía con el presente se ve reforzada por los crecientes problemas medioambientales que afectan a Andalucía. Las intensas sequías y las altas temperaturas de los últimos años han favorecido el aumento de incendios forestales en la región, lo que añade un matiz de actualidad a las palabras del astrólogo.
¿Podría estar relacionado con la enfermedad de la Peste y la quema de muertos?
La profecía de Nostradamus podría estar relacionada con Sevilla pueda vincularse tanto con los episodios de la peste como con las actividades de la Inquisición Española. Las interpretaciones encajan en el contexto histórico de la ciudad:
Relación con la peste y la quema de muertos: «La verdadera llama tragará a la dama».
Esto puede interpretarse como una alusión a los grandes incendios utilizados para quemar cuerpos infectados durante las epidemias de peste. Sevilla sufrió varias olas de peste, siendo la más devastadora la de 1649, que diezmó la población de la ciudad. Las autoridades a menudo quemaban cadáveres para prevenir la propagación de la enfermedad, y el «tragar a la dama» podría simbolizar el sacrificio de vidas humanas.
«Querrá poner los Inocentes sobre el fuego»: Durante la peste, incluso quienes no estaban enfermos a menudo eran sacrificados por la desesperación y el caos generalizado. La frase también podría representar la percepción de la enfermedad como un castigo divino, lo que llevaba a medidas extremas para intentar apaciguar a las fuerzas sobrenaturales.
«Cerca del asalto el ejército se inflama»: Esto podría interpretarse como el impacto devastador de la peste en Sevilla, que afectaba tanto a civiles como a las estructuras sociales y militares. En una ciudad debilitada por la enfermedad, cualquier conflicto militar o presión externa podría exacerbar el sufrimiento.
«Monstruo como buey sea visto»: La imagen del «monstruo como buey» podría simbolizar la peste misma, que era percibida como un castigo monstruoso. También podría aludir a fenómenos físicos relacionados con la enfermedad, como los bubones y deformaciones visibles en los afectados, que habrían generado temor entre la población.
León, Barcelona y Sevilla: ciudades marcadas en la Centuria I, LXXIII
Otra de las centurias que menciona a Sevilla, la I, LXXIII, incluye a esta ciudad junto con León y Barcelona, además de referencias a otras regiones como Francia y el norte de África: «Francia tiene cinco partes por negligencia asediadas, Túnez, Argal acometidas por persas: León, Sevilla, Barcelona caída, no tendrá la flota por los venecianos«.
Aunque no especifica el tipo de adversidad que sufrirán estas ciudades, los analistas han vinculado este texto con posibles fenómenos naturales o conflictos políticos que podrían afectar a Europa y sus alrededores. En el caso de Sevilla, las interpretaciones se centran en la vulnerabilidad de la ciudad frente al cambio climático, especialmente los incendios forestales que han azotado Andalucía en los últimos años.
Mientras algunos ven en estas palabras un eco de futuros posibles, otros lo interpretan como un juego literario que, cinco siglos después, sigue alimentando el misterio en torno a uno de los personajes más fascinantes de la historia. ¿Será Sevilla realmente escenario de algún suceso importante y/o trascendental o simplemente una de las tantas ciudades atrapadas en el enigma de los versos de Nostradamus? Solo el tiempo lo dirá.