La simbología oculta de los Reyes Magos y su conexión con la alquimia y la tradición espiritual

René Guénon sugiere que representan la actualización de Melquisedec, figura legendaria que encarna la paz, la justicia y el equilibrio entre realeza, sacerdocio y profecía

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Estos fueron los tres regalos de los Reyes Magos: Oro, mirra e incienso.
Los tres regalos de los Reyes Magos de Oriente: Oro, incienso y mirra.

La festividad de la Epifanía, conocida como la Adoración de los Reyes Magos, encuentra sus raíces en tiempos antiguos y en tradiciones cargadas de misticismo. En el antiguo Egipto, el 6 de enero, equivalente al 11 tybi, marcaba la «manifestación del nuevo sol», un evento vinculado con el renacimiento y la renovación. Este simbolismo es recogido en la palabra «Epifanía», que significa precisamente «manifestación».

En los Evangelios, los Reyes Magos aparecen con un rol enigmático, dejando espacio para interpretaciones esotéricas. René Guénon sugiere que representan la actualización de Melquisedec, figura legendaria que encarna la paz, la justicia y el equilibrio entre realeza, sacerdocio y profecía. Este simbolismo conecta a los magos con una tradición universal que trasciende religiones y culturas.

Los Reyes Magos y sus simbolismos

Melchor, representado como un anciano de barbas blancas, entrega oro a Jesús, símbolo de realeza y perfección espiritual. Es transportado por un camello, animal que encarna resistencia y fuerza. Su tradición remite a las enseñanzas védicas de la India, donde el oro alquímico simboliza la iluminación y el fuego universal, el regalo que se le hace a un rey.

Gaspar, joven de cabello oscuro, lleva incienso, asociado con la naturaleza divina de Jesús. Monta un caballo, símbolo de la inteligencia y el control de los instintos. Su legado se vincula con el zoroastrismo, religión persa que destacó el culto al fuego como manifestación de la verdad divina. Regaló incienso, que es el presente a un dios.

Baltasar, de piel negra, ofrece mirra, que anticipa el sufrimiento y la mortalidad de Jesús. También utiliza un camello como medio de transporte. Su tradición se asocia con los misterios de Egipto, donde la mirra representaba la purificación y la preparación para el renacimiento espiritual, es el regalo que se le hace a un hombre.

La alquimia y el arte hermético en la Epifanía

La relación entre los Reyes Magos y la alquimia es notable. Sus colores tradicionales —blanco, dorado y negro— reflejan las fases de la Gran Obra alquímica: nigredo (negro), albedo (blanco) y rubedo (rojo). Estas etapas simbolizan el proceso de transformación espiritual y material hacia la perfección.

Un detalle fascinante de esta conexión es la «estrella de Oriente», que guía a los magos. Para los alquimistas, el sulfuro de antimonio, al fundirse, forma una estrella de seis puntas, considerada un sello divino en la materia prima de la obra filosofal.

A lo largo de la historia, la figura de los Reyes Magos se ha entrelazado con relatos heroicos y tradiciones caballerescas, como la del mítico Preste Juan. Durante el siglo XIII, el emperador Federico I Hohenstaufen impulsó el culto a los Reyes Magos, lo que dio origen a festividades populares que, con el tiempo, se integraron al carnaval.

Más allá de sus representaciones históricas y culturales, la adoración de los Reyes Magos invita a reflexionar sobre el proceso interno de purificación y transformación. En esta visión, los regalos de oro, incienso y mirra simbolizan las ofrendas espirituales que conducen al nacimiento del «niño de oro» en el corazón de cada ser humano, una metáfora del despertar interior.

La Epifanía y la adoración de los Reyes Magos son mucho más que una celebración religiosa; representan un legado de sabiduría y transformación que conecta lo divino con lo humano, y lo material con lo espiritual. En su esencia, invitan a cada individuo a recorrer su propio camino hacia la iluminación y el renacimiento.