Sevilla vive una Semana Santa de contrastes, entre la excelencia cofrade y la presión del modelo actual

La Semana Santa de Sevilla sigue siendo un acontecimiento de primer nivel, pero también muestra signos de agotamiento en su modelo organizativo

Actualizado:
Cofradía por las calles de Sevilla.
Hermandad del Beso de Judas por Las Setas de La Encarnación.

La Semana Santa de 2025 deja en Sevilla una estampa tan brillante como compleja. Las cofradías han regresado con fuerza a las calles tras un 2024 complicado, y lo han hecho rozando el pleno: apenas nueve hermandades no realizaron su Estación de Penitencia. Sin embargo, el relato no es uniforme. Entre la excelencia musical, los estrenos patrimoniales y el mimo en los detalles, surgen también tensiones en la organización, la movilidad y el modo en que se vive la fiesta.

Una música de altura, pero con matices

El nivel interpretativo de las bandas ha sido, una vez más, sobresaliente. La calidad parece ya una norma, y muchas de las formaciones han ofrecido auténticas exhibiciones sonoras. No obstante, el repertorio elegido por algunas agrupaciones ha generado debate: en ciertos momentos, el virtuosismo se impuso sobre el recogimiento, desdibujando el papel de la música como acompañamiento al paso procesional.

Estrenos que engrandecen el patrimonio

Entre los estrenos más destacados, brilla con luz propia el nuevo manto de la Virgen de la Consolación, de la Hermandad de la Sed. Una obra de gran categoría que realza el conjunto del palio y que se perfila como uno de los grandes hitos patrimoniales del año. Otros estrenos, como los nuevos pasos del Sábado de Pasión o las renovaciones musicales, han contribuido a consolidar el alto nivel artístico de la Semana Santa sevillana.

La flor, a pesar del agua

Ni la lluvia ha podido empañar el esmero con el que las hermandades han cuidado los exornos florales. La planificación y el gusto demostrado por los equipos de priostía han sido dignos de elogio, con composiciones equilibradas y cargadas de sentido, incluso en condiciones meteorológicas adversas.

Clima incierto y decisiones valientes

Aunque las previsiones fueron claras, la meteorología volvió a jugar su papel. Cofradías como San Benito decidieron seguir su camino incluso bajo una inesperada granizada, demostrando determinación. En contraste, otras hermandades optaron por la cautela, manteniéndose dentro de sus templos o regresando tras sacar su primer paso, como fue el caso de Las Aguas.

Exceso de público y límites de espacio

El otro gran protagonista de esta Semana Santa ha sido el público. La afluencia masiva ha convertido en intransitables jornadas tradicionalmente tranquilas, como el Jueves o el Sábado Santo. En muchos casos, las medidas de seguridad –aforamientos restrictivos, vallados excesivos– han generado más incomodidades que soluciones, provocando calles vacías donde debería haber ambiente, y embudos donde se requería fluidez.

Entre lo sagrado y lo escénico

No han faltado tampoco críticas hacia parte del público que, más que vivir la Semana Santa como manifestación de fe, parece acercarse a las cofradías como si de un espectáculo se tratara. Los abucheos a decisiones internas, como las de la Hermandad de San Esteban, o la búsqueda constante de momentos impactantes, han reabierto el debate sobre el modelo de Semana Santa que se está fomentando.

Carrera Oficial y horarios: un modelo agotado

La imagen desangelada de las últimas cofradías al pasar por la Carrera Oficial vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de revisar el sistema actual. Los horarios tardíos y la sensación de una Semana Santa “eterna” reclaman un nuevo enfoque más acorde con la realidad social, logística y devocional de la ciudad.

Un brillo que también saca a relucir las costuras

La Semana Santa de Sevilla sigue siendo un acontecimiento de primer nivel, pero también muestra signos de agotamiento en su modelo organizativo. La tensión entre tradición y masificación, entre excelencia y saturación, dibuja una ciudad que, aunque desbordada, sigue viviendo con intensidad su gran semana. La ilusión permanece, pero es necesario repensar los mecanismos que la sostienen.

La próxima cita está ya en el horizonte: el Cristo del Cachorro procesionando por las calles de Roma. Sevilla no descansa. Pero quizá sí deba pararse un momento a reflexionar.