Los Baños de Doña María de Padilla, secretos, leyendas, fantasmas en el Real Alcázar de Sevilla

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Vista de los Baños de Doña María de Padilla.
Zona del Alcázar de los Baños de Doña María de Padilla.

En las profundidades del Alcázar sevillano, bajo la sombra del rey Pedro I «el Cruel», se encuentra un espacio conocido como los Baños de María de Padilla. Aunque su nombre evoca imágenes de sensualidad y placer, la realidad es más prosaica. Es probable que estos espacios, lejos de ser un lugar de baño, sirvieran como un aljibe para el palacio mudéjar y nunca fueran utilizados por la amante del rey.

Pedro I, conocido por su temperamento impetuoso, era un hombre de pasiones ardientes. En su búsqueda de placer, se enamoró de la noble sevillana María de Padilla, desafiando las normas sociales y escandalizando a la corte. Su relación, aunque apasionada, no estuvo exenta de dificultades.

Antes de María de Padilla, el rey había perseguido a otra dama, doña María Coronel. Su negativa a sus deseos lo llevó a cometer un acto cruel: el asesinato de su esposo. Doña María, horrorizada, se refugió en un convento de clarisas, buscando la protección de Dios. Pero el rey, obsesionado, no se rindió. Incluso mandó construir una torre para poder espiarla por encima de la muralla del convento.

Ante tal acoso, María Coronel tomó una decisión drástica. Se roció con aceite hirviendo, desfigurando su rostro para siempre. Este acto extremo finalmente disuadió al rey, quien, arrepentido, le permitió fundar el convento de Santa Inés. Allí, hasta el día de hoy, se conserva su cuerpo incorrupto, inspirando la leyenda de Maese Pérez el organista, magistralmente narrada por Gustavo Adolfo Bécquer.

Los Baños de doña María de Padilla, aunque no albergaron los baños de la dama amada, son un mudo testigo de la turbulenta vida de Pedro I «el Cruel» y de su leyenda que ha encontrado en este aljibe un rincón donde evocar sus andanzas.

Doña María de Padilla

María de Padilla, nacida en 1334 en Padilla de Abajo (Burgos), cautivó al rey Pedro I por su incomparable belleza. La instaló en un pequeño apartamento en el Alcázar, donde ella viviría hasta su muerte en 1361, aquejada de una probable enfermedad reumática.

El rey, en un torbellino de amoríos y decisiones controvertidas, se casó primero con la noble francesa Blanca de Borbón. Sin embargo, la repudió a los tres días, encerrándola en el Alcázar de Toledo y finalmente ordenando su muerte. Los motivos: una dote insuficiente y la infidelidad de Blanca con el hermanastro del rey, don Fadrique.

Más tarde, Pedro I contrajo matrimonio con Juana de Castro, una viuda de noble linaje. Pero María de Padilla, cansada de ser solo la amante, anheló una vida de penitencia y solicitó al Papa licencia para fundar un convento de clarisas. Sin embargo, el destino tenía otros planes. El rey anuló su matrimonio con Juana y regresó con María, declarándola reina y legitimando a sus hijos.

Tras su muerte, María de Padilla fue enterrada en la catedral de Sevilla, junto a su amado rey, quien años después sería asesinado por su hermanastro Enrique de Trastamara. La historia de María Padilla, llena de pasión, tragedia y ambición, sigue resonando en los muros del Alcázar y en las páginas de la historia española.

Los baños de doña María de Padilla: realidad y leyenda

La leyenda cuenta que allí mismo, en el Alcázar, el rey le obsequió unos baños privados, únicos en su belleza.

Estos baños, situados bajo el Patio del Crucero, no eran más que un aljibe almohade del siglo XII. Sin embargo, en la época del rey Alfonso X «el Sabio», se cubrieron con bóvedas de crucería góticas, creando un espacio singular.

La tradición popular teje historias románticas sobre estos baños. Se dice que el rey observaba a María mientras se bañaba desnuda, a través de unas aberturas en el techo que permitían la entrada de luz y aire fresco.

Más allá de la leyenda, los baños son una obra arquitectónica de gran interés. Sus corredores laterales están decorados con pinturas murales renacentistas del siglo XVI, y en el siglo XVII se le añadió una fuente manierista al final de la alberca. Además, se le abrió un acceso al Jardín de la Danza por medio de una bóveda de cañón con azulejos en la entrada.

El diseño y la construcción del recinto mantienen una temperatura fresca constante, ideal para refugiarse del calor del verano sevillano.

¿Fenómenos inexplicables?

Son muchos los comentarios que testimonian personas que, estando de visita en el Real Alcázar, visitando la zona de los Baños de Doña María de Padilla, aseguran haber visto a una mujer vestida de época que se pasea por el entorno e, incluso, se pierde cuando accede a la parte no visitable de los mismos.

Asombrados por la visión creyendo que pudiera ser una actriz caracterizada lo han llegado a comentar con el personal recibiendo siempre la misma respuesta: «No tenemos actores en el edificio». Aunque este tipo de experiencias no es inusual y son muchos los testigos que tenemos atesorados que hablan de otras experiencias en estancias del palacio.

Sea como fuere, la propia Doña María tenía un fuerte vínculo con el Real Alcázar y cuentan que desde su muerte su espíritu sigue en el palacio, vagando por los pasillos y patios. Recuerdo a Juani Peña, una visitante que contacto conmigo para narrarme: «Estaba de visita y en esa zona de los Baños de Doña María de Padilla vimos a un mujer, con un vestido de época que andaba tranquilamente aunque no en dirección a los Baños. Nos llamó la atención y pensamos que se trataba de una actriz. Nos gustó el detalle. Al salir mi marido lo comentó a un vigilante y el chico le dijo que no había actrices en el edificio. Nos quedamos asombradísimos» concluía.

Investigación

En 2013 tuvimos la ocasión de entrar a hacer una investigación en el edificio donde registramos ruidos extraños y una singular sombra, las zonas más activas eran el Palacio Mudéjar y el Palacio Gótico. Incluso nuestras pruebas psicofónicas registraron una especie de lamento en un momento de absoluto silencio y también la presencia de orbes (que pudieran tener una explicación racional).

Las pruebas que tanto Jesús García, como David Flores o yo mismo hicimos fueron positivas, no pudiendo esclarecer de donde surgían las mismas. Igualmente, desde 2013 hasta 2024 he podido visitar el conjunto en varias ocasiones, disfrutar de su Historia o de, recientemente, «Naturaleza Encendida» y, curiosamente, las personas son las que se brindan a contarme relatos de hechos extraños en su interior. En la zona de los Baños pude realizar varias grabaciones con resultado negativo que no quiere decir que haya ausencia de fenomenología, solo que ese día no era el indicado para captar lo que perseguía.

En mi archivo se guarda numerosa información de cuanto acontece en este conjunto de edificios histórico de Sevilla, en sus jardines o en el aljibe, documentación que habla de testigos de apariciones o de hechos extraños y que hacen que sea un lugar con Historia, leyenda y misterio.

Los baños de María de Padilla son un lugar que mezcla realidad y leyenda. Un espacio que nos invita a viajar al pasado y, tal vez, encontrarse cara a cara, con lo imposible.