Los vecinos de Sevilla Este, hartos del abandono municipal, “solo nos arreglan las calles para que no las vean mal los de la ONU”

Como ellos mismos gritan en redes sociales y pancartas improvisadas, “Sevilla Este también es Sevilla”

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Tranvibús circulando por una calle de Sevilla-Este. Es de color rojo y blanco.
Línea de Tranvibús en Sevilla.

Sevilla Este, uno de los barrios más poblados y extensos de la capital andaluza, ha alzado la voz. Los vecinos, cansados y frustrados, denuncian una situación de abandono por parte del Ayuntamiento que se arrastra desde hace años y que, según ellos, ha alcanzado su límite con la inminente celebración de la Cumbre de la ONU en la ciudad.

Lo que podría ser una oportunidad de orgullo para Sevilla, con la llegada de delegaciones internacionales y medios de todo el mundo, se ha convertido para muchos vecinos en una prueba más del desprecio institucional hacia los barrios periféricos. «Aquí solo se aceleran las obras para que no las vean los mandatarios extranjeros, no por nosotros», lamenta Carmen Díaz, vecina del barrio desde hace 15 años. «Nos pintan medio bordillo, tapan un bache y a correr. ¿Y el resto del año qué?».

Suciedad crónica y falta de vigilancia en Sevilla Este

Uno de los principales reclamos es la insuficiente limpieza de las calles. Aceras llenas de basura, papeleras desbordadas y maleza sin podar son parte del paisaje diario. A esto se suma la proliferación de ratas en zonas como las inmediaciones del Parque Infanta Elena o algunos tramos del bulevar central. «Las ratas campan a sus anchas. Hemos avisado, se hacen intervenciones puntuales, pero no hay un control serio», denuncia José Manuel Ramos, presidente de una asociación vecinal.

La falta de presencia policial agrava la sensación de abandono. «No hay apenas patrullas. Hay botellonas, robos en coches, el pirómano, carreras nocturnas de motos, y nadie hace nada», se queja María Jesús López, madre de dos adolescentes. “Vivimos con miedo y con resignación”.

Tranvibús, el parche al metro inexistente y el caos

La polémica obra del tranvibús, que lleva meses afectando la movilidad del barrio, es otro punto caliente. Aunque se presenta como una solución sostenible para el transporte, muchos critican que el proyecto ha generado más molestias que beneficios hasta ahora. “Es un parche que no sustituye una línea de metro, que seguimos sin tener mientras otros barrios sí”, afirman varios vecinos.

Las obras, sumadas a los cortes de tráfico por la Cumbre de la ONU, han colapsado aún más las principales arterias del barrio. “Nos están convirtiendo en una ratonera. Y encima con desvíos mal señalizados, calles sin pintar, marcas viales que han desaparecido… Hay tramos donde ni se sabe por dónde se va”, denuncia indignado Antonio Campos, taxista del distrito.

Un grito de abandono en Sevilla Este

Los vecinos de Sevilla Este coinciden en un mismo sentimiento: se sienten ciudadanos de segunda. “Pagamos impuestos como todos, pero los servicios no llegan. Nos sentimos olvidados, ninguneados. Solo se acuerdan de nosotros cuando hay que inaugurar algo o cuando vienen de fuera”, resume con rabia Rosario Ruiz, jubilada.

Desde distintas asociaciones de vecinos pretenden organizar protestas para visibilizar la situación del barrio durante los días de la Cumbre. “Ya que nos usan de escaparate, que vean la realidad completa. Que vean los contenedores sin recoger, las ratas, las calles rotas, los pasos de cebra invisibles. Que vean cómo vive de verdad parte de Sevilla”, concluye uno de los portavoces.

El mensaje es claro: los vecinos de Sevilla Este están hartos, y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, es el máximo responsable de ello. Y piden algo muy sencillo: atención, mantenimiento básico y respeto. Porque, como ellos mismos gritan en redes sociales y pancartas improvisadas, “Sevilla Este también es Sevilla”.