La Giralda de Sevilla, un símbolo de la ciudad

La torre cuenta con 35 rampas lo suficientemente anchas como para permitir que el encargado de convocar a la oración subiera a caballo

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La Giralda de Sevilla junto a la Catedral.
La Giralda de Sevilla en la Plaza de la Virgen de los Reyes.

La Giralda, símbolo indiscutible de Sevilla, se alza majestuosa sobre la ciudad, contando historias de diferentes culturas y épocas. Su silueta, una armoniosa mezcla de estilos arquitectónicos, la convierte en una obra maestra única en el mundo.

Sus cimientos se remontan al siglo XII, cuando la Sevilla almohade construyó un alminar para su grandiosa mezquita. La maestría de sus arquitectos se refleja en la elegancia del primer cuerpo, con sus arcos ciegos y mocárabes. La torre ascendía hasta los 50 metros, coronada por una cúpula y cuatro esferas doradas que simbolizaban el poder del Islam.

Tras la conquista cristiana de Sevilla en el siglo XIII, la mezquita se transformó en catedral. La Giralda no solo conservó su función como torre campanario, sino que también adquirió un nuevo significado. En el siglo XVI, un cuerpo renacentista se añadió a la cima, duplicando su altura y dotándola de una nueva estética. La veleta, conocida como Giraldillo, figura de bronce que representa el triunfo de la fe, se convirtió en un icono de la ciudad.

Con casi 105 metros de altura, la Giralda domina el paisaje sevillano. Su rica historia y su belleza arquitectónica la han convertido en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es más que una torre, es un símbolo de la ciudad, un referente cultural y un recordatorio de la convivencia de diferentes civilizaciones a lo largo de los siglos.

La influencia de la Giralda ha traspasado fronteras. Réplicas y edificios inspirados en ella se encuentran en diversos lugares del mundo, desde América hasta Japón, perpetuando su legado y su fascinante historia.

La Giralda en la época cristiana

Tras la conquista de Sevilla por Fernando III en 1248, la Giralda experimentó una serie de transformaciones que reflejaban el nuevo contexto religioso y cultural de la ciudad.

La práctica habitual de colocar campanas en los alminares tras la conquista cristiana no se llevó a cabo en la Giralda, posiblemente por respeto a su valor arquitectónico. Sin embargo, en 1356, un terremoto derribó las cuatro esferas doradas que coronaban la torre. La estructura original fue sustituida por una espadaña con una campana, y posteriormente, por una cruz.

A mediados del siglo XVI, la Giralda se sometió a una profunda reforma bajo la dirección del maestro mayor Hernán Ruiz. Se añadió un nuevo cuerpo de campanas de estilo renacentista, duplicando la altura de la torre. La obra se completó en 1568 con la colocación de la veleta conocida como Giraldillo, una estatua de bronce que representa el Triunfo de la Fe.

Detalles artísticos

Las pinturas murales de Luis de Vargas, realizadas entre 1553 y 1558, decoraban la torre con imágenes religiosas. Lamentablemente, estas pinturas se perdieron en una restauración del siglo XIX. La torre también estuvo pintada de color rojizo en el siglo XVI, un detalle que se descubrió durante una restauración reciente.

La Giralda se convirtió en un icono de Sevilla, representando la fusión de culturas y la rica historia de la ciudad. Su silueta única y su imponente altura la convierten en un punto de referencia inconfundible. En la actualidad, la Giralda es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y un monumento que atrae a visitantes de todo el mundo.

La Giralda: los cuerpos

Cada cuerpo de la torre cuenta una historia y refleja un estilo arquitectónico diferente, convirtiéndola en una obra maestra única.

El cuerpo principal

Base sólida: El cuerpo principal de la Giralda, de planta cuadrada perfecta, se asienta sobre cimientos robustos que le han permitido resistir el paso del tiempo y los terremotos.

Orientación hacia los puntos cardinales: Cada uno de sus frentes mira hacia un punto cardinal: oeste hacia el Patio de los Naranjos, este hacia la Plaza de la Virgen de los Reyes, norte hacia la Calle Placentines y sur hacia la Plaza del Triunfo.

Los cuerpos superiores

Un remate renacentista: El remate superior, obra de Hernán Ruiz II entre 1558 y 1568, es un ejemplo del estilo renacentista en su apogeo. Se compone de varios cuerpos diferenciados, cada uno con sus propios elementos decorativos:

1. Cuerpo de campanas

Un espacio sonoro: Este cuerpo, de la misma superficie cuadrada que la parte inferior, alberga las campanas que repican anunciando las horas y los eventos importantes de la ciudad.

Terraza de las azucenas: Coronando este cuerpo se encuentra la Terraza de las Azucenas, adornada con cuatro jarras de azucenas que simbolizan la pureza y la fe.

Decoración simbólica: En la base del cuerpo se encuentran 16 cabezas de león, cuatro por cada frente, representando la fuerza y el poder. Sobre cada uno de los 16 óculos hay una cabeza de querubín, figuras angelicales que representan la bondad y la pureza. En cada frente hay un frontón con la cabeza de uno de los cuatro profetas mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel.

