Los trabajadores de los equipos de menores de servicios sociales en Sevilla se encuentran en una situación crítica debido a la falta de personal y al aumento constante de la carga de trabajo. Esta situación, que se ha ido agravando en los últimos años, ha llevado al límite a muchos profesionales, como Antonio, quien sufrió un ataque de ansiedad tras una dura jornada laboral, y María, quien se encuentra de baja por estrés.
El sindicato CSIF ha elevado un informe al Ayuntamiento de Sevilla donde se detalla la «situación crítica y terminal» que viven estos trabajadores. En el informe se denuncia la plantilla infradotada, la asunción de tareas por encima de las posibilidades del personal y la falta de medidas para atender a las necesidades crecientes de un colectivo cada vez más vulnerable.
El servicio de prevención de Riesgos Laborales ha concluido en su última evaluación psicosocial que la carga actual de trabajo asumida por la plantilla es «intolerable». Esta situación ha generado un clima de «malestar generalizado» entre los trabajadores, quienes se sienten «desbordados» y «sin recursos suficientes» para atender adecuadamente a los menores a su cargo.
Familias y problemáticas cada vez más complejas
Los trabajadores de CSIF señalan que la realidad familiar y social ha ido evolucionando en los últimos años, con familias y modelos familiares cada vez más complejos y problemáticos. Esta complejidad requiere de una mayor atención y recursos especializados, que no están disponibles actualmente.
La situación de los trabajadores de menores de servicios sociales se ha visto agravada por las agresiones que han sufrido algunos de ellos en una oficina municipal. Estos hechos han generado aún más tensión y malestar entre la plantilla, que se siente desprotegida e insegura.
Medidas urgentes
CSIF exige al Ayuntamiento de Sevilla que tome medidas urgentes para abordar esta situación crítica. Entre las medidas propuestas se encuentran: Aumento de la plantilla de personal,
mejora de las condiciones laborales, implementación de medidas de apoyo psicológico, garantizar la seguridad de los trabajadores y adecuación de los recursos a las necesidades reales de los menores.
La situación de los trabajadores de menores de servicios sociales en Sevilla es un problema grave que no puede esperar más. El Ayuntamiento debe actuar con celeridad para garantizar la atención adecuada a los menores de edad y para proteger la salud y el bienestar de los trabajadores.
Es necesario un compromiso firme por parte de las autoridades para abordar este problema de manera integral y encontrar soluciones duraderas que beneficien a todos los implicados.
Servicios Sociales de Sevilla: Equipos incompletos, listas de espera y niños en riesgo
Los servicios sociales del Ayuntamiento de Sevilla se encuentran en una situación crítica debido a la falta de personal y la acumulación de trabajo, lo que genera largas listas de espera y pone en riesgo la atención a los colectivos más vulnerables, especialmente a los niños y adolescentes.
Los trabajadores de los servicios sociales, a pesar de su esfuerzo y dedicación, se ven desbordados por la falta de personal y el aumento constante de casos. Esta situación se agrava en los equipos que atienden a familias y menores en situaciones de riesgo, como violencia intrafamiliar, bullying, problemas escolares, consumo de drogas o absentismo.
La falta de personal impide que los equipos de servicios sociales puedan desarrollar proyectos de intervención familiar multidisciplinares, tal y como establece la ley. Esta situación, según denuncian los trabajadores, «va en contra de la ley» y «pone en riesgo la vida de muchos menores».
Precariedad laboral y bajas sin cubrir
La precariedad laboral en los servicios sociales, con contratos temporales y bajas sin cubrir, agrava aún más la situación. «Las plantillas son las mismas que hace dos décadas», denuncian desde CSIF, «y no están preparadas para atender las necesidades de la sociedad actual».
La ley establece que los equipos de menores de los servicios sociales comunitarios deben estar compuestos por tres figuras: trabajador social, psicólogo y educador social. Sin embargo, en la mayoría de los centros, estas tres figuras no están presentes o no pueden dedicar el tiempo suficiente a cada caso.
La falta de personal y la imposibilidad de cumplir con las leyes tienen graves consecuencias para los menores en riesgo. Se retrasan las intervenciones, se toman decisiones sin el consenso de todo el equipo y se ponen en riesgo las medidas de protección.
