La imagen del pantano de Melonares, en la Sierra Morena, rebosante y desembalsando agua, simboliza el cambio radical en las reservas hídricas de Sevilla. Tras un 2024 marcado por la amenaza de restricciones, las recientes lluvias han garantizado el suministro de agua para la ciudad y su área metropolitana hasta 2030. Según Emasesa, la empresa metropolitana de aguas, los embalses alcanzan hoy el 69,9% de su capacidad total, acumulando 448,29 hectómetros cúbicos.
De la sequía a la abundancia: un giro en un año
Hace apenas un año, la preocupación por la sequía dominaba el panorama andaluz. En eventos como Fitur, se discutían posibles restricciones de agua debido a la escasez de lluvias, un problema agravado por el aumento del turismo en verano. Sin embargo, la primavera de 2024 marcó el inicio del cambio, especialmente con la llegada de la borrasca Nelson durante la Semana Santa. Aunque las lluvias de otoño, asociadas a diversas DANA, no fueron suficientes para revertir del todo la situación, el comienzo de 2025 trajo consigo la borrasca Gaoré, que consolidó la recuperación hídrica.
Gracias a estas precipitaciones, el nivel de los seis embalses que abastecen Sevilla ha experimentado un ascenso significativo. Los pantanos de Zufre, Aracena, Cala, Minilla, Melonares y Gergal han duplicado sus reservas en un año, pasando del 35% al actual 70%. La aportación total durante 2024 fue de 224,14 hectómetros cúbicos.
Melonares y Gergal: protagonistas del desembalse
Dos de los embalses del sistema han comenzado a desembalsar agua debido a su nivel máximo de capacidad. El primero fue el Gergal, el más pequeño de la red, con 35,04 hectómetros cúbicos, que está al 100%. Este pantano actúa como receptor del agua de los otros cinco embalses.
El segundo ha sido Melonares, el de mayor capacidad, con 185,6 hectómetros cúbicos. Este pantano, ubicado entre El Pedroso y Castilblanco de los Arroyos, fue incorporado al sistema de abastecimiento en la última década tras décadas de planificación y construcción. Su construcción fue impulsada especialmente tras la severa sequía de los años 90.
Aportaciones de Gaoré: seis meses de agua para millón y medio de personas
La borrasca Gaoré ha sido determinante para alcanzar la actual situación. En solo un mes, las reservas han aumentado 10 puntos porcentuales, con incrementos destacados en pantanos como Cala (20 puntos más), Minilla (16 puntos) y Aracena (15 puntos). Según Emasesa, estas lluvias han supuesto una aportación total de 60 hectómetros cúbicos, suficiente para abastecer a millón y medio de personas durante seis meses.
Con los niveles actuales, Sevilla enfrenta un panorama hídrico mucho más favorable que en años recientes. Los esfuerzos por optimizar la gestión del agua, sumados a la recuperación natural propiciada por las lluvias, garantizan el suministro hasta 2030, salvo eventos excepcionales. Este cambio de ciclo pone fin, al menos por ahora, al fantasma de las restricciones.