Crímenes y asesinos espeluznantes en Sevilla

Pero también hay otros más desconocidos e, igualmente, impactantes por los rincones más oscuros de la historia de Sevilla, donde la realidad supera la ficción

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Algunas imágenes del crimen de las estanqueras de Sevilla.
El crimen de las estanqueras conmocionó la ciudad de Sevilla.

Sevilla es una ciudad que también tiene un hueco amplio para la córnica negra, desde los más conocidos como el caso del crimen de las estanqueras a «Los Galindos». Pero también hay otros más desconocidos e, igualmente, impactantes. Adéntrate en un viaje escalofriante por los rincones más oscuros de la historia de Sevilla, donde la realidad supera la ficción.

1. El misterio de la Punta del Diamante:

En el corazón de Sevilla, entre las calles Alemanes y Avenida de la Constitución, donde hoy se levanta un Starbucks, se encontraba la Punta del Diamante. Allí, en 1933, durante la Segunda República, un halo de misterio envolvió el asesinato del joven torero Rafaelito Bienvenida. Un niño, de estirpe taurina, que tras una acalorada discusión, recibió dos fatales disparos a manos del administrador y hombre de confianza de la familia Bienvenida. Hasta el día de hoy, el verdadero móvil del crimen sigue siendo un enigma sin resolver.

2. El Descuartizador de Sevilla:

El verano de 1903 se tiñó de rojo cuando miembros de un cuerpo descuartizado comenzaron a aparecer a orillas del Guadalquivir. La ruta nos lleva al Arenal, concretamente a la calle General Castaños, donde, según las investigaciones, se trasladó el baúl que contenía los restos de la víctima. La identidad del cadáver, brutalmente desmembrado y arrojado a lo largo de la ribera del río, nunca pudo ser identificada, sumando un capítulo más a la oscura historia de Sevilla.

3. El Alcalde del Crimen:

Entre las calles Sierpes y la Plaza de San Francisco se concentran algunos de los hechos más truculentos del siglo XVIII. En la calle Jovellanos, nos detendremos para conocer la historia del ilustrado que le da nombre. Sin embargo, pocos saben que este hombre desempeñó un papel crucial en la ciudad como Alcalde del Crimen, una figura funcionaria encargada de investigar y juzgar los delitos.

4. Un bandolero descuartizado:

También en el siglo XVIII, se narra el caso del famoso ilustrado y juez Francisco de Bruna (con una calle cerca de la Plaza San Francisco). Su tenacidad lo llevó a perseguir y capturar al famoso bandolero Diego Corrientes. Juzgado y condenado a la horca, el cuerpo del bandolero fue descuartizado y repartido por los lugares donde cometió sus fechorías, enviando un mensaje contundente a aquellos que osaran desafiar la ley.

Este recorrido por los escenarios de crímenes reales y leyendas espeluznantes de Sevilla no es solo un viaje por el pasado, sino también una reflexión sobre la naturaleza del ser humano y los rincones más oscuros que pueden habitar en nuestro interior.

5. El robo mortal del Hotel Cecil:

En 1959, el Hotel Cecil, ubicado en la Plaza Nueva (donde hoy se encuentra un edificio administrativo de la Junta de Andalucía), fue escenario de un robo que culminó en tragedia. Dos encapuchados irrumpieron en el establecimiento y, durante el atraco, un policía perdió la vida por un disparo. Los presuntos culpables fueron detenidos y condenados a muerte, convirtiéndose en los últimos ejecutados por garrote vil en Sevilla. El verdugo encargado de llevar a cabo la sentencia fue Bernardo Sánchez Bascuña, quien también ejecutó a los condenados por el famoso crimen de las estanqueras en 1956.

6. Tragedias en los raíles del tranvía:

El tranvía, medio de transporte popular en la Sevilla de mediados del siglo XX, también protagonizó diversos sucesos trágicos. La ruta guiada destaca algunos de ellos, como el impacto del tranvía con el paso de palio de la Virgen de la O en la calle San Jorge en 1943 (inmortalizado en una placa conmemorativa), el choque en la calle San Jacinto mientras el tranvía descendía por el puente de Triana, y el apuñalamiento del tratante de ganado Joaquín Baena en el tranvía a la altura del Altozano.

7. Susurros desde la cárcel del Pópulo:

La antigua cárcel del Pópulo, ubicada en el actual mercado del Arenal, se construyó para reemplazar a la Cárcel Real (actual sede de Caixabank en la calle Sierpes). Entre sus muros se tejieron historias de todo tipo, pero una de las más singulares es la de las saetas que los presos entonaban desde las ventanas al paso del palio de la Esperanza de Triana.

8. Envenenamientos con tintes macabros:

El siglo XIX fue testigo de dos envenenamientos que aún hoy despiertan la curiosidad. Ambos casos, extraídos del Archivo Municipal, son ejemplos de la crueldad y el ingenio macabro de algunos individuos. Uno de ellos se produjo con horchata y el otro con chocolate, cuando una pareja ofreció este último a su cónyuge provocándole la muerte.

9. Ultraje en la Catedral:

Dos robos sacrílegos profanaron la santidad de la Catedral de Sevilla. En el primero, el cuadro de San Antonio de Murillo, ubicado en la capilla bautismal, fue atacado y una parte del lienzo cortada. La pieza robada reapareció más tarde en venta en la lejana Nueva York. El segundo golpe, perpetrado en los años 50, tuvo como objetivo las joyas de la Virgen de los Reyes. El ladrón, huyendo en tren hacia Francia y acorralado por la policía, arrojó las joyas por las vías del tren en un acto desesperado.

