Las ‘Setas’ de Sevilla, un monumento para admirar

La terraza y el mirador que coronan las Setas son el lugar perfecto para disfrutar de unas vistas impresionantes del casco antiguo de Sevilla

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Metropol Sevilla, "Las Setas".
Setas de la plaza de La Encarnación, Metropol.

Metropol Parasol, conocido popularmente como Setas de Sevilla, es una estructura en forma de pérgola de madera y hormigón que domina la céntrica Plaza de la Encarnación. Con sus 150 metros de largo, 70 metros de ancho y 26 metros de altura, esta obra maestra de la arquitectura moderna se ha convertido en un icono de la ciudad.

La estructura, compuesta principalmente por madera laminada, simula un parasol gigante sostenido sobre seis pilares. Su diseño, inspirado en las bóvedas de la Catedral de Sevilla, se caracteriza por una retícula de costillas con curvaturas únicas que le dan un aspecto ondulatorio.

En la base de las Setas se encuentra un mercado tradicional con una gran variedad de productos frescos y locales, así como restaurantes y bares donde se puede disfrutar de la gastronomía sevillana. La planta superior alberga una plaza de espectáculos y el museo arqueológico Antiquarium, que ofrece un recorrido por la historia de la ciudad.

La terraza y el mirador que coronan las Setas son el lugar perfecto para disfrutar de unas vistas impresionantes del casco antiguo de Sevilla. Desde allí, se pueden admirar monumentos como la Giralda, la Catedral y el Alcázar.

El Metropol Parasol, ganador de numerosos premios de arquitectura, ha sido objeto de controversia por su elevado coste y los retrasos en su construcción. Sin embargo, no cabe duda de que se ha convertido en un símbolo de la Sevilla moderna y un referente turístico de la ciudad.

Un mercado con historia

La Plaza de la Encarnación ha sido testigo del bullicio de un mercado desde el siglo XIX. El «Mercado de la Encarnación» era un punto de encuentro para los sevillanos, ofreciendo productos frescos y locales. Sin embargo, en 1948, un replanteamiento urbanístico de la zona llevó a su demolición parcial. La parte restante del mercado sucumbió al paso del tiempo en 1973, dejando un solar vacío en el corazón de la ciudad.

En la década de 1990, el Ayuntamiento de Sevilla decidió dar nueva vida a la plaza. El plan era construir un gran aparcamiento subterráneo y reconstruir el mercado de abastos. Sin embargo, el destino tenía otros planes.

Las excavaciones para el nuevo proyecto revelaron un tesoro histórico: importantes restos arqueológicos de los períodos romano y andalusí. La inversión de 14,6 millones de euros en las obras se vio interrumpida por la necesidad de preservar estos hallazgos.

Un nuevo giro: el concurso

En 2004, el Ayuntamiento decidió aprovechar la oportunidad para crear algo realmente especial. Se convocó un concurso público internacional, buscando ideas y proyectos que integraran el mercado, una plaza pública y un museo para albergar los restos arqueológicos.

El objetivo era claro: crear un espacio que no solo fuera funcional, sino que también se convirtiera en un símbolo de la Sevilla moderna. Un lugar que combinara historia, cultura y modernidad, atrayendo tanto a los sevillanos como a los visitantes.

65 equipos de arquitectos de todo el mundo presentaron sus ideas. Tras una cuidadosa selección, el jurado eligió el proyecto «Metropol Parasol» del arquitecto alemán Jürgen Mayer. Su diseño innovador y vanguardista prometía transformar la plaza en un icono del siglo XXI.

La construcción de la estructura comenzó en 2005, pero su gran magnitud y elevado coste la convirtieron en un proyecto complejo. Las dificultades técnicas y las controversias retrasaron la finalización de las obras, que finalmente se inauguraron en 2011.

Hoy en día, las Setas de Sevilla, como se las conoce popularmente, son un referente de la ciudad. Su diseño único, que combina elementos tradicionales y modernos, ha sido reconocido con numerosos premios de arquitectura.

Más que un mercado

Las Setas de Sevilla son mucho más que un mercado. Son un lugar de encuentro, un espacio cultural, un mirador con vistas impresionantes y un símbolo de la capacidad de Sevilla para reinventarse y mirar hacia el futuro.

Las obras del Metropol Parasol comenzaron el 26 de junio de 2005 con la ilusión de transformar la Plaza de la Encarnación en un icono de la Sevilla del siglo XXI. Sin embargo, el camino hacia su finalización no estuvo exento de obstáculos.

En 2007, cuando la construcción solo había avanzado en los cimientos de hormigón, la empresa Arup, consultora del proyecto, emitió un informe que ponía en duda la viabilidad técnica del diseño original. La compleja estructura de secciones de proyecciones longitudinales no era capaz de soportar los pesos y tensiones previstos.

Madera en lugar de metal

Este contratiempo obligó a buscar una solución alternativa. Se optó por modificar la estructura de los parasoles, sustituyendo el metal por madera laminada de abedul finlandés. Este cambio, aunque solucionaba los problemas técnicos, supuso un incremento de 25,8 millones de euros en el coste total del proyecto, que alcanzó los 100,6 millones de euros.

En 2010, cuando las obras estaban ya en un 80% de su ejecución, Juan Ignacio Zoido, candidato a la alcaldía de Sevilla, presentó una propuesta para agilizar la finalización del proyecto y reducir costes. Su idea era eliminar la estructura de madera de la cubierta y cuatro de las seis setas, las que se encuentran cerca de las calles Regina, José Gestoso, Puente y Pellón. Esta propuesta prometía un ahorro de 20 millones de euros y una apertura más rápida de las instalaciones.

A pesar de la polémica generada por la propuesta de Zoido, el proyecto original siguió adelante. El 27 de marzo de 2011, las Setas de Sevilla fueron inauguradas por el alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín.

Un parasol gigante en el corazón de Sevilla

El diseño vanguardista de las Setas se inspira en las bóvedas de la Catedral de Sevilla y en los ficus macrophylla de la Plaza del Cristo de Burgos. Su forma ondulada recuerda a un conjunto de setas gigantes, de ahí su popular apodo.

Un mirador con vistas panorámicas en la cima de las Setas, un paseo de hormigón recorre la estructura, coronado por un mirador que ofrece vistas impresionantes de la ciudad. Desde allí, se puede admirar el casco histórico, el río Guadalquivir y los monumentos más emblemáticos de Sevilla.

Bajo la sombra de los parasoles se encuentra la Plaza Mayor, un espacio diáfano y elevado que alberga eventos, locales comerciales y restaurantes. Entre ellos, se encuentra el Mercado de la Encarnación, heredero del mercado del siglo XIX que se ubicaba en el mismo lugar.

En el sótano de la Plaza Mayor se encuentra el museo Antiquarium, donde se exhiben los restos arqueológicos romanos y andalusíes hallados durante las excavaciones. Un recorrido por la historia de Sevilla desde las entrañas de la ciudad.

Las Setas de Sevilla se han convertido en un icono de la ciudad, un símbolo de su capacidad para reinventarse y mirar hacia el futuro. Un lugar que combina historia, cultura, modernidad y ofrece una experiencia única a los visitantes.