
El colapso del techo de la Casa Ibarra, en Alcalá de Guadaíra, posible causa de la muerte de dos trabajadores
El siniestro reaviva el debate sobre la seguridad laboral en obras públicas y el control sobre edificios históricos en mal estado

Lo que debía ser una jornada de trabajo rutinaria se convirtió en una tragedia difícil de olvidar. Dos trabajadores murieron ayer al mediodía sepultados por el derrumbe parcial del techo de la Casa Ibarra, un edificio histórico de Alcalá de Guadaíra en proceso de rehabilitación.
La obra, promovida por el Ayuntamiento desde el pasado marzo, formaba parte de un plan de consolidación del patrimonio cultural de la ciudad alcalareña. Hoy, en cambio, se ha convertido en el eje del luto y las preguntas sin respuesta.
Ambos operarios, naturales de Huétor Tájar (Granada), fueron rescatados sin vida por los bomberos entre los escombros del edificio, declarado como BIC (Bien de Interés Cultural). Un tercer trabajador, sobrino de uno de los fallecidos, logró salir con vida y fue quien dio la voz de alarma.
Uno de los fallecidos, padre de dos hijos, había alertado previamente a sus compañeros sobre el mal estado de la estructura. "Decía que era un edificio viejo, que había que tener mucho cuidado", relató entre lágrimas otro obrero presente, visiblemente conmocionado.
¿Una tragedia anunciada en Alcalá?
Los primeros testimonios recabados en el lugar sugieren que el accidente pudo haberse evitado. La advertencia previa del mal estado del edificio pone en cuestión las condiciones de seguridad de la intervención.
El edificio, deteriorado por décadas de abandono, ya presentaba signos de inestabilidad antes del inicio de la obra. ¿Se hizo una evaluación estructural adecuada? ¿Se tomaron las medidas de refuerzo necesarias antes de iniciar los trabajos?
El sindicato CCOO ha reaccionado con dureza, calificando de “insoportable” el número de muertes laborales en la provincia de Sevilla: 25 en lo que va de año 2025, cuatro más que en todo 2024. “Vamos al trabajo para ganarnos la vida, no para perderla”, indicó Carmen Tirado, secretaria de Salud Laboral. El sindicato exige una investigación rigurosa y no descarta emprender acciones legales si se detectan negligencias.
La construcción vuelve a ser el escenario de una tragedia que se repite con mucha frecuencia. En los últimos tres meses, la provincia ha registrado múltiples muertes por colapsos, caídas o accidentes con maquinaria, tanto en entornos urbanos como rurales. La falta de planificación preventiva, el incumplimiento de protocolos y, en ocasiones, las prisas por cumplir plazos, están detrás de muchas de estas muertes.
La Casa Ibarra no era solo un edificio de carácter histórico pues era también una estructura frágil y potencialmente peligrosa si no se intervenía con extrema precaución. Las autoridades locales han declarado tres días de luto oficial en Alcalá y dos en Huétor Tájar. Pero el luto institucional no puede sustituir a las responsabilidades que deberán depurarse en los próximos días.
La alcaldesa de Alcalá, Ana Isabel Jiménez, se ha comprometido a colaborar con la investigación y ha ofrecido su apoyo a las familias. No obstante, queda por aclarar si existió una evaluación técnica completa del riesgo antes de iniciar la obra, y si se cumplieron todos los estándares legales de seguridad laboral.
La obra pública, especialmente en entornos patrimoniales, requiere no solo de inversión, sino de vigilancia técnica especializada y de una coordinación exhaustiva entre administraciones, arquitectos, aparejadores, empresas adjudicatarias y comités de seguridad.
El accidente no es un número más en la estadística ya que detrás de cada víctima hay familias rotas y marcadas por la pérdida de la tragedia vivida. Los vecinos de Huétor Tájar y de Alcalá no lloran solo a dos trabajadores también lloran la desprotección que aún sufren quienes cada día se juegan la vida levantando muros, techos y ciudades.