Sevilla ha sido testigo en los últimos días de una serie de sucesos relacionados con la caída de ramas de grandes dimensiones, dejando a su paso daños materiales y generando preocupación entre los ciudadanos.
El punto álgido de esta situación se produjo el pasado jueves, en la madrugada, cuando una robusta rama de uno de los árboles que adornan la céntrica calle San Pablo se desprendió con fuerza, impactando directamente sobre la cubierta de la histórica iglesia de Montserrat. La fuerza del golpe provocó la rotura de varias tejas y, lo que es aún más grave, afectó al tendido eléctrico de la zona.
Los cables, desprendidos por el impacto de la rama, no solo dañaron la fachada de la iglesia de Montserrat, sino que también alcanzaron la cercana parroquia de la Magdalena y un vehículo estacionado en las inmediaciones. La imagen de los cables eléctricos colgando precariamente sobre la vía pública y los edificios circundantes fue impactante y generó una gran alarma entre los vecinos.
Afortunadamente, no se registraron heridos personales como consecuencia de este incidente. Agentes de la Policía Local y bomberos se desplazaron rápidamente hasta el lugar para retirar la rama y asegurar la zona, restableciendo así la normalidad en la calle San Pablo.
Este suceso no fue un hecho aislado. Apenas unos días antes, en el Paseo de Colón, los bomberos tuvieron que intervenir para retirar otra rama de grandes dimensiones que había caído sobre un vehículo, provocando daños materiales y lesiones leves a una mujer. Y no solo eso, en el barrio de Pino Montano también se registraron caídas de ramas, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación.
Ante esta oleada de incidentes, el Ayuntamiento de Sevilla ha anunciado la puesta en marcha de un plan de revisión de más de 10.000 árboles, con especial atención a aquellos ejemplares ubicados en la proximidad de parques infantiles. La razón de esta medida es la aparición del denominado «Summer Branch Drop», un fenómeno que afecta a algunas especies arbóreas durante los meses más cálidos del año y que se caracteriza por la caída repentina de ramas aparentemente sanas.
El hermano mayor de la cofradía de Montserrat se ha puesto en contacto con la directora general del Distrito Centro para solicitar la reparación urgente de los daños causados en la iglesia. Mientras tanto, los vecinos de la ciudad esperan que las medidas adoptadas por las autoridades sean suficientes para garantizar la seguridad de todos y evitar nuevos incidentes de este tipo.
Programa de revisiones
El Ayuntamiento, a través de la Delegación de Parques y Jardines, mantiene en marcha desde julio pasado el Programa de Revisión de Árboles de Verano 2024. Esta iniciativa, de vital importancia, busca anticiparse a los efectos del cambio climático y prevenir incidentes relacionados con la caída de ramas, un fenómeno cada vez más común debido a las prolongadas sequías y las altas temperaturas.
El «Summer Branch Drop», como se conoce a este fenómeno, afecta principalmente a árboles maduros, cuyos tejidos se debilitan con el paso del tiempo y las condiciones climáticas adversas. Las ramas, aparentemente sanas, pueden desprenderse sin previo aviso, poniendo en riesgo a personas y bienes.
Ante esta amenaza, el Ayuntamiento ha priorizado la inspección de los árboles de mayor tamaño y aquellos ubicados en zonas de alta concurrencia, como parques infantiles y espacios públicos muy transitados. Asimismo, se presta especial atención a aquellos ejemplares que han presentado problemas en el pasado, con el objetivo de evitar que se repitan incidentes como el ocurrido el 4 de agosto de 2023 en la zona de Amador de los Ríos. En aquella ocasión, una rama de considerables dimensiones se desprendió cerca de un parque infantil, afortunadamente sin causar heridos pero generando gran alarma entre los vecinos.
Otro ejemplo de la necesidad de estas revisiones se produjo unos días después, cuando se decidió cerrar al público una parte de los Jardines de Murillo debido al riesgo de caída de ramas del gran ficus situado en la esquina del Paseo de Catalina de Ribera y la calle Antonio el Bailarín.
Este programa de revisión no solo es una respuesta a incidentes puntuales, sino una apuesta por la gestión sostenible y responsable del arbolado urbano. A través de estas inspecciones periódicas, se busca prolongar la vida útil de los árboles, garantizar su seguridad y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de los sevillanos.