Estaba situada cerca de la desembocadura del río Guadalquivir, que era una importante vía de comunicación, y tenía acceso al mar Atlántico, lo que facilitaba el comercio con otras culturas del Mediterráneo
La torre, con su planta octogonal de lados irregulares, alberga dos dependencias principales: una en planta baja y otra en la principal, con salida a la cubierta superior y rematada por un antepecho almenado.
La monumentalidad del ábside y la ausencia de otros edificios con características similares en la Itálica de la época sugieren que este espacio podría haber tenido un significado religioso especial.
En 1887, María Josefa Pickman y Martínez de la Vega, viuda del marqués de Pickman, mandó erigir un monumento en honor a Colón en los jardines del monasterio.