Sevilla es una ciudad con su encanto, su Historia y su gastronomía. Si tienes la suerte de pasar un día en la capital hispalense, no te pierdas esta ruta que te llevará por algunos de sus lugares más emblemáticos y te permitirá disfrutar de la auténtica cultura sevillana.
Empezamos el día en las Setas de la Encarnación, una impresionante estructura de madera con un mirador en la parte superior desde el que se obtienen unas vistas panorámicas de la ciudad. Justo al lado, encontramos el Bar Er Tito, un lugar perfecto para tomar un desayuno tradicional sevillano a base de tostada con tomate, aceite y jamón o, si te atreves, la especialidad de la casa: tostada de carne mechada.
Después de desayunar, es hora de bajar las calorías con un paseo por la calle Tetuán, una de las principales arterias comerciales de Sevilla. En el camino, no te pierdas el Bar Blanco Cerrillo, famoso por sus boquerones en adobo, una tapa imprescindible para cualquier amante de la gastronomía andaluza.
Continuamos la ruta hacia la Plaza Nueva, donde se encuentra el bar Casa Moreno, un establecimiento con solera que ofrece una amplia variedad de montaditos, pequeños bocadillos elaborados con pan, ingredientes frescos y mucha imaginación.
Después de comer, podemos aprovechar para visitar algunos de los monumentos más importantes de Sevilla, como la Catedral, el Real Alcázar o la Torre del Oro.
Al caer la tarde, es hora de tapear. En el barrio de Santa Cruz, encontramos una gran variedad de bares donde podemos probar las tapas más típicas de Sevilla, como el salmorejo, las espinacas con garbanzos o las carrilladas al vino tinto.
Para terminar el día, nada mejor que disfrutar de un espectáculo de flamenco en uno de los tablaos de la ciudad.
Esta es solo una propuesta, ya que Sevilla ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar de un día inolvidable.
Entre monumentos, tapas y dulces
Comienza tu mañana en la Catedral de Sevilla, una imponente obra maestra de la arquitectura gótica que alberga la tumba de Cristóbal Colón. Admira la Giralda, símbolo de la ciudad, y pasea por el Barrio de Santa Cruz, un laberinto de callejones estrechos y plazas llenas de encanto.
Para el almuerzo, dirígete al bar Las Columnas, un clásico sevillano donde podrás probar el famoso montadito de pringá (carne de cerdo mechada) y un refrescante vino dulce. Si prefieres algo más ligero, La Goleta te ofrece deliciosos chicharrones y ensaladilla de gambas.
Por la tarde, visita la Plaza de España, un conjunto monumental que te transportará a la época de la Exposición Iberoamericana de 1929. Desde allí, camina hacia la plaza del Salvador, donde podrás comprar dulces típicos en el Obrador de la Colchona o disfrutar de un café y un buen postre en la Confitería la Campana.
Para finalizar tu día, no puedes perderte el bar El Rinconcillo, el más antiguo de Sevilla y de España. Fundado en el siglo XVII, este lugar ofrece una amplia variedad de tapas y vinos, entre los que destacan las espinacas con garbanzos y las pavías de bacalao.
Y si aún te queda tiempo, date un paseo por las orillas del río Guadalquivir, disfruta de la puesta de sol sobre el puente de Triana y saborea un delicioso helado artesanal en una de las muchas heladerías que bordean el río.
Consejos adicionales
Si viajas en verano, lleva ropa fresca y cómoda, ya que las temperaturas pueden ser altas.
Es importante llevar calzado cómodo, ya que vas a caminar bastante.
No olvides llevar protector solar y sombrero.
Si quieres ahorrar dinero, puedes comprar la Sevilla Card, que te da acceso gratuito a muchos monumentos y transporte público gratuito.
Lo más importante es disfrutar de la ciudad y empaparte de su ambiente. ¡Buen viaje!