‘La noche que vi a mi padre’, inexplicable experiencia en Sevilla

«Me levanté para beber un poco de agua y, al cruzar el pasillo, vi algo que jamás olvidaré»

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Calle en el Polígono de San Pablo en Sevilla.
Avenida de Pedro Romero en el Polígono de San Pablo.

En una vivienda del Polígono de San Pablo en Sevilla se iba a producir un encuentro que dejó marcado a su protagonista. Al concluir una peculiar ruta por los rincones más enigmáticos de la ciudad, un hombre, con los ojos aún llenos de asombro y una expresión que denotaba una profunda conmoción, se acercó a mí. Su voz, baja y temblorosa, me invitó a escuchar su historia.

«Quiero contarte algo que me sucedió a mí», comenzó, «no espero una explicación, ni una opinión, solo quiero compartirlo contigo porque todo lo que has contado en esta ruta me ha hecho recordar algo que creí imposible».

Juan Antonio, así se llamaba, me relató un suceso que había marcado su vida de una manera indeleble. «Mi padre falleció hace unos meses», inició su relato. «La noche que lo velamos, cuando llegó la hora de despedirnos, decidimos retirarnos a casa. Yo me fui a mi habitación, inquieto y con la mente llena de recuerdos. Intenté dormir, pero era imposible. Me levanté para beber un poco de agua y, al cruzar el pasillo, vi algo que jamás olvidaré.»

Su voz se apagó por un instante, como si reviviera aquel momento. «Vi salir de la habitación de mi madre a alguien. Al principio pensé que era ella, pero al levantar la vista, me quedé paralizado. Era mi padre. Vestía su pijama y caminaba hacia el baño. Sin dudarlo, le pregunté: ‘Papá, ¿dónde vas?’ Y él, con toda naturalidad, me respondió: ‘Al baño, hijo. Acuéstate ya’. En ese preciso instante, la realidad me golpeó con fuerza. Recordé que mi padre había fallecido. Estaba completamente lúcido, pero mi padre había muerto.»

En los límites de la realidad

Juan Antonio guardó silencio, dejando que sus palabras resonaran en el aire. Su testimonio, cargado de emoción y asombro, me hizo reflexionar sobre los límites de la realidad y la persistencia de lo inexplicable. En ese momento, en medio de la noche sevillana, comprendí que la ciudad no solo era un conjunto de edificios y calles, sino también un lugar donde en cada vivienda se tiene una realidad y esta puede estar relacionada con lo inexplicable.

Juan Antonio tragó saliva, la emoción aún viva en sus ojos. «Entonces, ¿qué hice?», repitió, como si necesitara reafirmar la locura de lo sucedido. «Pues salí corriendo hacia el baño», continuó, «lo abrí de golpe, temiendo encontrarme con lo que había visto. Pero no había nadie. Absolutamente nadie. Volví a la habitación de mi madre, y allí estaba ella, tranquila, como si nada hubiera pasado. Te juro que lo vi perfectamente, y estaba bien despierto».

Sus palabras resonaron en el silencio de la noche sevillana. La historia de Juan Antonio era un enigma, una pieza que parecía no encajar en el rompecabezas de la realidad.

Opinión de un experto

Emilio Carrillo, experto en fenómenos paranormales, al escuchar el relato, asintió con la cabeza. «Este tipo de experiencias son más comunes de lo que pensamos», afirmó. «En ocasiones, las personas que fallecen no tienen conciencia de su muerte y pueden permanecer en su entorno familiar durante un tiempo. Se han documentado casos en los que se han visto, oído o incluso sentido la presencia de seres queridos fallecidos, especialmente en los días inmediatamente posteriores al óbito».

Según Carrillo, este fenómeno podría explicarse por una desconexión temporal entre el cuerpo físico y el alma, o por una especie de «impacto emocional» que hace que la persona querida se manifieste de manera sutil. «El caso de Juan Antonio es un claro ejemplo de ello», concluyó el experto. «La intensa conexión emocional que tenía con su padre pudo haber provocado esta manifestación tan vívida».

La historia de Juan Antonio nos invita a reflexionar sobre los límites de la percepción y la naturaleza de la realidad. ¿Qué hay más allá de lo que podemos ver y tocar? ¿Existen dimensiones desconocidas que escapan a nuestra comprensión? ¿Hay vida después de la muerte? Preguntas que, desde tiempos inmemoriales, han intrigado a la Humanidad y que, a pesar de los avances científicos, siguen sin tener una respuesta definitiva.