La tranquilidad en las rutas del Polígono Sur se ha visto truncada en menos de 48 horas tras la reanudación del recorrido habitual de las líneas 30, 31 y 32 de Tussam. En un contexto marcado por episodios reiterados de vandalismo y agresiones, la operadora municipal se ha visto obligada a volver a instaurar desvíos y eliminar temporalmente varias paradas, medida que ha generado preocupación tanto entre los usuarios como en los conductores.
Tras semanas de itinerarios alternativos debido a los apedreamientos a autobuses, la empresa reintrodujo el trayecto convencional este jueves. Sin embargo, los recientes actos vandálicos y las agresiones físicas contra vehículos públicos han reavivado la tensión en la zona. Los incidentes, que se han intensificado en las últimas horas, han dejado claro que la normalidad es frágil en un entorno donde la seguridad de los ciudadanos y trabajadores se ve comprometida.
Líneas desviadas, nuevamente
La línea 30 había sido desviada a finales de enero, mientras que las líneas 31 y 32 cambiaron su curso a principios de febrero. Apenas se restableció el recorrido habitual en el barrio, la Policía Local solicitó nuevamente modificaciones en las rutas para intentar controlar la escalada de violencia. Así, este sábado se notificó a través de la aplicación de Tussam que las líneas 31 y 32 transitarían por la calle Padre José Sebastián Bandarán, una decisión motivada por la necesidad de proteger a los usuarios y a los conductores de nuevos ataques.
En un tuit emitido por la cuenta oficial de la empresa, se informó que “hasta nuevo aviso” se adoptarán desvíos alternativos, ya que se han registrado nuevos casos de agresiones y actos de vandalismo contra los autobuses. Las modificaciones han implicado, además, la eliminación temporal de las paradas en puntos críticos, tales como las ubicadas en Luis Ortiz Muñoz, Orfebre Cayetano González-Luis Ortiz Muñoz y Victoria Domínguez Cerrato-El Mago de Oz.
Temor en los conductores
La situación ha generado un clima de incertidumbre y alarma. Los conductores de Tussam expresaron su temor ante la posibilidad de que estos episodios se repitan, poniendo en riesgo no solo la integridad física de quienes operan el servicio, sino también la de los pasajeros. “Cada vez que creemos que la situación mejora, volvemos a enfrentarnos a nuevos actos de agresión que afectan tanto a nuestros autobuses como a nuestro personal”, comentó uno de los conductores, quien prefirió no revelar su nombre por motivos de seguridad.
Los vecinos del Polígono Sur también han manifestado su descontento. Muchos critican la eliminación de paradas, señalando que dicha medida supone un retroceso en la calidad del transporte público y afecta directamente la movilidad y la vida diaria de la comunidad. “Es inaceptable que, en pleno siglo XXI, tengamos que soportar actos de vandalismo que nos obligan a renunciar a servicios esenciales. Cada paradero suprimido es un retroceso que perjudica a todos”, denunciaron varios usuarios.
Agresiones contra los autobuses
Las agresiones contra los autobuses no solo han tenido un impacto en el servicio de transporte, sino que también han evidenciado la necesidad de revisar las medidas de seguridad en la zona. Las autoridades locales se encuentran en una encrucijada: por un lado, deben garantizar la continuidad del servicio y la libertad de tránsito; por otro, tienen la responsabilidad de proteger a la comunidad frente a estos actos violentos. Mientras tanto, la Policía Local refuerza sus operativos en el barrio, aunque los resultados aún son inciertos.
Este escenario ha vuelto a poner en el centro del debate la seguridad en el transporte público y la eficacia de las medidas preventivas. Las autoridades municipales aseguran que seguirán implementando cambios en la ruta y reforzando la presencia policial hasta que se logre restablecer un ambiente seguro para todos. No obstante, tanto ciudadanos como trabajadores mantienen la incertidumbre sobre la posibilidad de que la violencia persista, amenazando con desestabilizar definitivamente la normalidad en el Polígono Sur.