Asesinato machista en Pino Montano

La escena del crimen, un piso en el bloque número 9, se convirtió en el epicentro de una intensa actividad policial

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Asesinato en Pino Montano.
Operarios cubriendo la salida del cuerpo de la escena del crimen.

Un miércoles se transformó en una escena de horror en la calle Estrella Betelgeuse de Pino Montano. La tranquilidad habitual del bloque número 9 se vio interrumpida por la presencia de numerosos agentes de la Policía Nacional que acordonaban el edificio. Los vecinos, desconcertados, presenciaban una escena que les resultaba totalmente ajena a su día a día.

Nadie podía imaginar que detrás de aquellas puertas cerradas se ocultaba una tragedia familiar de proporciones inimaginables. Manolo, un conocido chófer de Tussam que residía en la planta baja del edificio, había acabado con la vida de su esposa, Amparo, de una manera brutal.

Los vecinos, atónitos, relataban a los periodistas cómo Manolo y Amparo eran considerados una pareja ejemplar. «Eran como cualquier otra pareja, nunca les oímos discutir», comentaba una vecina. «Él era un hombre muy deportista y ella, a pesar de haber superado un tumor cerebral hace poco, siempre se mostraba optimista y luchadora».

Incluso Manolo había compartido con algunos vecinos sus planes de futuro. La pareja había decidido vender su piso y mudarse a Cantillana, su pueblo natal. Manolo, que aún le quedaban unos años para jubilarse, había encontrado una solución práctica para compaginar su trabajo con la nueva vida en el pueblo: compartir coche con otros compañeros de Tussam que también residían en Cantillana. «Parecía todo tan normal», confesaba un vecino visiblemente afectado.

Sin embargo, detrás de esta fachada de felicidad se escondía una realidad mucho más oscura. Fue el propio hijo de la pareja quien, al recibir una escalofriante llamada de su padre, alertó a las autoridades. El joven, que trabajaba en una plataforma logística cercana, se dirigió rápidamente al domicilio familiar, donde encontró a su madre tendida boca abajo en la cama, cubierta de sangre. Su padre también presentaba heridas, aunque los detalles de su estado no fueron revelados.

La noticia de este trágico suceso conmocionó a toda la comunidad de Pino Montano. Vecinos y amigos de la pareja se preguntaban qué había podido llevar a Manolo a cometer semejante atrocidad. La investigación policial se encuentra en curso y tratará de esclarecer los motivos que desencadenaron este terrible suceso.

Tragedia resuena en Pino Montano

La escena del crimen, un piso en el bloque número 9, se convirtió en el epicentro de una intensa actividad policial. Agentes de la Policía Nacional, científicos forenses y una comisión judicial trabajaron durante horas para reconstruir los hechos. Según las primeras pesquisas, la víctima, Amparo, de 58 años, había sido asesinada de manera brutal. Varias puñaladas en el cuello, una de ellas seccionando la arteria carótida, evidenciaban la violencia del ataque. Todo indicaba que había sido sorprendida mientras dormía y no había podido defenderse.

El presunto autor del crimen, Manolo, esposo de la víctima, también resultó herido. Se había autoinfligido cortes en el cuello y se investigaba si había ingerido algún tipo de sustancia. Tras ser atendido por los servicios de emergencia, fue trasladado a un hospital de Sevilla bajo custodia policial.

La noticia se propagó rápidamente por el barrio. Vecinos y amigos de la pareja, incrédulos ante lo sucedido, recordaban a Amparo como una mujer amable y luchadora. «Nunca imaginamos que algo así pudiera ocurrir», comentaba una amiga de la víctima. «Eran una pareja normal, siempre los vimos unidos».

Sin embargo, la realidad era mucho más oscura. Tras el crimen, la Policía Nacional confirmó que no constaban denuncias previas por violencia de género relacionadas con la pareja. A pesar de ello, la investigación se centraría en determinar si existían indicios de maltrato psicológico o físico que pudieran haber desencadenado este trágico suceso.

La presencia de los medios de comunicación en el lugar de los hechos generó tensiones con algunos familiares de la víctima y del presunto agresor. La búsqueda de información chocó con el dolor y la confusión de quienes habían perdido a un ser querido. Algunos vecinos, sin embargo, mostraron su comprensión hacia el trabajo de los periodistas, reconociendo la importancia de informar sobre hechos de esta naturaleza.

El cuerpo de Amparo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia. Mientras tanto, los vecinos de Pino Montano intentaban asimilar lo ocurrido. La tragedia había dejado una profunda huella en la comunidad, recordando a todos la fragilidad de la vida y la importancia de prestar atención a las señales de violencia, por pequeñas que parezcan.

La investigación continúa abierta y las autoridades trabajan para esclarecer todos los detalles de este trágico suceso. La muerte de Amparo ha puesto de manifiesto la necesidad de seguir luchando contra la violencia de género y de ofrecer apoyo a las víctimas y a sus familias.