Fundado por el rey San Fernando en 1248, el Monasterio de San Clemente se alza como un oasis de paz y espiritualidad en el bullicioso centro de Sevilla. Desde su fundación, este convento cisterciense ha sido testigo de la rica historia de la ciudad, alberzando en su claustro a las más importantes damas de la sociedad sevillana y sirviendo como panteón real para diversos miembros de la realeza.
Atravesando las puertas del monasterio, nos encontramos con un conjunto heterogéneo de edificaciones, cada una con su propia historia y estilo. Desde la sobriedad románica de la iglesia original hasta la opulencia barroca de las ampliaciones del siglo XVI, el monasterio es un viaje a través de los siglos de la arquitectura española.
Un espacio de arte y cultura
Además de su valor histórico y arquitectónico, el Monasterio de San Clemente alberga también un importante patrimonio artístico. Desde obras de imaginería religiosa hasta pinturas de reconocidos maestros, el monasterio ofrece un espacio único para el disfrute del arte y la cultura.
En medio del ajetreo de la ciudad, el Monasterio de San Clemente ofrece un remanso de paz y tranquilidad. Sus jardines, llenos de flores y aromas, son un lugar ideal para la meditación y el descanso. El monasterio también es un lugar de encuentro y reflexión. A lo largo del año, se organizan diversas actividades culturales y religiosas, abiertas al público en general.
La Iglesia de San Clemente
Cruzando el extenso doble compás neoclásico, adornado con un atrio porticado y perfumado por naranjos, damas de noche y jazmines, nos adentramos en la Iglesia de San Clemente. Un espacio que nos transporta a través del tiempo, donde la historia y el arte se entrelazan de forma magistral.
Elevando la mirada, nos encontramos con un artesonado mudéjar que cubre la nave de la iglesia, una obra maestra que nos recuerda el rico legado cultural de la época. Los paramentos inferiores, adornados con azulejería cerámica pintada, añaden un toque de color y luminosidad al espacio.
El retablo mayor, obra de los hermanos Felipe y Gaspar de Ribas, se alza como una de las mejores creaciones barrocas sevillanas. Su composición, dividida en sotobanco, banco, dos pisos de tres calles y un ático, nos invita a contemplar cada detalle con detenimiento.
En un sencillo sepulcro de piedra, cobijado por un arco en el lado del Evangelio de la iglesia, reposan los restos mortales de la reina María de Portugal, esposa de Alfonso XI de Castilla y madre de Pedro I el Cruel. Un recordatorio de la importancia histórica que ha tenido este convento a lo largo de los siglos.
Un viaje artístico
Siguiendo nuestro recorrido, nos encontramos con el espléndido retablo de San Juan Bautista, realizado por Francisco de Ocampo y Felguera entre 1606 y 1610. Las esculturas de Gaspar Núñez Delgado, con el San Juan como pieza central, nos cautivan con su maestría. Las pinturas y la policromía, obra de Francisco Pacheco, completan la obra de arte.
El resto de los retablos de la Iglesia del Monasterio de San Clemente, a excepción de uno dieciochesco, son del siglo XVII. Cada uno de ellos guarda una historia y un estilo único, invitándonos a descubrir detalles y matices en cada rincón.
La riqueza artística del convento se reparte entre relieves, lienzos, pinturas, esculturas y motivos ornamentales de diversas épocas y artistas. Nombres como Juan Martínez Montañés, Gaspar Núñez Delgado, Francisco de Ocampo y Felguera, Francisco Pacheco, Valdés Leal, Lucas Valdés, Francisco de Paula Escribano o Lorenzo Barba Figueroa forman parte de este tesoro artístico.
Obras de orfebrería
Entre las piezas de orfebrería que podemos admirar, destacan: Un copón de plata dorada del siglo XIV. Un portaviático de plata y plata dorada de 1829. Un ostensorio de oro, plata dorada y perlas, obra de Miguel María Palomino, realizado entre 1813 y 1825. El corazón de Santa Gertrudis, realizado en plata dorada en el siglo XVIII. Una lámpara de bronce y azófar del siglo XV, que se encuentra colocada sobre la sepultura de Beatriz de Castilla, hija de Enrique II de Castilla.
Un panteón real: A lo largo de la historia, diversos miembros de la realeza española eligieron el Monasterio de San Clemente como su lugar de reposo eterno. Entre ellos, podemos encontrar las tumbas de: María de Portugal (1313-1357), esposa de Alfonso XI de Castilla y madre de Pedro I el Cruel.Fernando de Castilla (1332-1333), hijo de Alfonso XI de Castilla y de María de Portugal. Berenguela de Castilla (1253-1300), hija de Alfonso X el Sabio y de Violante de Aragón. Beatriz de Castilla (m. 1409), hija de Enrique II de Castilla y de Beatriz Ponce de León y Jérica.
La Iglesia de San Clemente es un lugar donde la historia, el arte y la espiritualidad se unen para crear una experiencia única. Un espacio que nos invita a reflexionar sobre el pasado, admirar la belleza y conectar con nuestra propia historia. Un tesoro escondido en el corazón de Sevilla que merece ser descubierto por todos aquellos que buscan una experiencia cultural y espiritual sin igual.
Un tesoro documental
Entre los muros del Monasterio de San Clemente se custodia una valiosa colección de privilegios reales, documentos que narran la historia y el legado de este convento centenario. Estos pergaminos, cuidadosamente conservados en el archivo del monasterio, atestiguan la estrecha relación que ha mantenido la institución con la realeza española a lo largo de los siglos.
Cada privilegio nos transporta a un momento específico de la historia, permitiéndonos conocer las mercedes y exenciones otorgadas por diversos monarcas al monasterio. Desde la huerta concedida por Alfonso X el Sabio en 1261 hasta la confirmación de privilegios por parte de Fernando IV y Alfonso XI, estos documentos son testigos del papel fundamental que ha desempeñado el Monasterio de San Clemente en la sociedad sevillana.
La colección de privilegios reales del Monasterio de San Clemente no solo tiene un valor histórico incalculable, sino que también representa un legado cultural y patrimonial de gran importancia para Sevilla. Estos documentos nos permiten comprender mejor la evolución del monasterio y su relación con la Corona, arrojando luz sobre la vida cotidiana y las actividades de la comunidad religiosa.
El Monasterio de San Clemente abre sus puertas a aquellos que buscan un espacio de paz y recogimiento. Las celdas adaptadas para huéspedes ofrecen la posibilidad de disfrutar de la tranquilidad del monasterio y contribuir al sostenimiento de la comunidad.
El Monasterio de San Clemente invita a todos aquellos que buscan conocer la historia, el arte y la cultura de Sevilla a adentrarse en sus muros y descubrir los tesoros que guarda en su interior. Entre ellos, la colección de privilegios reales se erige como un testimonio invaluable del rico legado de este convento centenario.