
Escándalo millonario en Sevilla por las 'mordidas' en el Puente del Centenario que salpican al Gobierno, el presidente Pedro Sánchez pide perdón
El documento señala que parte de ese aumento presupuestario habría servido para financiar mordidas ilegales de hasta 550.000 euros, en beneficio de figuras cercanas al poder

Una de las infraestructuras clave para Andalucía se ha convertido en el epicentro de uno de los mayores escándalos de corrupción política de la última década en España. La ampliación del Puente del Centenario de Sevilla, inicialmente presupuestada en más de 71 millones de euros y finalmente inflada hasta superar los 102 millones, ha quedado bajo sospecha tras un explosivo informe de la Guardia Civil. El documento señala que parte de ese aumento presupuestario habría servido para financiar mordidas ilegales de hasta 550.000 euros, en beneficio de figuras cercanas al poder.
El epicentro de esta trama se sitúa en las conversaciones intervenidas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en las que se detalla cómo se repartían presuntamente las comisiones ilegales derivadas de adjudicaciones de obra pública. El ya dimitido secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, es acusado de haber gestionado pagos ilícitos que beneficiarían al exministro José Luis Ábalos y a su entonces asesor, Koldo García. Según el informe, las presuntas comisiones se derivaron de contratos inflados como el del Puente del Centenario, además de otras adjudicaciones en Logroño y Sant Feliu de Llobregat.
El informe policial no deja lugar a dudas: Cerdán presionó para que se cerrara la licitación de la obra sevillana ya en 2019, incluso antes de que el contrato fuera oficialmente publicado. Los agentes detectaron una “estructura jerárquica” entre Cerdán y Koldo, con el primero como figura de mando y enlace con las constructoras, especialmente Acciona, presuntamente beneficiada con contratos a cambio de sobornos.
La cuantía total del dinero que se sospecha fue desviado mediante mordidas asociadas a estas obras asciende a más de un millón de euros, según las estimaciones iniciales. De ellos, 550.000 estarían directamente vinculados al proyecto de Sevilla, una obra que, paradójicamente, sigue en ejecución.
Pedro Sánchez pide perdón pero descarta dimitir
La presión política ha sido inmediata. En una tensa comparecencia ante los medios, el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, asumió públicamente el coste político del escándalo: “Quiero pedir perdón a la ciudadanía y a los militantes”, declaró con semblante grave desde la sede socialista en Ferraz.
Sin embargo, Sánchez se mantuvo firme en su decisión de no dimitir ni disolver las Cortes. Anunció la renovación de la Ejecutiva del partido, una auditoría externa de las cuentas del PSOE y reconoció que la permanencia de Santos Cerdán en la dirección se había alargado más de lo debido, a pesar de las alertas públicas sobre sus vínculos con la trama. “No debimos confiar en él”, afirmó el jefe del Ejecutivo, marcando distancias con su hasta ahora hombre de máxima confianza en la organización del partido.
El caso Koldo y el daño estructural a la obra pública
El “caso Koldo”, como ya lo han bautizado los medios, pone en entredicho la transparencia de los procesos de contratación pública en algunas de las principales obras de infraestructura del país. En el caso del Puente del Centenario, la investigación revela que el sobrecoste millonario podría no estar justificado por cuestiones técnicas, sino por pagos ilícitos acordados con antelación a la adjudicación.
El magistrado del Tribunal Supremo encargado del caso, Leopoldo Puente, ve indicios sólidos de delitos de organización criminal y cohecho y ha ofrecido a Cerdán declarar de forma voluntaria. Su dimisión como diputado ha eliminado los privilegios de aforado y podría derivar en una imputación formal en las próximas semanas.
Mientras tanto, el daño político es ya incalculable. El escándalo golpea al núcleo duro del PSOE en un momento de fragilidad para la coalición de Gobierno, con socios como Sumar exigiendo medidas ejemplares para continuar apoyando al Ejecutivo.
Una infraestructura, el Puente del Quinto Centenario, marcada por la sombra de la corrupción
El Puente del Centenario, emblema del desarrollo infraestructural de Sevilla y pieza clave del anillo metropolitano, ha pasado de ser símbolo de progreso a mancha de corrupción. Las obras para ampliar su capacidad y sustituir los tirantes, necesarias para aliviar el tráfico del puerto y el área metropolitana, quedan ahora bajo sospecha.
La ciudadanía sevillana contempla con estupor cómo el dinero destinado a mejorar sus infraestructuras ha podido alimentar una red de corrupción política. La confianza en las instituciones y en la limpieza de los procesos administrativos está gravemente dañada.
Pedro Sánchez ha prometido transparencia y "tolerancia cero", pero la pregunta sigue en el aire: ¿cuántos puentes más están construidos sobre cimientos corruptos?