
Los médicos alertan que el SAS cerrará más de la mitad de los quirófanos en Sevilla durante agosto
La consecuencia directa será el aplazamiento de intervenciones no urgentes, el incremento de los tiempos de espera para operaciones programadas y una mayor presión sobre los equipos que permanecen activos

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) dejará inactivos más del 55% de los quirófanos en los hospitales públicos de la provincia de Sevilla durante el mes de agosto, según ha denunciado el Sindicato Médico de Sevilla.
Esta medida, estaba contemplada en el Plan de Vacaciones oficial para el verano de 2025, afectando de forma grave a la atención quirúrgica y agravará las ya tensionadas listas de espera.
Los hospitales de referencia en la capital serán los más afectados por el cierre masivo. En el Hospital Universitario Virgen del Rocío, uno de los más grandes de Andalucía, se cerrarán 34 de los 56 quirófanos disponibles, lo que representa una reducción del 60,7% en su capacidad operativa.
Por su parte, el Hospital Universitario Virgen Macarena mantendrá inactivos el 28% de sus quirófanos.
En el hospital comarcal de Osuna quedarán fuera de servicio 4 de sus 6 salas quirúrgicas, un 66%.
En el Hospital de Valme, aunque el SAS no ha precisado cifras concretas, el sindicato anticipa una “reducción relevante” de la actividad quirúrgica, en línea con el resto de centros hospitalarios de la provincia.
No hay personal sanitario
Además del cierre de quirófanos, el sindicato señala la ausencia de sustituciones entre el personal médico especialista como un agravante del problema. “No sólo se cierran quirófanos, sino que no hay personal para mantener una mínima actividad operativa. En el Virgen del Rocío, por ejemplo, no se ha contratado ni un solo especialista médico para el verano”, denuncian los representantes del colectivo profesional.
El panorama se complica aún más con la supresión de guardias presenciales en servicios críticos como Microbiología del Hospital de Valme o Enfermedades Infecciosas del Virgen del Rocío, una medida implantada el pasado verano y que sigue en vigor.
La consecuencia directa será el aplazamiento de intervenciones no urgentes, el incremento de los tiempos de espera para operaciones programadas y una mayor presión sobre los equipos que permanecen activos.
Según el sindicato, esta paralización parcial del sistema quirúrgico responde a una “planificación deficiente” y a “recortes estructurales” que, aseguran, se repiten cada verano y se han convertido en práctica habitual.
“Cerrar quirófanos en verano no puede ser la norma. Esta práctica deja a miles de pacientes esperando una operación y sobrecarga a los profesionales que siguen trabajando”, concluyen desde el Sindicato Médico, que reclama una planificación transparente, con cobertura suficiente de personal y la reversión de los recortes que afectan directamente a la calidad de la atención sanitaria pública.