La Esperanza Macarena y el reloj del Hospital de las Cinco Llagas

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Imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena.
La Macarena y la leyenda del reloj.

En el barrio de La Macarena reside una imagen de singular dulzura y fervor: la Esperanza Macarena. Fundada en 1595 por los hortelanos del Convento de San Basilio, la hermandad de «La Macarena» se trasladó en 1670 a su emblemática sede en San Gil, y posteriormente a su actual templo basílica.

La imagen de la Esperanza, de autoría anónima del siglo XVII, emana una belleza celestial que inspira una profunda devoción en sus fieles. Muchos la consideran una obra de arte celestial, esculpida por manos angelicales aunque los talleres de Pedro Roldán parecen haber sido su «cuna».

La historia de la Macarena y el Hospital de las Cinco Llagas tiene raíces más profundas. Se rumorea que la imagen originalmente perteneció al hospital, y que fue intercambiada por un reloj de pared a mediados del siglo XIX.

La leyenda y el miedo

Una fascinante leyenda envuelve el origen de la Virgen de la Esperanza Macarena. Se dice que un viajero italiano, en camino a las Indias, enfermó y fue llevado al antiguo Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla. Tras su muerte, un año después, al abrir su maleta, se encontraron con una sorpresa inimaginable: la cara y las manos de una hermosa Virgen.

La leyenda cuenta que si la Esperanza Macarena cruzaba de nuevo las puertas del hospital, volvería a ser propiedad de la institución. Este pacto infundió un temor reverencial en la hermandad, que durante años – según la leyenda- evitó a toda costa que la imagen regresara al hospital.

La Esperanza Macarena es una imagen que no solo despierta devoción, sino que también evoca fascinación por su rica historia y las leyendas que la rodean. Su presencia en Sevilla es un símbolo de fe, esperanza y tradición que pervive a través de los siglos.

La historia de la Macarena está plagada de acontecimientos fascinantes. A mediados de la década de 1930, durante la estación de penitencia de 1937, la hermandad realizó una visita a los enfermos del Hospital de las Cinco Llagas. Tras la emotiva visita, la imagen regresó a su sede temporal en la Anunciación.

Debido a la distancia, se decidió que al año siguiente la Esperanza pernoctaría en la iglesia del Hospital, regresando a San Gil el Domingo de Resurrección. Esta tradición se repitió hasta 1942, cuando la imagen volvió a su iglesia original.

La Esperanza Macarena: Entre la leyenda y la realidad

Momentos de tensión se vivieron cuando la Esperanza Macarena regresó al Hospital de las Cinco Llagas en 1942. Algunos temían que la imagen les fuera arrebatada, aferrándose a una antigua leyenda que estipulaba que si la Virgen cruzaba de nuevo las puertas del hospital, volvería a ser propiedad de la institución.

A pesar de los recelos, la Esperanza regresó a su templo junto a la Muralla. La fe y el fervor del pueblo sevillano invalidaron la antigua cláusula, consolidando la profunda devoción que la ciudad siente por su Madre.

Otra historia singular envuelve a la Macarena, se cuenta que un hombre, en un estado deplorable de ebriedad, arrojó su vaso contra la imagen durante una Semana Santa. Años después, el mismo hombre, arrepentido y conmovido por la Virgen, realizó su penitencia encadenado, descalzo y con grilletes.

Este hecho, narrado por la periodista Carolina de Soto y Corro en el diario «La Andalucía» en 1892, y posteriormente por Juan Carrero Rodríguez en «ABC» de Sevilla en 1985, es un ejemplo del poder transformador de la fe. La Esperanza Macarena no solo inspira devoción, sino que también ofrece redención a aquellos que se arrepienten de sus errores.

La historia de la Esperanza Macarena está llena de momentos inolvidables que la convierten en una figura emblemática de Sevilla. Su legado de fe, esperanza y transformación continúa vivo en el corazón de sus devotos.