
Las obras de la remodelación de la Plaza Nueva afectarán a la Semana Santa de 2026 aunque se minimizarán las molestias
La Plaza Nueva de Sevilla afronta una reforma integral con un presupuesto de 4,5 millones

La Plaza Nueva, uno de los enclaves más representativos del centro de Sevilla, será objeto de una profunda remodelación que busca recuperar su carácter histórico y dotarla de mayor comodidad para vecinos y visitantes.
El alcalde, José Luis Sanz, anunció este lunes el inicio inminente de los trabajos, que contarán con un presupuesto cercano a los 4,5 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses.
Aunque el regidor ha insistido en que se intentará minimizar las molestias, las obras coincidirán inevitablemente con la Semana Santa de 2026.
“Abarcarán una Semana Santa seguro. Procuraremos que coincida en un momento en el que moleste lo menos posible”, explicó Sanz, qué pidió comprensión a la ciudadanía y recordó que “el dinero del presupuesto donde mejor está es en la calle”.
Un proyecto dividido en fases para reducir las molestias en Sevilla
Con el fin de compatibilizar las obras con la actividad cotidiana de la plaza, el plan prevé dividir la superficie en cuatro sectores. La intervención se centrará en una zona mientras las otras tres permanecerán abiertas al uso público, de forma que se amortigüe el impacto en la movilidad, el comercio y la vida diaria.
La primera fase, iniciada en octubre del pasado año, se centró en la trama central de mármol y enchinados que rodean el monumento al rey San Fernando.
La siguiente etapa contempla una ampliación de ese espacio central, que pasará de sus actuales 88 x 48,07 metros a unas dimensiones de 105,7 x 59,45 metros. Para ello se utilizará mármol blanco de Macael tratado con un sistema que facilita la limpieza y actúa también como protector frente a manchas y humedad.
Paralelamente se renovarán las redes de saneamiento y abastecimiento, solucionando así los problemas de encharcamiento que históricamente han afectado a la plaza.
Otro de los apartados clave será la mejora de las instalaciones de alumbrado. Está prevista la implantación de un sistema específico para resaltar la fachada del Ayuntamiento así como la escultura ecuestre de San Fernando.
Respecto al arbolado, el proyecto contempla trasplantar cuatro palmeras que rompen la simetría actual y reforzar las diversas alineaciones con once nuevos plátanos y cuatro naranjos.
En cuanto al mobiliario urbano, la intención del Consistorio es recuperar una estética historicista. Para ello se instalarán bancos de fundición en gris forja que sustituirán a los actuales, y se añadirán pérgolas en los extremos norte y este, inspiradas en los antiguos quioscos de música que tuvo la plaza. También se habilitarán distintas fuentes de agua potable accesibles.
Los cambios alcanzarán además la organización de los servicios. La zona de carga y descarga se trasladará a la calle Madrid, tras el hotel, mediante una plataforma única que permitirá integrar también un espacio de aparcamiento en cordón. Los aparcamientos para bicicletas se reubicarán junto al Metrocentro, frente a la sede de la Consejería de Justicia.
La Plaza Nueva, tal y como hoy se conoce, nació en el siglo XIX tras el derribo del convento de San Francisco, uno de los más influyentes de Sevilla desde el siglo XIII. Su desaparición, consecuencia de la desamortización eclesiástica, permitió abrir un gran espacio urbano junto al Ayuntamiento, culminado en 1854 por el arquitecto Balbino Marrón.
Desde esa época, la plaza ha sido escenario de importantes remodelaciones, siendo la más destacada hasta ahora la peatonalización de 2006 con motivo de la llegada del Metrocentro. La actual intervención, según subraya el alcalde, será la más ambiciosa en dos décadas.
El monumento a San Fernando, levantado en 1924 tras un largo proceso que se prolongó durante más de sesenta años, sigue marcando el centro simbólico de la plaza y también será objeto de una nueva iluminación monumental que reforzará su protagonismo en este renovado espacio.