La figura de Fernando III de Castilla, conocido como «el Santo», está estrechamente ligada a la historia de Sevilla. Su papel en la reconquista de la ciudad en 1248, tras siglos de dominio musulmán, lo convirtió en uno de los personajes más importantes de la historia española.
La leyenda cuenta que, en los momentos previos a la conquista de Sevilla, Fernando III tuvo una visión de la Virgen María, quien le aseguró la victoria. En agradecimiento, el rey ordenó la creación de una imagen fiel a la que había visto en su visión.
La misteriosa creación de la imagen
Para llevar a cabo esta tarea, Fernando III convocó a los mejores escultores de la época. Sin embargo, ninguno de ellos logró plasmar la imagen que el rey tenía en su mente. Fue entonces cuando, según la leyenda, llegaron al campamento unos peregrinos que resultaron ser hábiles escultores. Se les encomendó la tarea, con la condición de que trabajaran en secreto.
Mientras los escultores trabajaban en una torre cercana, una de las sirvientas del rey escuchó cantos angelicales provenientes del interior. Al mirar por la cerradura, vio a los hombres cantando plegarias. Asombrada, comunicó lo sucedido al rey, quien acudió a la torre.
Fernando III, impaciente por ver la imagen terminada, subió a la torre donde trabajaban los escultores. Al entrar, se encontró con la talla finalizada y quedó atónito por su semejanza con la Virgen de su visión. En ese momento, comprendió que los escultores peregrinos no eran más que tres ángeles enviados por Dios para ayudarlo.
La rapidez con la que se había creado la imagen, junto a su evidente belleza y realismo, la convirtieron en una obra milagrosa. El rey la bautizó como «Nuestra Señora de los Reyes» y la colocó en la capilla del Alcázar.
El deseo final del rey
En su testamento, Fernando III expresó su deseo de ser enterrado a los pies de la imagen de la Virgen de los Reyes, dentro de la Catedral de Sevilla. Su última voluntad fue cumplida y, hasta el día de hoy, el rey santo reposa junto a la Virgen que lo guió a la victoria.
Se cree que las imágenes que los escultores rechazaron forman parte del llamado «círculo de imágenes fernandinas». Estas obras, caracterizadas por sus rasgos similares, incluyen la Virgen de las Aguas y las imágenes de la Virgen de los Reyes de los Sastres en la iglesia de San Ildefonso, y otra en el convento de San Clemente.
La Virgen de los Reyes sigue siendo hoy en día una figura venerada por los sevillanos. Su imagen preside la Capilla Real de la Catedral y es protagonista de numerosas procesiones y actos religiosos a lo largo del año.
La imagen terminada y un milagro
Se dice que, al verla, el rey reconoció de inmediato a la Virgen que le había aparecido en la visión. La imagen fue bautizada como «Virgen de los Reyes» y se convirtió en uno de los símbolos más importantes de la ciudad de Sevilla.
Más allá de la leyenda, la conquista de Sevilla por parte de Fernando III marcó un punto de inflexión en la historia de España. La ciudad se convirtió en un importante centro cultural y económico, y su reconquista contribuyó a consolidar el poder de la Corona de Castilla.
La Virgen de los Reyes: Un símbolo de fe y devoción
La Virgen de los Reyes sigue siendo hoy en día una figura venerada por los sevillanos. Su imagen preside la Capilla Real de la Catedral de Sevilla y es objeto de numerosas procesiones y actos religiosos a lo largo del año.
La historia de Fernando III, la Virgen de los Reyes y la conquista de Sevilla es un relato que combina la leyenda con la realidad. Es una historia que habla de fe, de reconquista y del nacimiento de una nueva era para la ciudad de Sevilla.
La historia de la Virgen de los Reyes es un relato que combina la leyenda con la realidad. Es una historia que habla de fe, de milagros, de reconquista y del nacimiento de una nueva era para la ciudad de Sevilla. La Virgen sigue siendo un símbolo de la ciudad y un recordatorio del importante papel que jugó Fernando III en su historia.