Tranvibús, en negro y amarillo, circulando por una carretera de Sevilla Este.
Tranvibús por avenida Alcalde Luis Uruñuela, en Sevilla Este.

Vecinos de Sevilla Este y Torreblanca denuncian nuevos peligros y problemas del tranvibús

Mientras tanto, el tranvibús sigue su curso, entre rotondas que no se entienden, paradas en medio de la carretera y atascos que solo auguran una rentrée muy complicada en septiembre

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El tranvibús, el ambicioso proyecto de transporte lanzado por el Ayuntamiento para conectar los barrios periféricos de Sevilla con el centro, está lejos de ser recibido como una solución eficaz pues, además, ya habían líneas de autobús que llevaban al centro de Sevilla.

Vecinos de Sevilla Este y Torreblanca han alzado la voz a fin de denunciar lo que consideran no solo una medida insuficiente frente a la necesidad de una línea de metro, sino también una fuente creciente de problemas para la movilidad, la seguridad vial y la calidad de vida en sus barrios.

Paradas peligrosas del tranvibús en mitad de la carretera

Uno de los primeros y más alarmantes inconvenientes es el diseño de las paradas, situadas en isletas centrales en mitad de la calzada. Esta ubicación o disposición obliga a los usuarios a cruzar la vía para acceder al vehículo, exponiéndolos a riesgos evidentes.

La preocupación de los vecinos ha ido en aumento tras varios incidentes, incluido un accidente ya registrado en la parada de FIBES. “No es solo incómodo, es peligroso. Hemos avisado de que podía pasar y ya ha pasado”, comenta indignada Ana Rodríguez, vecina en Sevilla Este. “No entendemos por qué no se han hecho las paradas en los laterales, como en cualquier otro transporte urbano. Si no tienes cuidado o vienes rápido te puedes comer la parada, ya ha habido coches y motos que han acabado pegando un frenazo por evitar el golpe, es que está en el medio”.

Reducción de carriles y riesgo de embotellamientos

Otro punto crítico es la reducción del número de carriles en importantes arterias de tráfico. En avenidas como Alcalde Luis Uruñuela, junto a FIBES, o la Avenida de las Ciencias, vías que contaban con tres carriles por sentido ahora han sido reducidas a dos, generando ya retenciones incluso fuera de las horas punta.

“Esto no ha hecho más que empezar y ya estamos viendo atascos. En septiembre, con colegios y oficinas funcionando a pleno rendimiento, esto va a ser un caos”, advierte Francisco Gómez., conductor habitual por la zona.

"Ya verás tú el invento del tranvibús por donde sale" dice un comerciante de la Avenida de las Ciencias. "Las paradas están en todo el medio de la carretera, la gente se va a meter en ese carril, ya se amenaza con multas pero lo cierto es que se ha perdido un carril por sentido, estos son los "lumbreras" del Ayuntamiento".

Rotondas conflictivas y maniobras peligrosas

La convivencia del tranvibús con las rotondas es otro foco de tensión. A diferencia del resto del tráfico, que debe rodear estas glorietas, el tranvibús las atravesará en línea recta, haciendo incluso una especie de "S" en algunos tramos. Esta configuración poco convencional podría generar confusión y riesgo de colisiones.

“No es intuitivo. La gente no sabe cómo comportarse cuando ve venir el tranvibús, y en una rotonda eso es peligrosísimo”, señala un agente de movilidad que prefiere mantener el anonimato.

Un viaje eterno al centro: 45 minutos de trayecto

Y como colofón, la principal crítica de fondo persiste: el tranvibús, por mucho que se maquille, no es una alternativa real al metro. Según publicó recientemente el diario ABC de Sevilla, Tussam tarda en llegar del barrio de Sevilla Este al Centro lo mismo que un viaje a Jerez: una media de 45 minutos.

“Esto evidencia que no es una solución moderna ni eficiente. Lo que necesitamos es una red de metro que de verdad integre a estos barrios con el resto de la ciudad”, clama María del Mar Lara, vecina de la zona de Sevilla Este.

El tranvibús, aunque promocionado como un evidente paso adelante en la movilidad sostenible, está siendo percibido como un "parche" -según los usuarios- que ni resuelve los problemas de tráfico ni garantiza la seguridad o la eficiencia que exige una gran ciudad.

La presión de los vecinos crece, al igual que la sensación de que se ha perdido otra oportunidad de dar respuesta estructural a una demanda histórica: la extensión del metro a los barrios del este de Sevilla -si bien es cierto que el compromiso del Ayuntamiento de hacer llegar el metro a Sevilla Este persiste el periodo de tiempo es a muy largo plazo, décadas-.

Mientras tanto, el tranvibús sigue su curso, entre rotondas que no se entienden, paradas en medio de la carretera y atascos que solo auguran una rentrée muy complicada en septiembre.