Dispositivo de la Policía Nacional de Sevilla.
Agentes de la Policía Nacional de Sevilla.

Policías para la Cumbre de la ONU, pero no para los barrios, Sevilla vive su enésimo contraste

Una muestra del desequilibrio permanente en la seguridad ciudadana

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La IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4) reunirá en Sevilla, entre el 29 de junio y el 3 de julio, a más de 12.000 personas entre delegaciones oficiales, jefes de Estado y representantes de organismos internacionales. Para garantizar su seguridad, el Gobierno ha anunciado un despliegue extraordinario de más de 7.500 agentes, una cifra que, por sí sola, despierta tanto admiración como una pregunta inevitable: ¿por qué esta capacidad operativa solo se activa en eventos puntuales y no cuando los ciudadanos lo necesitan todo el año?

El operativo, que se pondrá en marcha oficialmente este domingo con una reunión presidida por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, incluirá efectivos de la Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local y Agrupación de Tráfico, y se coordinará desde el Palacio de Exposiciones y Congresos (FIBES). Las zonas aledañas sufrirán importantes cortes de tráfico y restricciones de aparcamiento.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha defendido la magnitud del dispositivo asegurando que “un evento de estas características exige un control y una seguridad exhaustivos”, reconociendo, no obstante, que supondrá trastornos para los vecinos de Sevilla Este y otras áreas afectadas.

Poca Policía en los barrios de Sevilla el resto del año

Pero lo que más molesta a muchos ciudadanos no es el despliegue en sí, sino el contraste. El resto del año, Sevilla sufre una preocupante escasez de agentes, especialmente en barrios donde la inseguridad, los robos y el vandalismo se han convertido en problemas cotidianos. Las asociaciones vecinales llevan años reclamando mayor presencia policial en las calles, más patrullas en zonas conflictivas y mejor respuesta ante delitos comunes, sin obtener una respuesta contundente por parte del Ministerio del Interior.

Ahora, en cuestión de días, han aparecido miles de agentes, incluyendo unidades especiales como la UIP (Unidad de Intervención Policial), desplegadas incluso en el aeropuerto de San Pablo. Esto demuestra que la capacidad existe. La pregunta es: ¿por qué no se activa también para proteger a los ciudadanos corrientes, más allá del escaparate diplomático?

Es legítimo y necesario que un evento internacional de esta magnitud cuente con un dispositivo adecuado de seguridad. Pero también es justo cuestionar si las prioridades del Gobierno están bien equilibradas cuando se puede movilizar tal cantidad de recursos para una cumbre, mientras se ignoran las necesidades crónicas de muchas zonas de Sevilla.

El éxito del operativo no debe ocultar una realidad incómoda: la seguridad ciudadana no puede depender del calendario diplomático. La población merece sentirse protegida los 365 días del año, no solo cuando hay ojos internacionales mirando.