La lluvia amarga el Lunes Santo en Sevilla y obliga a replantear el día a varias hermandades

Lo que parecía una jornada ilusionante se convirtió en un episodio caótico y de decisiones difíciles para muchas hermandades

Actualizado:
Señor de La Redención bajo la lluvia.
La lluvia aguó el Lunes Santo.

La primera señal de alerta se encendió a las seis de la tarde, cuando la Hermandad de Santa Marta comunicó oficialmente que suspendía su estación de penitencia, atendiendo a las previsiones meteorológicas adversas. Poco después, la amenaza de lluvia se hizo realidad, sorprendiendo en la calle a las hermandades de San Pablo, Santa Genoveva, el Beso de Judas y San Gonzalo, que ya habían iniciado su recorrido.

El aguacero, aunque intermitente, alteró por completo el desarrollo de la jornada. La situación más tensa se vivió en la Hermandad de Las Aguas. Su cortejo acababa de iniciar su camino desde la calle Dos de Mayo cuando la lluvia arreció. En medio de la incertidumbre, con parte de la cofradía ya en Castelar y el palio asomando al atrio, la junta de gobierno optó finalmente por regresar a su templo, desandando lo andado.

Dispares decisiones por la lluvia

Vera Cruz y Las Penas, por su parte, decidieron no salir. Desde la Hermandad de Las Aguas se emitió posteriormente un comunicado pidiendo disculpas a los hermanos por la confusión vivida. Paradójicamente, su recogida se produjo cuando el sol ya había reaparecido, aunque los pronósticos seguían advirtiendo de un frente aún por llegar.

Entre las cofradías que ya estaban en la calle, las soluciones fueron variadas. El Beso de Judas acortó su itinerario para alcanzar la iglesia de Santiago. San Pablo, con previsión, se dirigió al santuario de los Gitanos. Santa Genoveva se refugió en el Rectorado de la Universidad de Sevilla, y San Gonzalo optó por resguardarse en la Catedral, a la espera de una mejoría que no llegó a consolidarse. Todas estas decisiones se tomaron, en algunos casos, cuando ya no llovía, lo que añadió un punto de paradoja a la jornada.

La última palabra del día la tuvo la Hermandad del Museo, que canceló su salida justo cuando la lluvia volvía con intensidad. El anuncio del hermano mayor, Ángel Casal, cerraba un Lunes Santo marcado por la frustración. La cofradía se reserva para la procesión extraordinaria con motivo de su 450 aniversario, prevista para noviembre.

El impacto de la jornada también se dejó notar en los barrios. En San Vicente, por ejemplo, la decisión de Las Penas de no salir generó una visible decepción entre los fieles. Mientras, Santa Genoveva emprendía el camino de vuelta apresurado hacia el Tiro de Línea. El regreso de las hermandades cobijadas se plantea, si el tiempo lo permite, para la mañana del Miércoles Santo, una decisión que corresponderá al Cecop y al Consejo.

Problemas logísticos

El día amaneció aún con el eco de las complicaciones vividas el Domingo de Ramos. Tras el incidente del paso de Cristo de la Hiniesta en la Plaza del Duque, el Ayuntamiento realizó una revisión de los árboles en varias zonas del centro. En la Gavidia, se detectaron ejemplares cuya frondosidad habría dificultado el discurrir de Vera Cruz, un asunto que no había sido comunicado formalmente por ninguna hermandad.

La organización también enfrenta retos en términos logísticos. El elevado número de nazarenos y los retrasos acumulados vuelven a poner sobre la mesa la necesidad de repensar el modelo. El ingreso de la Virgen del Socorro en la Campana a las 00:30 horas del ya Lunes Santo es solo un ejemplo de los desfases que afectan al conjunto de la jornada.

El ambiente en la ciudad también reflejó la inestabilidad. Aunque algunos puntos registraron aglomeraciones —como en la Magdalena o San Pablo—, la afluencia general fue menor, especialmente por la noche. Las lecturas de las cámaras instaladas en el centro confirman una tendencia a la baja en la asistencia, ya detectada en años anteriores. En 2023, último año con Semana Santa completa, el Ayuntamiento registró un 30% menos de movimiento respecto a 2019, lo que supuso un millón de personas menos en el centro.

El Lunes Santo dejó una estampa agridulce en Sevilla, con hermandades a la intemperie, decisiones de última hora y cielos caprichosos que, una vez más, marcaron el ritmo de la Semana Santa.