Cartel con la imagen de Sandra Peña y tortugas en tonos morados.
Cartel anunciando la misa por Sandra Peña.

Un mes sin Sandra Peña, su familia convoca una misa y pide justicia por el acoso escolar

El recuerdo de Sandra Peña vuelve a reunir al barrio del Cerro del Águila un mes después de su muerte

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La comunidad del Cerro del Águila volverá a unirse este viernes 14 de noviembre para recordar a Sandra Peña, la adolescente de 14 años que se quitó la vida el pasado mes de octubre tras denunciar haber sufrido acoso escolar en el colegio Irlandesas Loreto.

La misa, convocada por su familia al cumplirse el primer mes de su fallecimiento, se celebrará a las ocho de la tarde en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, templo muy ligado a la joven y a su entorno.

Sandra era hermana de la Hermandad del Cerro del Águila y también formaba parte de la de San José Obrero, dos instituciones que la recuerdan como una muchacha alegre, comprometida y querida por sus compañeros.

La familia ha querido abrir las puertas del acto religioso a todas las personas que deseen acompañarles “para rezar juntos por su alma”, en un gesto que busca transformar el dolor en una muestra de unión comunitaria.

El pasado 30 de octubre, apenas dos semanas después del trágico suceso, la parroquia de San José Obrero acogió una misa en su memoria que reunió a centenares de personas. Aquella ceremonia fue descrita como profundamente emotiva: amigos, profesores y vecinos llenaron la iglesia hasta el punto de quedar sin espacio, acompañando a los padres de Sandra en su duelo.

Avance en la investigación judicial del caso Sandra Peña

Mientras el entorno más cercano de la joven se prepara para la nueva misa, el caso sigue su curso en la Fiscalía de Menores de Sevilla, donde este miércoles están citados a declarar los padres de Sandra en calidad de testigos perjudicados.

Según fuentes policiales, los agentes del GRUME (Grupo de Menores de la Policía Nacional) ya han entregado su informe completo al Ministerio Público, con los resultados de la investigación sobre el presunto acoso escolar que sufrió la adolescente.

El documento recoge las declaraciones de las tres alumnas señaladas por la familia como responsables del acoso, así como los testimonios de compañeros y docentes del centro. La Fiscalía deberá ahora determinar si existen indicios de delito en la conducta de estas menores, todas de 14 años.

En este sentido, la legislación española establece que los adolescentes pueden responder penalmente a partir de los 14 años, por lo que el caso se examina bajo la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor. Si se confirmaran los hechos, las jóvenes implicadas podrían enfrentarse a medidas correctivas, educativas o de convivencia, según determine la autoridad judicial.

Dos frentes abiertos: el centro y la administración

La Fiscalía de Menores mantiene dos líneas de investigación abiertas en relación con el suicidio de Sandra Peña. La primera se centra en la posible responsabilidad del colegio Irlandesas Loreto y de la Junta de Andalucía, después de que se confirmara que el centro fue informado por los padres de la situación de acoso, pero no activó el protocolo antiacoso ni el antisuicidio, como exige la normativa vigente.

Fuentes de la Junta confirmaron que el colegio no notificó el caso a Inspección Educativa, un paso obligatorio cuando existe constancia de un posible bullying. Esa omisión podría derivar en consecuencias administrativas o disciplinarias si se demuestra que hubo negligencia institucional.

La segunda línea de investigación busca esclarecer el grado de participación de las tres menores presuntamente implicadas. Se trata de un proceso especialmente delicado por la edad de las implicadas y por el impacto emocional que el caso ha generado en toda la comunidad educativa.

La muerte de Sandra Peña ha reabierto el debate sobre la eficacia de los protocolos de prevención del acoso y del suicidio en los centros escolares andaluces. Asociaciones de padres y colectivos educativos han reclamado una revisión urgente de los mecanismos de detección temprana, así como más formación para el profesorado y refuerzo psicológico para el alumnado.

Entre tanto, en el barrio del Cerro del Águila, la memoria de Sandra sigue viva. Este viernes, su nombre volverá a escucharse entre oraciones, flores y lágrimas. Su familia, rodeada de un pueblo que no la olvida, pedirá justicia, pero también consuelo, para una niña que solo buscaba paz.