
Un hombre siembra el terror en el Hospital Virgen del Rocío al esparcir gasolina y portar un cuchillo
El individuo, de unos 50 años, fue interceptado tras acceder por la zona de cafetería

La Policía Nacional ha detenido este miércoles a un hombre que irrumpió en el Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, provocando momentos de gran tensión y alarma entre pacientes, personal sanitario y visitantes.
Según los primeros testimonios, el individuo accedió al recinto portando un cuchillo y un soplete, mientras esparcía gasolina por el suelo en una de las áreas de acceso del complejo hospitalario.
El suceso se produjo en la zona de entrada principal, donde el hombre, descrito por testigos como alguien de unos cincuenta años y de apariencia cuidada, generó un episodio de gran caos. Uno de los testigos, Juna Luis, indicaba que aunque algunos presentes señalaron que parecía ser de origen español, ninguno pudo confirmarlo con certeza, ya que no llegó a pronunciar palabra antes de ser interceptado.
La intervención policial evitó daños mayores
Efectivos de seguridad del propio centro fueron los primeros en reaccionar al percatarse de la presencia del sospechoso y de la gasolina derramada. Minutos después, varios agentes de la Policía Nacional accedieron por la zona de cafetería, una vía alternativa habilitada debido al desorden generado en la entrada principal.
La actuación se desarrolló con rapidez para impedir que el individuo pudiera provocar un incendio, dada la presencia del combustible y del soplete. Los agentes lograron reducir al hombre sin que se produjeran heridos, aunque la situación generó un comprensible estado de alarma entre los numerosos pacientes y familiares que se encontraban en el hospital a esa hora.
Su comportamiento, aparentemente premeditado y potencialmente peligroso, ha llevado a analizar si existen antecedentes, problemas personales o indicios de inestabilidad que expliquen su actuación. El dispositivo de seguridad del hospital permaneció operativo durante varios minutos y a restablecer el tránsito habitual.
Testigos consultados relataron que el hombre avanzó con movimientos decididos y sin mostrar signos de nerviosismo. Su silencio y el hecho de que portara tanto un cuchillo como un soplete incrementaron la inquietud de quienes fueron sorprendidos por la escena.
Muchos de ellos buscaron refugio en pasillos, consultas o áreas de espera, siguiendo las indicaciones del personal de seguridad.
Un episodio que reabre el debate sobre la seguridad en centros sanitarios
Este incidente vuelve a poner sobre la mesa la importancia de reforzar los protocolos de seguridad en infraestructuras críticas como los hospitales, espacios médicos que reciben diariamente a miles de personas y donde cualquier alteración puede desencadenar situaciones de grave riesgo.
En este tipo de escenarios, la presencia de materiales inflamables, la elevada afluencia de público y la vulnerabilidad de pacientes y profesionales hacen que acciones como la registrada en el Virgen del Rocío supongan una amenaza extrema.
La combinación de gasolina y un soplete dentro de un recinto cerrado podría haber derivado en un incendio de grandes dimensiones, con potencial para causar daños humanos y materiales de enorme magnitud.
Igualmente la irrupción de una persona armada en un lugar público resalta la necesidad de mantener y actualizar los sistemas de vigilancia, así como de garantizar la coordinación entre los equipos internos de seguridad y las fuerzas policiales. La rápida reacción de la Policía Nacional en esta ocasión fue determinante para evitar consecuencias mucho más graves.
Con el detenido ya bajo custodia, el hospital ha retomado su actividad con normalidad, aunque el impacto en quienes presenciaron la escena continúa siendo notable. Se espera que se puedan ofrecer más detalles a medida que avance la investigación y se esclarezcan los motivos que llevaron al individuo a protagonizar este episodio que mantuvo en vilo a una de las principales instalaciones sanitarias de Sevilla.