10. Un secuestro que conmocionó a Sevilla:

En la Plaza de la Magdalena se levantaba el famoso Hotel Madrid. En 1868, la tragedia golpeó a sus puertas cuando el hijo del propietario, un niño de apenas 4 años, fue secuestrado y asesinado. Un monumento funerario en la Iglesia de la Trinidad recuerda la memoria del pequeño.

11. El huerto del francés. El primer crimen mediático de España:

Peñaflor, en 1904, fue el escenario del que se considera el primer crimen mediático de la historia de la prensa española. Dos hombres, bajo la falsa promesa de una partida de cartas, atrajeron a sus víctimas hasta un huerto donde, tras un cruel desenlace, les arrebataron la vida y sus pertenencias. La Guardia Civil, en la búsqueda de un desaparecido, descubrió en el huerto una macabra escena: seis cuerpos enterrados. Los culpables, uno de ellos francés (de ahí el nombre del caso), fueron condenados a la pena capital por garrote vil y trasladados a la cárcel del Pópulo.

12. El crimen de las estanqueras:

La ciudad de Sevilla se vio sacudida en 1952 por un crimen que conmocionó a toda España: el asesinato de las hermanas Encarnación y Matilde Silva Montero, conocidas como las «estanqueras de Menéndez Pelayo». El 11 de julio de ese año, las hermanas, de 50 y 55 años, fueron encontradas sin vida en su estanco, ubicado en la avenida Menéndez Pelayo. La escena del crimen era dantesca: ambas yacían en el suelo, víctimas de una brutal agresión que les había propinado 13 y 16 puñaladas respectivamente.

La necesidad de encontrar a los responsables de este crimen atroz movilizó a las autoridades. Tras un intenso proceso de investigación, se detuvo a tres hombres: Juan Vázquez Pérez, alias «El Mellao», Lorenzo Castro Bueno, alias «El Tarta», y Antonio Pérez Gómez. El juicio se celebró en octubre de 1954 y generó una gran expectación pública. A pesar de las contradicciones en las declaraciones de los acusados, la falta de pruebas concluyentes y las irregularidades en el proceso judicial, la Audiencia Territorial de Sevilla condenó a los tres hombres por robo y doble homicidio, sentenciándolos a la pena de muerte.

El 4 de abril de 1956, los tres condenados fueron ejecutados por garrote vil en la cárcel de La Ranilla. Esta ejecución generó una gran controversia y conmoción en Sevilla y en toda España. Muchos ciudadanos y figuras importantes, incluyendo el alcalde de Sevilla y el arzobispo, solicitaron el indulto para los condenados, basándose en las dudas sobre su culpabilidad y en las irregularidades del proceso judicial. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano.

Casi dos décadas después, el verdadero culpable del crimen confesó su asesinato bajo secreto de confesión. Esta confesión reveló la trágica injusticia cometida contra Vázquez Pérez, Castro Bueno y Pérez Gómez, quienes fueron ejecutados injustamente.

El Crimen de las Estanqueras sigue siendo una herida abierta en la memoria de Sevilla. Un caso que nos recuerda la fragilidad de la justicia y la importancia de defender los derechos humanos en todas las circunstancias.

13. El enigma de «Los Galindos»: En la tranquila campiña sevillana, el cortijo Los Galindos se convirtió en el escenario de un crimen horrendo que conmocionó a toda España: el asesinato de cinco personas en 1975. Un caso que, a día de hoy, sigue envuelto en un halo de misterio, sin que se haya podido identificar a los culpables.

El cortijo Los Galindos, propiedad de María de las Mercedes Delgado y su esposo, el marqués de Valparaíso y de Grañina, Gonzalo Fernández de Córdova, era una explotación agrícola dedicada principalmente al cultivo de trigo y girasol. Un lugar aparentemente tranquilo, a solo 4 kilómetros de la localidad de Paradas, que se vio brutalmente alterado por la tragedia.

El 22 de julio de 1975, la apacible rutina del cortijo se rompió en mil pedazos. Los cuerpos sin vida de Manuel Zapata, el capataz, su esposa Juana Martín, el tractorista Ramón Parrilla, y la pareja formada por Asunción Peralta y José González, también trabajadores de la finca, fueron hallados en diferentes puntos del terreno. Un macabro escenario que sembró el terror en la comunidad.

La autopsia reveló la brutalidad de los crímenes. El capataz y su esposa fueron asesinados a golpes con una pieza metálica de una empacadora. Ramón Parrilla recibió disparos de escopeta, mientras que Asunción y José fueron golpeados hasta la muerte y posteriormente quemados. Un ensañamiento que dejaba entrever la frialdad y la premeditación de los asesinos.

Las investigaciones policiales se pusieron en marcha de inmediato, pero a pesar de los esfuerzos y las múltiples líneas de investigación abiertas, nunca se pudo dar con los autores de la masacre. La sombra de la duda y la incertidumbre se cernió sobre el caso, acrecentada por la desaparición del sumario original en 2014, tras el derrumbe del techo del juzgado de Marchena donde se custodiaba.

El crimen de Los Galindos sigue siendo, a día de hoy, uno de los más enigmáticos de la historia criminal de Sevilla. Un caso sin resolver que ha dejado una profunda huella de dolor en las familias de las víctimas y que clama por justicia.

Este recorrido por los rincones más oscuros de Sevilla nos recuerda que incluso en los lugares más sagrados o emblemáticos, la oscuridad puede acechar y nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana, sus actos más viles.