2. Cuerpo del reloj

Un diseño preciso: El diseño del cuerpo del reloj fue encargado a fray José Cordero en 1765. Su función principal es marcar el paso del tiempo con precisión.

3. Cuerpo de las estrellas o del pozo

Inscripción bíblica: En este cuerpo se encuentra una inscripción bíblica que recorre las cuatro caras de la torre, proclamando la fortaleza del nombre de Dios.
Campana histórica: Aquí se encuentra la campana más antigua de la torre, la de San Miguel de las Victorias, que da las horas del reloj.
Profetas menores: En cada frente hay un arco con dos enjutas que albergan cabezas de varones que representan a los profetas menores: Zacarías, Malaquías, Oseas, Amós, Abdías, Jonías, Miqueas y Sofonías.

4. Cuerpo de las carambolas o redondo

Forma circular: Este cuerpo, el primero de carácter circular, recibe su nombre por los remates pétreos en forma esférica que decoran su contorno.

5. El penacho

Remate cónico: El penacho culmina en una cúpula que aporta elegancia y esbeltez a la torre.

6. Esfera de bronce

Base para la veleta: Sobre la esfera de bronce se asienta la escultura de la veleta, conocida como la tinaja.

7. La veleta: Giraldillo

Símbolo de la ciudad: La veleta, que representa la victoria de la Fe cristiana, es una de las imágenes más emblemáticas de Sevilla. Fue realizada en bronce por Bartolomé Morel entre 1566 y 1568.

Dimensiones

La Giralda alcanza una altura total de 94,69 metros sobre el nivel del suelo, convirtiéndola en uno de los monumentos más altos de la ciudad. La torre cuenta con 35 rampas lo suficientemente anchas como para permitir que el encargado de convocar a la oración subiera a caballo. Un tramo final de 17 escalones conduce al nivel de campanas, la zona actualmente visitable.

La Giralda, como se ha indicado, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, en reconocimiento a su valor histórico, cultural y arquitectónico. La Giralda es más que una torre, es un símbolo de la ciudad que ha representado su historia, su cultura y su fe durante siglos.

Las jarras de azucenas de la Giralda: Un símbolo entre luces y flores

Las jarras de azucenas que coronan la Giralda no siempre fueron como las conocemos hoy en día. Su historia está llena de cambios y simbolismos que reflejan la evolución de la propia torre y de la ciudad de Sevilla.

Tras la finalización de las obras de Hernán Ruiz en 1565, se comenzó la ornamentación de la torre. El diseño original incluía jarras con la intención de colocar mechas que se encendieran en ocasiones especiales. En 1568, el fundidor Bartolomé Morel se encargó de su creación, elaborándolas en hierro y bronce.

En 1751, las jarras experimentaron una transformación significativa. Se introdujeron las azucenas que hoy conocemos, sustituyendo a las mechas originales. Este cambio estuvo a cargo de Basilio Cortés, quien además doró las azucenas y la bola sobre la que se asienta el Giraldillo.

Las azucenas han sido un símbolo de pureza y virginidad desde la Edad Media. No es de extrañar que este motivo se eligiera para adornar la Giralda, un monumento que representa la fe cristiana. De hecho, el escudo de la archidiócesis sevillana durante la época medieval incluía dos torres flanqueando una jarra de azucenas. Tras la colocación de las azucenas en la Giralda, el escudo se modificó para mostrar la torre flanqueada por dos jarras de estas flores.

Las campanas de la Giralda

La torre cuenta con un total de 25 campanas, 18 de volteo, 6 de badajo y 1 del reloj. Esta cantidad la convierte en la catedral de España con mayor número de campanas, sin contar los carillones. En 1998, las campanas fueron restauradas debido a su mal estado de conservación. Se fundieron seis nuevas, se soldaron diez y se reafinaron cuatro.

Usos originales

Llamada a la oración: La Giralda fue concebida como un alminar, una torre desde la que el almuédano llamaba a los musulmanes a la oración cinco veces al día.

Vivienda: Las cámaras del interior de la torre sirvieron como vivienda para el alcaide y los campaneros.

Granero: En algunas ocasiones, la torre se utilizó como almacén de grano.

Nuevos usos tras la conquista cristiana

Campanario: Tras la conquista de Sevilla por Fernando III en 1248, se colocaron campanas en la Giralda para el uso cristiano.

Reloj: En el año 1400 se instaló un reloj en la torre, convirtiéndola en la primera de este tipo en España.

Atalaya: La Giralda también se utilizó como atalaya para vigilar la ciudad y defenderla de ataques.

Iluminación: En ocasiones especiales, se encendían mechas en la cima de la torre para iluminar la ciudad.

La Giralda ha sido testigo de la historia de Sevilla durante siglos, adaptándose a diferentes usos y convirtiéndose en un símbolo de la ciudad. Su belleza y legado continúan inspirando a personas de todo el mundo.