
Tussam incorporará alcoholímetros antiarranque en su flota de autobuses para realizar controles a los conductores
La empresa ya trabaja en la elaboración de un protocolo de actuación para su personal

La empresa pública de transportes de Sevilla, Tussam, comenzará a implantar controles automáticos de alcoholemia a sus conductores mediante un sistema de alcoholímetros antiarranque. Esta tecnología, que impide poner en marcha el vehículo si el conductor da positivo en la prueba, será incluida progresivamente en los nuevos autobuses que se incorporen a la flota.
La instalación de estos dispositivos es obligatoria por ley desde el 6 de julio de 2022, tal como establece la actual Ley de Tráfico en su disposición adicional décimo quinta. Esta norma exige que todos los vehículos destinados al transporte de viajeros con más de ocho plazas, además del conductor, y que dispongan de una interfaz adecuada, cuenten con un alcoholímetro antiarranque en funcionamiento. Sin embargo, hasta ahora, dicha medida no se había aplicado en los autobuses de Sevilla.
Fuentes del Ayuntamiento han confirmado que la inclusión de este sistema se enmarca dentro del proceso de renovación de la flota que Tussam está llevando a cabo. La empresa ya trabaja en la elaboración de un protocolo de actuación para su personal, en el que se incorporarán propuestas realizadas por el comité de empresa, especialmente en lo relativo a la protección de datos y la privacidad de los trabajadores.
El dispositivo, denominado Interlock 7500, consta de un terminal y una unidad de control. Para poder arrancar el autobús, el conductor debe soplar en el terminal, que analiza el aire espirado. Si se supera el límite legal de 0,15 miligramos de alcohol por litro de aire, el vehículo se bloquea automáticamente. Si el resultado es negativo, se habilita el encendido. Esta prueba será obligatoria al inicio de cada turno, y también tras pausas de al menos media hora, según marca la normativa.
Confidencialidad de las pruebas en Tussam
Desde el comité de empresa se ha trasladado una solicitud a la dirección de Tussam para que estas pruebas se realicen en condiciones que garanticen la confidencialidad e intimidad del trabajador, especialmente cuando se lleven a cabo en espacios públicos concurridos.
“No estamos en un contexto privado, sino en un entorno laboral”, recuerdan desde el comité, al tiempo que recalcan que se trata de una medida de prevención de riesgos laborales y que su implementación debe respetar los derechos fundamentales del trabajador, como la dignidad, la intimidad y la protección de datos.
Una de las principales preocupaciones sindicales es que las pruebas puedan realizarse con pasajeros a bordo. En caso de que un conductor no supere el control, el vehículo no arrancaría, lo que, a juicio del comité, supondría una posible vulneración del derecho a la intimidad, al exponer públicamente una condición personal del trabajador.
Tussam aún no ha detallado públicamente el contenido final del protocolo, pero ha asegurado que está trabajando para equilibrar la seguridad vial con el respeto a los derechos laborales, en colaboración con los representantes sindicales.
Con la aplicación de esta medida, Sevilla se suma así a otras ciudades que ya cumplen con la normativa nacional en materia de seguridad en el transporte colectivo.