Las excavaciones del Patio de Banderas a principios del siglo XXI, dirigidas por el arqueólogo Miguel Ángel Tabales, revelaron un tesoro de secretos sobre el pasado de Sevilla. Así lo manifestaba en Diario de Sevilla, destacando la importancia de los trabajos que se realizan en diferentes catas y yacimientos.
Entre los hallazgos más impactantes se encuentran:
1.- Huellas de un tsunami devastador: Un gran edificio portuario romano sucumbió ante un tsunami que azotó la ciudad en el siglo III d.C., ofreciendo un vistazo a la furia de la naturaleza y la fragilidad de las construcciones humanas.
2.- Un posible templo a Isis: Los vestigios de este antiguo templo nos transportan a la época romana, cuando la ciudad adoraba a diversas deidades, revelando la rica diversidad cultural de Sevilla.
3.- Un cenobio enigmático: Los restos de este monasterio, probablemente vinculado a una gran basílica paleocristiana-visigoda aún no encontrada, nos invitan a imaginar la vida religiosa de la ciudad en la Edad Media.
4.- La huella humana más antigua: Un horno o cocina del Bronce Final (siglos IX-VIII a.C.), considerado hasta ahora el indicio más antiguo de actividad humana en Sevilla. Este hallazgo nos remonta a los inicios de la ciudad, a un tiempo en que aún no existía el Tarteso ni los fenicios.
Descubriendo la cocina fenicia
Los restos del horno o cocina, encontrados en 2009 a cinco metros de profundidad, revelan una época en que Sevilla aún no había sido conquistada por los tartésicos ni los fenicios. Las cenizas y la cerámica de retícula bruñida, sin influencias orientalizantes, nos hablan de una cocina comunal rodeada de cabañas circulares, donde los primeros pobladores de Sevilla guisaban y compartían sus comidas.
Las excavaciones del Patio de Banderas han sido como un viaje en el tiempo, revelando capas de historia que van desde la época fenicia hasta la Edad Media. Cada hallazgo nos acerca a la vida cotidiana, las creencias y la arquitectura de las diferentes civilizaciones que habitaron Sevilla, ofreciendo una ventana a un pasado fascinante.
Un tesoro protohistórico en el corazón de Sevilla
Un hallazgo excepcional en el Patio de Banderas ha reescrito la historia de Sevilla. El descubrimiento de restos protohistóricos a 12 metros de profundidad ha conmocionado a la comunidad arqueológica y ha arrojado luz sobre los orígenes fenicios de la ciudad.
Sevilla, recién fundada por los fenicios, se erguía a orillas del mar, en la confluencia de los ríos Guadalquivir y Tagarete (actualmente, el Guadalquivir desemboca a 99 kilómetros de distancia). Esta ubicación estratégica facilitaba tanto la defensa de la ciudad como el comercio fluvial, un objetivo primordial para los fenicios. Además, la ciudad se encontraba sobre un cabezo, un montículo natural que la protegía de las inundaciones del Guadalquivir.
La rareza de este hallazgo se debe a la superposición de civilizaciones a lo largo de la historia de Sevilla. Para alcanzar niveles protohistóricos en el Casco Antiguo, se requieren excavaciones profundas y costosas, que en este caso alcanzaron los 12 metros.
El eco del pasado
El descubrimiento ha generado un gran revuelo mediático, ya que no es habitual encontrar restos de esta época en la ciudad. El doctor Ismael Yebra, vecino y defensor de la Alfalfa como zona más antigua de Sevilla, comentó con ironía: «Eso es que algunos de la Alfalfa fueron allí a echar el domingo», haciendo referencia a la antigüedad del asentamiento.
Este hallazgo nos lleva a un viaje en el tiempo, a los albores de Sevilla, cuando los fenicios se establecieron en este enclave estratégico y sentaron las bases de una ciudad que con el tiempo se convertiría en una de las más importantes del Mediterráneo.