Halloween, Día de los Difuntos y Todos los Santos en Sevilla

La noche del 31 de octubre, muchos barrios sevillanos se llenan de disfraces, decoraciones como calabazas iluminadas, telarañas, brujas y esqueletos

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Disfraces en Isla Mágica por Halloween.
Fiesta de Halloween en Isla Mágica.

En Sevilla, como en gran parte de España, la celebración del Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos es una tradición cargada de solemnidad y respeto por quienes han partido, muy diferente del popularizado Halloween anglosajón. Mientras que la noche del 31 de octubre es sinónimo de disfraces y figuras sobrenaturales en países de tradición anglosajona, en la capital andaluza, el inicio de noviembre es un momento de recogimiento familiar, marcado por la visita a los cementerios, la limpieza y adorno de las tumbas y la oración por las almas de los fallecidos.

Hallowen en Sevilla

En Sevilla, Halloween se ha convertido en una celebración que, aunque ajena a las tradiciones españolas, ha ganado adeptos en los últimos años, especialmente entre los más jóvenes. La noche del 31 de octubre, muchos barrios sevillanos se llenan de disfraces, decoraciones y actividades inspiradas en la festividad anglosajona, adoptando elementos como calabazas iluminadas, telarañas, brujas y esqueletos, en un intento por recrear el ambiente “de terror” que caracteriza a esta fecha. En ciertos puntos de la ciudad, como el centro histórico, es común ver a familias y grupos de amigos paseando disfrazados, y los bares y restaurantes se suman a la temática con decoraciones especiales y eventos nocturnos.

Una de las actividades preferidas de los niños sevillanos durante Halloween es el «truco o trato» (trick or treat), que han adaptado recorriendo el vecindario o las tiendas locales para recibir golosinas. Además, muchos colegios organizan fiestas temáticas para los más pequeños, con concursos de disfraces y actividades recreativas, promoviendo la diversión dentro de un ambiente seguro.

Por otro lado, Halloween en Sevilla también ha dado lugar a fiestas en espacios como parques temáticos y museos, que organizan actividades especiales en torno al miedo y lo paranormal. Lugares como Isla Mágica, por ejemplo, realizan montajes espectaculares con actores caracterizados y recorridos temáticos, que atraen a un público más amplio, desde adolescentes hasta adultos. Asimismo, hay escape rooms y casas del terror que aprovechan esta fecha para ofrecer experiencias especialmente intensas.

Halloween es una tradición establecida en la ciudad, su influencia crece año tras año, y cada vez más sevillanos participan de la festividad, adaptándola a sus propios gustos. Sin embargo, la tradición del Día de Todos los Santos y de los Difuntos sigue siendo la festividad principal y más significativa para los habitantes de Sevilla, quienes, después de la noche de Halloween, vuelven a sus costumbres de recogimiento y veneración a los seres queridos que ya no están.

Día de los Difuntos

La historia de esta tradición tiene profundas raíces en el cristianismo y en la historia cultural sevillana. En España, la influencia de la Iglesia Católica arraigó con fuerza la costumbre de honrar a los santos y a los difuntos con el fin de recordar y rezar por sus almas. En Sevilla, esta festividad coincide con una de las costumbres más marcadas: la representación teatral de Don Juan Tenorio, una obra del fraile español Tirso de Molina y luego recreada por Zorrilla. En esta pieza, el famoso burlador sevillano desafía a la muerte y, en un último acto de redención, se enfrenta a las almas de aquellos a quienes perjudicó en vida. Esta tradición teatral, que se lleva a cabo en diversos teatros y a veces en los mismos cementerios, simboliza el duelo y la confrontación con el más allá, convirtiéndose en un rito que, generación tras generación, sigue vivo en la cultura sevillana.

Las festividades de noviembre en Sevilla ofrecen un contraste marcado con Halloween. Aunque esta última se basa en costumbres antiguas de los pueblos celtas, la del Samhaim, especialmente de Irlanda, y se centra en la idea de un retorno de los espíritus en una noche de brujas, para Sevilla y para Andalucía en general, la Fiesta de Todos los Santos y el Día de los Difuntos se enmarcan en la devoción cristiana y el respeto a los antepasados. Esta celebración tiene como eje central la esperanza en la resurrección, un tema que aparece tanto en la tradición católica como en las enseñanzas bíblicas, donde se recuerda a los santos y se pide por el descanso de las almas en el purgatorio.

1 de noviembre, día de cementerios

Desde el 1 de noviembre, es habitual ver a familias sevillanas acudiendo al cementerio de San Fernando para honrar a sus difuntos. Las tumbas se adornan con flores, especialmente crisantemos, que simbolizan el recuerdo y la vida eterna, y se realizan misas especiales en honor a los fieles difuntos. Esta celebración del Día de Todos los Santos es profundamente emotiva, y refleja la importancia familiar en la cultura sevillana, donde el recuerdo de los ancestros y las historias familiares son pilares básicos. Además, el ambiente en el cementerio durante estos días es especialmente sobrecogedor, con un silencio solemne y el murmullo de las oraciones que acompañan a los que han partido.

Durante esta festividad, las familias sevillanas también mantienen vivas costumbres gastronómicas. Los buñuelos de viento y los huesos de santo, dulces tradicionales en esta época, son imprescindibles en los hogares de Sevilla. Estos dulces, que representan la celebración de la vida y la esperanza en la resurrección, son una parte esencial de la tradición española de Todos los Santos. Los huesos de santo, elaborados con mazapán, suelen simbolizar los restos mortales, mientras que los buñuelos de viento, con su forma esponjosa y hueca, evocan el alma. Estos manjares, con siglos de historia, ofrecen una expresión de la unión entre la vida y la muerte, recordando la efímera naturaleza de la existencia.

La tradición en Sevilla contrasta no solo con Halloween, sino también con las prácticas en otras culturas, como en México con el Día de Muertos, que celebra la vida de los difuntos con coloridas ofrendas y festividades. En Sevilla, el recuerdo de los difuntos se tiñe de recogimiento, donde, a diferencia de las celebraciones de Halloween que cada vez se extienden más en las urbes, el enfoque sigue siendo espiritual y familiar. En Sevilla, la conexión con los difuntos es un vínculo íntimo y respetuoso, en el que se destaca la importancia de orar por el descanso de las almas. Las velas y las flores simbolizan el tránsito hacia la otra vida, y la ciudad se convierte en un lugar de paz y reflexión.

Además, a nivel religioso, la festividad de Todos los Santos cobra en Sevilla un significado profundo, especialmente en las iglesias y cofradías que forman parte del tejido espiritual de la ciudad. La tradición cristiana enseña que los santos representan la esperanza de una vida eterna, y su conmemoración es un acto de fe en la resurrección. En esta línea, el Papa Juan Pablo II, en su recuerdo de esta festividad, subrayó la importancia de rezar por los difuntos y recordar que el destino del ser humano no termina con la muerte, sino que continúa en una vida plena al lado de Dios.

En el cementerio de San Fernando, uno de los más representativos de la ciudad, se encuentran las tumbas de reconocidos personajes históricos y culturales de Sevilla. Visitar el cementerio durante el Día de Todos los Santos es una forma de recordar no solo a los familiares, sino también a figuras emblemáticas de la ciudad que han dejado su huella en la cultura y el arte sevillanos.