Desde la tarde del 31 de diciembre, decenas de personas participan en una fiesta rave en la Dehesa de Tablada, Sevilla, provocando una oleada de molestias a los vecinos de municipios situados al otro lado del río Guadalquivir, como Gelves, San Juan de Aznalfarache y Mairena del Aljarafe. La música, que se mantiene a un volumen ensordecedor, ha perturbado el descanso de numerosas familias durante toda la noche de Año Nuevo, según relatan los afectados.
“Es imposible dormir, incluso con las ventanas cerradas, las vibraciones llegan a notarse en toda la casa”, comenta un vecino de San Juan. La fiesta, que comenzó en la tarde del 31, aún no ha cesado, generando un creciente malestar en las comunidades cercanas. A pesar de las numerosas quejas presentadas a las policías locales de los municipios afectados, estas no han intervenido debido a que la rave se desarrolla en territorio del término municipal de Sevilla.
Un lugar recurrente para celebraciones ilegales
La ubicación elegida para la rave, cerca de la antigua pista del aeródromo de Tablada, parece haberse convertido en un enclave habitual para este tipo de concentraciones. Según los vecinos, estas fiestas suelen organizarse con cierta periodicidad, especialmente en primavera, cuando llegan a celebrarse casi todos los fines de semana. La fiesta actual es la segunda en menos de un mes, lo que ha disparado la preocupación entre los residentes de las áreas cercanas.
El impacto no solo se limita al ruido: decenas de vehículos aparcados en la zona reflejan la elevada afluencia de asistentes. Los residentes critican la falta de intervención de las autoridades para evitar que estas concentraciones ilegales sigan repitiéndose, especialmente en un área que, según los denunciantes, parece haber quedado fuera del radar de la vigilancia policial.
Un precedente violento en Sevilla Este
El malestar causado por estas raves se suma a un episodio reciente que tuvo lugar en Sevilla Este hace apenas una semana. Una fiesta ilegal celebrada en el antiguo complejo hospitalario de San Pablo terminó en violencia, dejando varios heridos por machetazos y atropellos. En aquella ocasión, aproximadamente un centenar de personas acudieron al evento, que finalizó con un saldo preocupante de incidentes.
Este antecedente agrava la inquietud entre los vecinos y pone en el punto de mira la falta de control sobre este tipo de celebraciones. La situación exige, según los residentes, una actuación más firme por parte de las autoridades para evitar que estas reuniones continúen alterando la paz de las comunidades cercanas y representen un peligro potencial.
Mientras tanto, la rave en Tablada sigue en marcha, prolongando una situación que ya ha marcado un inicio de año turbulento para muchos vecinos.
