La arquitectura del Palacio de los Sánchez-Dalp era un canto al pasado andaluz, con referencias a los estilos plateresco y mudéjar, pero al mismo tiempo, incorporaba elementos innovadores que lo situaban a la vanguardia de la arquitectura de su tiempo.
El siglo XX trajo consigo un período de declive para el palacio, cuando dejó de ser residencia noble para convertirse en un almacén, perdiendo gran parte de su magnificencia original.
Fue en 1930 cuando la casa encontró su verdadero hogar, Manuel de Salinas Malagamba, un apasionado de la historia y el arte, adquirió la propiedad y la convirtió en su residencia.
Los Bucarelli, una familia de comerciantes enriquecidos por el comercio con las Indias, alcanzaron una posición de gran relevancia en la sociedad sevillana.
Este monarca, que reinó en Castilla desde 1217 hasta 1252 y en León desde 1230 hasta 1252, es recordado por su papel fundamental en la expansión del territorio cristiano y la unificación de los reinos de Castilla y León.
Reconocida como Bien de Interés Cultural, este inmueble se ha convertido en un centro neurálgico de la vida vecinal y en un espacio donde se promueven diversas actividades culturales y sociales.
Rodeado por una arquería de dos plantas sobre columnas, este espacio destaca por sus yeserías diseñadas por Diego López Bueno y su fuente de mármol blanco de origen italiano.
Sus paredes hablan de personajes ilustres, su suelo conserva las huellas de generaciones pasadas y sus árboles nos ofrecen un remanso de paz en medio del bullicio de la ciudad