El alcalde de Sevilla califica de “éxito” la Semana Santa de 2025, pero propone abrir un debate sobre su futuro

Pese a su tono optimista, el alcalde no ha querido eludir las voces que reclaman una reforma profunda de la Semana Santa sevillana

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Sanz y la Giralda al fondo.
José Luis Sanz, alcalde de Sevilla.

La Semana Santa de 2025 ha sido, en palabras del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, “una edición ejemplar”. Así lo ha asegurado durante la comparecencia de balance celebrada este Lunes de Pascua, donde ha destacado la “mínima incidencia” registrada a lo largo de los diez días de celebraciones. No obstante, lejos de cerrar el capítulo con un mensaje triunfalista, el regidor ha instado a abrir una reflexión conjunta entre todos los actores implicados en la fiesta, con el objetivo de revisar algunos de los aspectos más controvertidos que afectan al desarrollo de la Semana Santa en el contexto actual.

Entre los temas que Sanz considera prioritarios para este debate figuran la proliferación de vallados en puntos clave del recorrido, el crecimiento exponencial de los cortejos procesionales —más de 75.000 nazarenos este año— y el uso abusivo de sillas plegables en zonas no autorizadas, una práctica que continúa dificultando la movilidad de los peatones y la fluidez de la ciudad durante estos días.

El alcalde ha defendido que firmaría “sin dudar” repetir una Semana Santa como la de este año en 2026, pese a las críticas recibidas desde distintos sectores por la presencia excesiva de vallas en enclaves neurálgicos como la Cuesta del Rosario o el Arco del Postigo. Ha explicado que estas medidas responden a decisiones de seguridad adoptadas por la Policía Nacional, por lo que ha evitado emitir juicios al respecto: “No me gustan, pero no voy a cuestionarlas”, ha afirmado.

Durante la rueda de prensa, que ha comenzado con un mensaje de pésame por el fallecimiento del papa Francisco, Sanz ha agradecido públicamente la labor de los más de 4.000 empleados municipales que han contribuido al buen desarrollo de la celebración, desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. Ha respaldado su valoración con datos concretos: más de 2,5 millones de viajeros en el transporte urbano Tussam —un 18% más que en 2023—, y una ocupación hotelera que ha superado el 80%.

Turismo y hostelería, dos caras de la misma moneda

Aunque el debate sobre la turistificación de la Semana Santa ha cobrado fuerza en los últimos años, Sanz ha reiterado que el Ayuntamiento no realiza promoción específica de la celebración. “No lo necesita. La Semana Santa de Sevilla se vende sola”, ha asegurado, en línea con las declaraciones del presidente del Consejo de Hermandades, Francisco Vélez, quien días antes sostuvo que el turismo no es esencial para el éxito de la fiesta.

También ha habido palabras de reconocimiento para el sector hostelero. El alcalde ha elogiado el cumplimiento normativo del 99,5% de los establecimientos durante estos días. De los más de 3.500 locales inspeccionados, solo se han registrado incidencias en 206, con tres cierres como resultado.

Una Semana Santa más ordenada, pero aún con retos pendientes

La edición de 2025 ha sido, en términos meteorológicos y logísticos, más favorable que la del año anterior, marcada por las intensas lluvias. Solo ocho cofradías se vieron obligadas a suspender su estación de penitencia en esta ocasión.

Sin embargo, la acumulación de problemas relacionados con la movilidad —como la ocupación de espacios públicos con sillas y personas sentadas durante horas en aceras y calzadas— sigue siendo uno de los grandes desafíos para la organización. Según datos municipales, se han retirado más de 400 sillitas en zonas prohibidas, aunque el fenómeno continúa generando “efectos equivalentes” que restringen el paso y contribuyen a una fiesta más estática.

El incidente de la calle Relator y la respuesta ciudadana

Uno de los episodios más delicados de esta Semana Santa se produjo en la calle Relator durante la Madrugada, cuando una deflagración por acumulación de gases provocó la explosión de varias arquetas, dejando al menos un herido. Sanz ha valorado positivamente la actuación de los servicios de emergencia y la reacción del público y la hermandad presente en ese momento, destacando que “se va aprendiendo a manejar situaciones de pánico”.

¿Se necesita una reforma?

Pese a su tono optimista, el alcalde no ha querido eludir las voces que reclaman una reforma profunda de la Semana Santa sevillana. En su opinión, el crecimiento de las cofradías y las limitaciones de tiempo y espacio hacen inevitable una revisión del modelo. Si bien ha reconocido que algunas decisiones corresponden exclusivamente al Consejo de Hermandades, ha insistido en que todos los sectores deben sentarse a debatir sobre el futuro de la fiesta más emblemática de la ciudad.

“Es el momento de reflexionar. No podemos mirar hacia otro lado”, ha sentenciado el alcalde, dejando claro que el éxito de 2025 no debe ocultar los retos que se avecinan.