Las últimas lluvias alivian la crítica situación del agua en Sevilla

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Uno de los embalses que nutre de agua a Sevilla, el de Melonares.
Pantano de Melonares.

El embalse del Agrio, en Sevilla, ha comenzado a desembalsar agua después de alcanzar el 100% de su capacidad. Este pequeño embalse, de 20 hectómetros cúbicos, ha recibido más de 3 hectómetros cúbicos en tan solo 24 horas gracias a las lluvias de Semana Santa.

El Agrio es un embalse importante ya que el Ministerio de Transición Ecológica tiene un proyecto para ampliar su capacidad y utilizar parte del agua para el cierre de pozos agrícolas en Doñana. Actualmente, abastece a un grupo de regantes y a algunas industrias.

Las lluvias también han beneficiado a otros embalses de la provincia de Sevilla. El Gergal, por ejemplo, se encuentra al 76,8% de su capacidad, mientras que el embalse de Melonares, el mayor de abastecimiento urbano de la provincia, ha subido al 59,25% y ha recibido casi un hectómetro cúbico en menos de un día.

En general, las últimas precipitaciones han supuesto una notable mejora en la situación de los embalses sevillanos.

Situación de los embalses

Embalse del Agrio: 100% de capacidad, desembalsando agua.

Embalse del Gergal: 76,8% de capacidad.

Embalse de Melonares: 59,25% de capacidad.

Agua bendita para los sedientos embalses andaluces

Las lluvias de Semana Santa han traído un respiro a los embalses de Andalucía, aunque aún es pronto para cantar victoria.

Los embalses de Sevilla han experimentado una notable mejoría, situándose al 42,9% de su capacidad total. El conjunto de la cuenca del Guadalquivir también ha aumentado su nivel, alcanzando el 30,5%.

Las cuencas gestionadas por la Junta, especialmente las de Almería, Granada, Málaga, Cádiz y Huelva, son las que presentan una situación más preocupante.

En Cádiz, el embalse de los Hurones, que abastece a la zona occidental de la provincia, se encuentra al 73,4% con 99 hectómetros cúbicos almacenados.

Aún es pronto para saber si habrá agua suficiente para la agricultura, el sector más afectado por la sequía. Las poblaciones, por su parte, tienen asegurado el suministro gracias a las lluvias de principios de marzo.

El futuro del arroz, un cultivo que consume grandes cantidades de agua (un hectómetro cúbico por cada 100 hectáreas), dependerá del estado de los embalses en el mes de abril, cuando se produce la siembra.

Las últimas lluvias han sido un bálsamo para los sedientos embalses andaluces, pero aún hay que esperar para ver si son suficientes para cubrir las necesidades de todos los sectores.