Miembros de la Policía Nacional en las Tres Mil Viviendas.
Agentes de la Policía Nacional en el Polígono Sur.

Una castañada en el Polígono Sur acaba entre disparos y miedo: “Caían casquillos sobre la parroquia”

Tiroteo sin heridos sacude las Tres Mil Viviendas durante una actividad parroquial en Jesús Obrero

 

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El Polígono Sur de Sevilla volvió a ser escenario de tensión en la noche del pasado viernes al sábado, cuando un tiroteo cerca de la parroquia de Jesús Obrero, en la zona de las Tres Mil Viviendas, provocó la movilización de varias unidades de la Policía Nacional.

Los hechos ocurrieron sobre las ocho y media de la tarde, cuando vecinos alarmados alertaron de una ráfaga de disparos que, según varios testigos, fueron “continuos y duraron cerca de diez minutos”.

A pesar de la intensidad del suceso, no se registraron heridos ni detenidos, aunque la policía mantiene abierta una investigación para esclarecer el origen y los responsables de los disparos.

Las patrullas desplazadas al lugar realizaron una inspección de urgencia en las inmediaciones de la barriada Martínez Montañés, sin encontrar indicios de enfrentamientos directos ni daños personales.

El tiroteo sorprendió a decenas de personas que participaban en una actividad comunitaria organizada por la parroquia de Jesús Obrero, dirigida por el sacerdote Sergio Codera, conocido por su labor pastoral en la zona.

En ese momento, el grupo juvenil El Cotarro celebraba su tradicional castañada, una cita semanal en la que jóvenes del barrio rememoran el milagro de don Bosco, símbolo de convivencia y esperanza.

El propio párroco grabó un vídeo, compartido posteriormente en sus redes sociales @sercode y @salesianosjob, donde se escucha con claridad la sucesión de disparos. “Los tiros sonaban muy cerca, tanto que algunos casquillos cayeron sobre las caracolas de la parroquia”, relató Codera.

En pocos minutos, la celebración se convirtió en un refugio improvisado para vecinos que buscaron resguardarse del peligro.

“Aquí había ya unas cien personas para la castañada. Y no había más porque hacía mucho frío”, explicó el sacerdote, recordando cómo familias enteras y menores permanecieron en el interior hasta que los agentes confirmaron que todo había terminado. Tras el despliegue policial, el grupo pudo regresar a sus casas sin incidentes.

Noche de miedo en las Tres Mil Viviendas

Horas después, y ya con la calma restablecida, el párroco compartió una reflexión en sus redes sociales, subrayando la necesidad de diálogo y reconciliación en el barrio. “Hay que sentarse a hablar, como siempre se ha hecho, para poner paz y tranquilidad, como lo hicieron los grandes patriarcas que nos enseñaron a convivir”, escribió Codera, quien pidió perdón “por las consecuencias que podría tener una bala perdida”.

El sacerdote insistió en que el Polígono Sur sigue siendo un lugar con “mucho bueno que valorar”, pero lamentó que estos episodios empañen el trabajo de años por parte de asociaciones, educadores y comunidades religiosas que buscan reconstruir la convivencia en la zona.

“Lo que no se publica, parece que no existe, y estas cosas deben saberse para que quienes tienen responsabilidad actúen”, indicó en su mensaje.

No es la primera vez que las barriadas de Martínez Montañés o Murillo sufren incidentes similares. Hace poco más de un año se registraron varios tiroteos en la zona conocida como Los Verdes, también en el Polígono Sur, que obligaron a reforzar la presencia policial de manera temporal.

La parroquia de Jesús Obrero, que formó parte de la Misión de la Esperanza de Triana, se ha convertido en uno de los referentes sociales del barrio, promoviendo actividades educativas y de inserción para jóvenes. Su labor ha sido reconocida por vecinos y entidades sociales, que ven en ella un símbolo de resistencia frente a la marginalidad y la violencia.

Mientras la investigación policial continúa, los vecinos piden mayor seguridad y una presencia estable de las fuerzas del orden, temerosos de que los disparos vuelvan a repetirse. En palabras del párroco, “la Esperanza nos anima a seguir adelante, pero también a exigir que estos hechos no se normalicen”.