La Hermandad de la Macarena ha decidido tomar cartas en el asunto y resolver, cuanto antes, la situación generada en torno a la imagen de la Virgen de la Esperanza. La Junta de Gobierno actual propondrá próximamente al cabildo de hermanos una intervención definitiva sobre la talla, con el objetivo de que esté restaurada y repuesta al culto antes de que se celebren las elecciones previstas para el mes de noviembre.
La prioridad es que la futura Junta, que será elegida en esos comicios, asuma su mandato con la imagen ya completamente restablecida y libre de controversias. Con esta decisión, se descarta por completo la posibilidad de prorrogar el mandato actual o de dimisiones anticipadas, ya que el hermano mayor ha manifestado su intención de finalizar su etapa según lo previsto.
La intervención que se llevó a cabo semanas atrás generó una gran polémica entre los fieles y la ciudadanía. El aspecto del rostro de la Virgen sufrió cambios visibles que provocaron una fuerte reacción emocional entre los devotos. La alteración de su expresión tradicional y la modificación de elementos como las pestañas o el color de la piel encendieron el debate, provocando incluso protestas a las puertas de la basílica y una oleada de críticas en redes sociales y medios de comunicación.
Tensión y petición de dimisión para el hermano mayor de la Macarena
Como respuesta a este clima de tensión, se realizaron dos ajustes de urgencia en la imagen para corregir parte de los cambios más polémicos. Sin embargo, el malestar no se disipó del todo, y fue entonces cuando la hermandad decidió recurrir a expertos independientes para evaluar el estado actual de la talla y determinar las acciones a seguir.
Con esta nueva fase, el plan es encargar un estudio detallado a profesionales cualificados en conservación y restauración (a Pedro Manzano y al IAPH), que elaborarán informes técnicos antes del verano. Estos informes servirán de base para que el cabildo de hermanos elija quién será el encargado de llevar a cabo la restauración definitiva y bajo qué condiciones.
Desde la hermandad se apuesta ahora por la transparencia, el consenso entre los hermanos y el respaldo técnico, para garantizar que la Virgen recupere su fisonomía tradicional, respetando tanto el valor devocional como patrimonial de la imagen. La restauración se iniciará tan pronto como se hayan cumplido todos los trámites y se dispongan de las autorizaciones necesarias.
Aunque desde las autoridades eclesiásticas no se ha emitido aún ninguna medida formal, no se descarta que pueda producirse algún tipo de advertencia o llamada de atención por la forma en la que se gestionó la intervención inicial, que ha sido considerada por muchos como precipitada y poco clara.
La Hermandad de la Macarena se enfrenta a un momento clave en su historia reciente. La solución elegida busca sanar no solo la imagen física de su Virgen más querida, sino también la confianza de sus hermanos y devotos, que esperan ver pronto a la Esperanza Macarena tal y como la recuerdan: intacta en su mirada, su expresión y su espíritu.