Estadio de La Cartuja en Sevilla.
Vista del Estadio Olímpico de La Cartuja.

Caos a la vista: temor en al Ayuntamiento de Sevilla por los partidos del Betis en La Cartuja y los problemas de movilidad

Pero lo cierto es que la oferta actual de trenes y autobuses no garantiza ni la comodidad ni la eficiencia para decenas de miles de personas

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Desde que se confirmó que el Real Betis jugará sus partidos como local en el Estadio de La Cartuja por las obras en el Benito Villamarín, he sentido una creciente preocupación como muchos otros sevillanos.

El principal motivo es que esta zona no está preparada para absorber una afluencia masiva de personas en coche. Ya lo hemos visto en eventos anteriores como los conciertos que se han organizado en el mismo con atascos interminables, conductores frustrados y una evidente falta de planificación en los accesos.

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, pidió a los aficionados que no tomaran su vehículo para ir a los partidos en La Cartuja. Igualmente durante el Debate sobre el Estado de la Ciudad se dejó claro que la infraestructura actual no está a la altura, sobre todo por la falta de un anillo ferroviario cerrado que permita una conexión eficaz de la línea de Cercanías con el resto del área metropolitana.

Aunque se prevé un refuerzo importante de esta línea y la implementación de lanzaderas de Tussam desde puntos estratégicos como Santa Justa, todo sigue pareciendo provisional y limitado incluso improvisado, algo que se ha dejado correr el tiempo y ahora, con escasas semanas para comenzar la Liga todo son nervios y peticiones precipitadas y "mucha comprensión" pero, ¿al aficionado quién lo entiende y le da comprensión ante un atasco de dos horas?

Petición sorprendente del Ayuntamiento de Sevilla a los aficionados del Betis

Desde el Ayuntamiento ya se ha pedido abiertamente a los aficionados del Betis que no utilicen su coche privado para acudir a los partidos. La recomendación es clara como la de usar el transporte público.

Pero lo cierto es que la oferta actual de trenes y autobuses no garantiza ni la comodidad ni la eficiencia para decenas de miles de personas. Aunque Renfe ha anunciado un incremento de frecuencias en la línea C-2 y se habla incluso de transportes gratuitos en días de partido, la sensación general es que llegamos tarde y mal, lo cual va a tener repercusión negativa en todos los que acudan a los partidos.

Cuesta confiar en que unas pocas lanzaderas y un refuerzo puntual en Cercanías vayan a evitar el caos circulatorio. La Cartuja no dispone de suficientes aparcamientos ni una evacuación efectiva -como ha quedado demostrado- ni de una red de transporte público robusta en la zona ante una afluencia masiva.

Además, el acceso peatonal y la señalización tampoco están pensados para la magnitud de un evento futbolístico semanal con decenas de miles de asistentes casa, mínimo, quince días. La idea de desplazarse en bici, moto o patinete puede ser útil para algunos, pero es inviable para familias, personas mayores o quienes vienen desde otras localidades.

Todo apunta a que los primeros partidos servirán como prueba de fuego y va a resultar un caos. El Ayuntamiento cree que con dos o tres encuentros se podrán ajustar los errores, pero, hasta entonces, serán los ciudadanos quienes sufran las consecuencias.

La congestión está casi garantizada y, si no se toman medidas de fondo —no solo parches—, lo que debería ser una fiesta deportiva podría convertirse en un auténtico quebradero de cabeza semanal para muchos.

La situación preocupa por lo improvisado y sin tener en cuenta la realidad del entorno de La Cartuja. Se espera que las medidas funcionen, pero ahora mismo hay más voluntad política que soluciones efectivas.