Los principales sindicatos sanitarios de Andalucía —CCOO, UGT, CSIF, SATSE— junto a las Mareas Blancas, han lanzado una voz de alarma sobre el estado de la sanidad pública andaluza. En un informe presentado este lunes, las organizaciones advierten de que el sistema atraviesa una situación “caótica” y proponen un ambicioso plan de choque dotado con 1.634 millones de euros. El objetivo: revertir el progresivo deterioro del sistema, mejorar las condiciones laborales de los profesionales y frenar el proceso de externalización de servicios esenciales.
El análisis sindical es contundente. Los datos del informe revelan que Andalucía encabeza los peores indicadores sanitarios del país: la comunidad registra el menor número de médicos y enfermeros por habitante, la mayor demora para conseguir cita en atención primaria, tiempos de espera quirúrgica por encima de los seis meses para un tercio de los pacientes, y la segunda peor espera en consultas externas. A ello se suma la percepción ciudadana: en 2024, los andaluces calificaron con un 5,72 su sanidad pública, la peor nota a nivel estatal.
Un sistema al límite y el colapso sanitario
“Estamos ante un sistema sobrecargado, mal financiado y abandonado a su suerte por la administración”, denuncian los sindicatos. El informe detalla que el gasto sanitario por habitante en Andalucía (1.747,98 euros) se sitúa por debajo de la media nacional (1.937,22) y muy lejos de comunidades como Asturias (686 euros más por habitante) o la vecina Extremadura, que destina 473 euros más. Además, casi la mitad del aumento presupuestario andaluz de 2024 —489 millones— ha acabado en manos del sector privado.
Otro punto crítico señalado por los sindicatos es el exceso de gasto farmacéutico, que absorbe el 16,93% del presupuesto sanitario regional, siendo la segunda tasa más alta del país. Este desvío de fondos, sostienen, impide invertir en infraestructura, equipamiento o tecnología, y contribuye al deterioro de las condiciones laborales del personal sanitario.
Falta de personal y agresiones crecientes
El déficit de recursos humanos se ha convertido en un problema estructural. Según el informe, Andalucía cuenta con 3,1 médicos por cada mil habitantes (incluyendo residentes), muy por debajo de la media nacional (3,7). En enfermería, la situación es aún peor: 4 profesionales por cada mil andaluces, frente al promedio estatal de 4,7. Para igualar estos niveles, la región necesitaría incorporar casi 18.000 profesionales: 5.400 médicos, 5.900 enfermeros y 6.500 trabajadores de otras categorías.
Este contexto de precariedad tiene otras consecuencias graves: en 2024, se registraron 1.866 agresiones a profesionales sanitarios en Andalucía, la cifra más alta desde que existen registros. El dato equivale a cinco agresiones al día y, según advierten las organizaciones, solo refleja los casos denunciados.
Un plan de choque urgente
Ante este panorama, los sindicatos reclaman una intervención inmediata. La propuesta que plantean consiste en un plan de choque de 1.634 millones de euros a ejecutar en un solo ejercicio presupuestario. El dinero estaría destinado a reforzar las plantillas, mejorar la carrera profesional y las condiciones laborales de los trabajadores sanitarios, y garantizar que los servicios se mantengan bajo gestión pública. A largo plazo, proponen un aumento presupuestario aún mayor —hasta 4.084 millones— para equiparar a Andalucía con otras comunidades.
Además, las organizaciones anuncian que comenzarán una ronda de contactos con ayuntamientos y diputaciones andaluzas para recabar apoyo institucional. Su objetivo: presionar a la Junta de Andalucía para que sitúe la financiación sanitaria al menos en la media nacional.
La salud, en juego
Las cifras son elocuentes. La demora media para una cita con el médico de cabecera en Andalucía es de 10,66 días —dos más que la media española y más del doble que en el País Vasco—. En cirugía, un 33,4% de los pacientes andaluces esperan más de seis meses para ser operados, once puntos por encima de la media del Sistema Nacional de Salud. En consultas externas, el 56,5% de las citas se producen con más de dos meses de retraso, incumpliendo la normativa vigente.
Y como telón de fondo, un dato simbólico: la esperanza de vida al nacer en Andalucía es de 82,49 años, 1,28 años menos que la media nacional y casi tres menos que en Madrid. Una cifra que, para los sindicatos, resume el impacto real de la infrafinanciación y el abandono del sistema sanitario público.