En la semana grande de Sevilla, la ciudad se transforma. Las conversaciones en las calles, los bares y las casetas giran en torno a un solo tema: la Feria de Abril. Para quienes deseen presumir de sevillanos de pro o, simplemente, quieran aprobar con nota un simbólico examen sobre esta fiesta tan emblemática, aquí va una guía imprescindible para brillar como auténticos feriantes.
¿Desde cuándo se celebra la Feria de Abril?
La Feria de Abril, tal y como la conocemos hoy, tiene una historia de casi dos siglos. Su primera edición se celebró en 1847 en el Prado de San Sebastián, y aunque ahora es sinónimo de fiesta, trajes de flamenca y alegría, su origen fue ganadero. Durante más de un siglo, fue una feria comercial donde se premiaban los mejores ejemplares de ganado.
¿Qué significa realmente “el Real de la Feria”?
Una expresión muy oída es “vamos al Real de la Feria”, y aunque muchos la interpretan como sinónimo de todo el recinto ferial, su origen es más específico. El “Real” hacía referencia a la zona donde accedían carruajes y caballos al antiguo recinto ferial. Su nombre proviene de la tarifa que se cobraba por ese acceso: un real, la moneda de la época. Con el tiempo, la expresión “ir a la Feria por un real” acabó derivando en el conocido “Real de la Feria”.
¿Por qué las calles de la Feria tienen nombres de toreros?
Pasear por la Feria es también pasear por la historia del toreo. Todas las calles del “Real” llevan nombres de toreros, un homenaje a la profunda vinculación entre la tauromaquia y la Feria. No en vano, hasta 1950 fue una feria ganadera. Cuando se trasladó a Los Remedios, se decidió rendir tributo a figuras del toreo como Juan Belmonte, Curro Romero, Joselito El Gallo o Ignacio Sánchez Mejías, entre otros.
Un consejo: si alguien le cita en la calle “Jesulín de Ubrique”, méfiese… Esa no existe.
¿Cuál es el origen de la portada de la Feria?
Una de las imágenes más icónicas de la Feria es su portada, ese monumental arco de luz y color que cambia cada año. Esta tradición se remonta a 1949, cuando se dictó una ordenanza municipal que establecía su construcción anual y obligatoriamente cambiante. Antes de eso, ya hubo precedentes como la pasarela metálica de 1896 o estructuras como la del Pabellón Central en 1925. Desde entonces, la portada se ha convertido en el símbolo de bienvenida por excelencia.
¿Qué monumento se ha representado más veces en la portada?
Cada edición, la portada se inspira en algún edificio, hecho histórico o monumento significativo. Entre todos, la Plaza de España de Aníbal González es el que más veces ha sido representado, por su majestuosidad y carga simbólica. También han aparecido la Giralda, el Puente de Triana, la Torre del Oro o eventos como la Expo 92 y el centenario del Sevilla FC.
¿De dónde vienen los farolillos?
Imposible imaginar la Feria sin sus farolillos, esos pequeños globos de papel que decoran calles y casetas. Su origen se remonta a 1877, con motivo de la visita de la reina Isabel II. Para unificar la estética del recinto, se encargó al pintor Gustavo Bacarisas una decoración especial, inspirada en lámparas chinas. Con la llegada de la electricidad en 1883, su efecto visual se potenció. En 1983, una ordenanza municipal regularizó su uso.
¿Por qué se bebe manzanilla (o rebujito)?
La bebida por excelencia de la Feria ha ido evolucionando. En sus inicios, el fino era el rey, hasta que fue desplazado por la más suave manzanilla. Hoy, el rebujito —una mezcla de manzanilla y refresco— es el favorito por su frescura. Esta costumbre tiene una explicación práctica: en 1847 no existían frigoríficos, y las barricas, que conservaban el vino a buena temperatura, eran la mejor solución.