Investigación forense revela la verdadera identidad de Colón, podría ser un judío sefardí del Mediterráneo occidental

Lo que más ha llamado la atención en este análisis genético es la constatación de su origen sefardí

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Cristóbal Colón y su origen.
Los enigmas históricos de Colón.

Después de más de quinientos años de teorías y especulaciones, la figura de Cristóbal Colón ha sido objeto de un minucioso estudio científico que ha arrojado resultados sorprendentes. Este análisis, encabezado por la Universidad de Granada, ha tardado más de dos décadas en realizarse y ha sido clave para desentrañar algunos de los misterios que rodean al célebre navegante. Uno de los descubrimientos más asombrosos es que Colón, conocido por su expedición que llevó al descubrimiento del continente americano, podría haber sido de ascendencia judía sefardí, con sus raíces situadas en la región del Mediterráneo occidental de España.

El documental «Colón ADN. Su verdadero origen», transmitido por La 1, detalla este revelador estudio genético. Un equipo de forenses, dirigido por el prestigioso catedrático José Antonio Lorente, ha empleado técnicas avanzadas de ADN para analizar los restos de Colón, logrando descartar muchas de las teorías previas sobre su procedencia. Durante siglos, historiadores han debatido si Colón era originario de Castilla, Galicia, Portugal, o incluso del País Vasco. Sin embargo, las pruebas de ADN no dejaron lugar a dudas: su herencia genética está claramente vinculada a las poblaciones del Mediterráneo occidental, en especial a las zonas de Valencia y las Islas Baleares.

¿Judío sefardí?

Lo que más ha llamado la atención en este análisis genético es la constatación de su origen sefardí. Los investigadores identificaron en el ADN de Colón ciertos marcadores genéticos que son comunes en la población judía de la época, una revelación que tiene importantes implicaciones históricas. Durante el siglo XV en España, los judíos enfrentaban una persecución implacable bajo la Inquisición, culminando en la orden de expulsión en 1492, el mismo año en que Colón zarpó hacia el Nuevo Mundo. Para muchos judíos conversos, como se cree que era el caso de Colón, ocultar sus raíces era una estrategia de supervivencia en un entorno que condenaba a quienes no profesaban la fe cristiana. Esta revelación proporciona una nueva perspectiva sobre las decisiones personales y políticas que Colón pudo haber tomado a lo largo de su vida.

Es muy posible que Colón, consciente de los riesgos que suponía reconocer sus orígenes judíos en un tiempo de intolerancia religiosa, decidiera ocultar su identidad para poder integrarse en los círculos de poder de la época. Mantener su ascendencia en secreto le habría permitido ganarse la confianza de los Reyes Católicos y obtener el apoyo financiero necesario para su ambicioso proyecto de navegación. En ese contexto, su habilidad para crear una identidad pública que ocultara sus verdaderas raíces fue fundamental para su éxito, un acto de adaptación que garantizó no solo su supervivencia, sino también su ascenso al estatus de pionero en la Historia europea.

Otros hallazgos

Este estudio también ha resuelto uno de los mayores enigmas que rodeaban a Colón: la ubicación de sus restos mortales. A lo largo de los siglos, el lugar de descanso final del navegante fue objeto de intensos debates, con teorías que lo situaban en diversos lugares. Sin embargo, tras un análisis exhaustivo de los restos atribuidos a Colón, el equipo liderado por José Antonio Lorente ha confirmado que los restos del explorador descansan en la Catedral de Sevilla. Esta conclusión, respaldada por un riguroso análisis de ADN realizado en 2006, ha despejado las dudas que persistían en torno a la ubicación de sus huesos.

Este avance científico ha sido determinante para aclarar otro aspecto de la vida de Colón, quien durante siglos ha sido envuelto en leyendas. La precisión de las pruebas genéticas no solo ha confirmado el lugar donde está enterrado, sino que ha aportado una claridad sin precedentes sobre uno de los personajes más enigmáticos de la historia. Durante años, la figura de Colón fue idealizada y rodeada de teorías contradictorias sobre su origen, pero ahora, gracias a la ciencia moderna, podemos afirmar con certeza aspectos clave sobre su identidad y legado.

Sin embargo, la cuestión del origen de Colón sigue siendo un terreno en el que la historia y la genética deben encontrarse para completar el cuadro. Aunque las pruebas de ADN no han sido capaces de señalar un lugar exacto de nacimiento, los resultados apuntan cada vez más a la teoría de que Colón tenía orígenes sefardíes. El ADN del navegante y de su hijo Hernando presentan marcadores genéticos que sugieren una fuerte conexión con la comunidad judía sefardí. En el contexto del siglo XV, ser judío converso implicaba vivir bajo el riesgo constante de persecución, lo que refuerza la idea de que Colón podría haber ocultado su verdadera ascendencia para protegerse y avanzar en su carrera.

Razones de ocultar su identidad

Francesc Albardaner, un experto en la vida de Cristóbal Colón y firme defensor de la teoría de su origen judío, ha apoyado estos hallazgos. Según Albardaner, Colón no solo ocultaba su identidad por razones políticas, sino que también seguía observando en privado las tradiciones y costumbres de su fe judía, aunque públicamente se presentaba como un cristiano devoto. Esta doble vida habría sido esencial para protegerse en un ambiente dominado por la intolerancia religiosa y el control de la Inquisición. Además, Colón habría utilizado su posición como navegante para abrir nuevas oportunidades y evitar caer en las garras de la persecución que sufrían los conversos.

La teoría de que Colón era de origen judío desafía la versión tradicional -que ya desarrollaron, la hipótesis sefardí, escritores como Mariano Fernández Urresti o Carlos Mesa en España- que lo retrataba como un genovés de nacimiento. Si bien no se ha descartado que pudiera haber nacido en Génova, las pruebas recientes señalan una conexión mucho más fuerte con la Península Ibérica y la comunidad sefardí. Esto obliga a reconsiderar muchos aspectos de su vida, desde sus motivaciones para cruzar el Atlántico hasta la influencia que su trasfondo cultural pudo haber tenido en sus expediciones. La comunidad judía, que jugó un papel clave en la financiación del viaje de Colón, pudo haber sido un factor decisivo en su éxito.

El respaldo de influyentes judíos conversos como Luis de Santángel, el escribano de ración de Fernando el Católico, y otros miembros influyentes de la corte, habría sido muy importante para que Colón consiguiera el financiamiento para sus travesías. Esta red de apoyo, compuesta en su mayoría por conversos, muestra la importancia que tuvo la comunidad judía en la empresa colombina y su contribución al descubrimiento de América.

Los avances en el análisis genético realizados por el equipo del profesor Lorente han abierto una nueva página en la historia de Cristóbal Colón. A medida que las pruebas continúan señalando hacia un origen sefardí, la imagen que tenemos del navegante se transforma, mostrando a un hombre que, bajo el peso de las circunstancias de su tiempo, forjó su propio destino en un mundo lleno de incertidumbre y persecución. Aunque todavía quedan algunos interrogantes por resolver, este descubrimiento nos obliga a reconsiderar la compleja figura de Colón y el papel que su identidad pudo haber jugado en su histórica travesía hacia el Nuevo Mundo.