El Palacio del Marqués de la Motilla, evocación medieval en el Corazón de Sevilla

Sus muros han sido testigos de siglos de historia, y sus salas aún resuenan con el eco de las antiguas tradiciones sevillanas

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Torre del Palacio de la Motilla.
Palacio de Solis o de la Morilla en calle Imagen.

Enclavado en el corazón histórico de Sevilla, en la confluencia de las calles Laraña y Cuna, se erige el majestuoso Palacio del Marqués de la Motilla. Esta imponente construcción, que evoca la arquitectura medieval, es en realidad un proyecto del siglo XX que nació de la necesidad de adaptar el antiguo edificio a las nuevas exigencias urbanísticas de la ciudad.

La historia del palacio se remonta a principios del siglo XX, cuando la calle Laraña fue objeto de una importante operación de ensanche. Esta intervención obligó a reformar la fachada del edificio, que originalmente pertenecía al Marqués de Valencina y de la Motilla. Las obras, iniciadas en 1921 y finalizadas en 1931, se prolongaron durante varios años debido a las dificultades técnicas derivadas del ensanche.

Consciente de la importancia de este proyecto, el Marqués de la Motilla encomendó su realización a dos destacados arquitectos. Por un lado, el italiano Gino Coppedè, reconocido por su estilo neogótico, se encargó del diseño general del edificio, inspirándose en la arquitectura medieval florentina. Por otro lado, el arquitecto español Vicente Traver asumió la dirección técnica de las obras, garantizando la ejecución fiel del proyecto.

El resultado de esta colaboración es un edificio singular que combina elementos góticos y renacentistas. Destaca su imponente torre, rematada por almenas que recuerdan al Palacio Vecchio de Florencia. El interior del palacio conserva muchos de los elementos originales, como techos artesonados, suelos de madera y amplios ventanales que permiten disfrutar de la luz natural.

Tras permanecer durante décadas en manos de la familia del Marqués de la Motilla, el palacio fue adquirido en 2022 por un empresario cordobés. Este nuevo propietario se ha mostrado comprometido con la conservación y puesta en valor de este emblemático edificio, que se ha convertido en uno de los tesoros arquitectónicos más destacados de Sevilla.

Un Oasis Medieval en Sevilla

El elemento más distintivo del palacio es sin duda su imponente torre, una verdadera obra maestra de la arquitectura neogótica. Con sus casi veinticinco metros de altura, esta torre se yergue desafiante sobre la ciudad, coronada por una serie de almenas que recuerdan a las del Palacio Vecchio de Florencia, fuente de inspiración para su creador, Gino Coppedè. Los detalles cuidados hasta el último milímetro, como el dentado del voladizo superior o los arcos neogóticos de las ventanas, confieren a la torre un aire de auténtico castillo medieval.

Pero la belleza del Palacio del Marqués de la Motilla no se limita a su torre. La fachada principal, que da a la calle Laraña, es una auténtica obra de arte. Sus almenas, que coronan toda la fachada, y su galería de arcos de medio punto, que le confieren un aspecto de claustro medieval, crean una atmósfera de serenidad y misterio.

La fachada que da a la calle Cuna, aunque de estilo más regionalista, también ha sido objeto de una profunda remodelación. Un cuerpo saliente, dominado por un elegante mirador, se une a la fachada principal mediante un muro en ángulo, creando una composición arquitectónica de gran belleza y originalidad. Este muro, con sus arcos apuntados y su balcón volado, aporta un toque de ligereza y dinamismo al conjunto.

Un Jardín Secreto

Detrás de este muro en ángulo se esconde un patio-jardín, un oasis de tranquilidad en pleno centro de la ciudad. Este espacio, de reducidas dimensiones pero de gran encanto, ofrece a los habitantes del palacio un lugar donde relajarse y disfrutar de la naturaleza.

El Palacio del Marqués de la Motilla es mucho más que un simple edificio. Es un testimonio del talento de sus creadores y un legado para las futuras generaciones. Su estilo único, que combina elementos góticos, renacentistas y regionalistas, lo convierte en una obra de arte que trasciende las modas y las tendencias.

Visitar el Palacio del Marqués de la Motilla es adentrarse en un mundo de ensueño, donde el pasado y el presente se entrelazan. Sus muros han sido testigos de siglos de historia, y sus salas aún resuenan con el eco de las antiguas tradiciones sevillanas. Un lugar que invita a la reflexión y a la admiración por la belleza y la complejidad de la arquitectura.