El cierre de la UCI implica la derivación de pacientes a otros centros hospitalarios, lo que aumenta la presión sobre estos y dificulta la atención sanitaria en general.
Los defensores argumentan que esto permitirá dinamizar la economía local, mientras que los detractores temen que agrave la saturación en algunas zonas y perjudique la convivencia.
Gracias a esta tecnología, se puede lograr una cicatrización más rápida y eficaz, reducir el riesgo de infecciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En total, han participado en las labores de extinción una bomba urbana, una bomba nodriza, un vehículo de mando y una ambulancia, con un equipo de alrededor de una docena de bomberos.
Un médico renunció a su plaza hace unas semanas, dejando la plantilla incompleta, y se está en proceso de contratación de un nuevo facultativo que se incorporaría la próxima semana.
Los vecinos exigen soluciones urgentes a las autoridades. Mejoras en el estado de las calles, mayor presencia policial, control de la venta de alcohol y una atención equitativa a todas las zonas del distrito son algunas de las medidas que reclaman.
La situación en las calles León X y León XIII es solo un ejemplo de la falta de atención que el Ayuntamiento de Sevilla presta a los problemas de sus ciudadanos.