Al límite por falta de personal
Los trabajadores de los servicios sociales de Sevilla se encuentran al borde del colapso debido a la falta de personal, una situación que se ha agravado en los últimos años y que ha llevado a muchos profesionales a un estado de estrés y ansiedad insostenible.
Testimonios desde el interior
Estefanía, trabajadora social de un equipo básico de infancia, denuncia la falta de cinco profesionales en su plantilla, incluyendo dos educadores sociales y tres trabajadores sociales, de los cuales uno está de baja. «Es una situación alarmante», afirma, «la falta de personal es crónica y el trabajo se ha triplicado, sin que se cubran las vacantes». Esto genera una carga de trabajo excesiva que, junto a la necesidad de atender situaciones de emergencia de forma inmediata, provoca un alto nivel de estrés entre los trabajadores.
María del Carmen, trabajadora social de otro centro de servicios sociales, corrobora la situación y la califica como «estructural» y con una tendencia preocupante hacia la privatización de los servicios. «Esto genera listas de espera innecesarias y pone en riesgo la atención a los menores», advierte.
Falta de personal y desorganización
En el centro donde trabaja María del Carmen, estuvieron un año y medio sin psicóloga tras la jubilación de la anterior, y solo se pudo cubrir la vacante gracias a la liberación sindical del educador social. Esto la obligó a asumir toda la carga de trabajo en algunas ocasiones. «Nos trajeron una psicóloga, pero cuando el educador social está liberado, el equipo sigue incompleto», lamenta.
A la falta de personal se suma la «falta de planificación y organización», según María del Carmen. «Los que quedamos tenemos que suplir la función del educador cuando está liberado, lo que nos agota», afirma.
Consecuencias para los usuarios y los trabajadores
La falta de personal en los servicios sociales de Sevilla tiene graves consecuencias para los usuarios del servicio, quienes ven retrasadas las intervenciones y las ayudas necesarias, y para los propios trabajadores, quienes se encuentran en una situación de estrés y ansiedad insostenible.
Falta de medios, exceso de trabajo y violencia
A la falta de personal y la sobrecarga de trabajo en los servicios sociales de Sevilla, se suman las precarias condiciones laborales y la falta de medios técnicos adecuados. Esta situación, que se agrava con el paso del tiempo, está generando un clima de tensión y desamparo entre los trabajadores, quienes además se ven expuestos a situaciones de violencia por parte de los usuarios.
Los trabajadores de los servicios sociales denuncian la falta de equipos informáticos, fotocopiadoras y escáneres en buen estado, la ausencia de móviles de empresa para algunos trabajadores, el colapso de los correos electrónicos y la falta de adecuación de los despachos de entrevistas para atender a los menores. Esta situación «agrava la ya penosa responsabilidad de estos profesionales a la hora de realizar su trabajo», según los delegados sindicales de CSIF en el Ayuntamiento de Sevilla.
Equipos incompletos y decisiones unilaterales
A pesar de las promesas de reconstituir los equipos básicos de menores en los centros de servicios sociales, la realidad es que la falta de personal sigue siendo un problema grave. Los trabajadores denuncian que la valoración de las situaciones familiares por parte de un solo profesional, además de ser ilegal, genera un desgaste emocional y un daño psicológico tremendo en ellos. «Cuatro o seis ojos ven más que dos», afirman, y la toma de decisiones unilaterales, basada en las experiencias personales y el perfil profesional del trabajador, no es beneficiosa para el bienestar de los menores, sus familias ni la salud de los profesionales.
Los trabajadores, a pesar de su compromiso con su labor, se ven desbordados por la carga de trabajo y la falta de recursos. «Llega un momento en el que ya no podemos más con este ritmo», afirman. Esta situación, sumada a la necesidad de atender a un perfil de usuarios con necesidades tanto económicas como psicológicas, genera un clima de tensión que puede desembocar en violencia. «Necesitan que se les escuche y dedique un tiempo que, con el panorama actual, es imposible», explican. «No se justifica, pero cuando a una persona se le dice en varias ocasiones que no se le puede atender, que vuelva en otro momento, puede generar una reacción agresiva y eso puede estar detrás del aumento de ese tipo de respuestas que estamos sufriendo, con amenazas de muerte incluidas», concluyen.
Es necesario que el Ayuntamiento de Sevilla tome medidas urgentes para abordar esta situación crítica, mejorando las condiciones laborales, proporcionando los medios técnicos necesarios y aumentando la plantilla de personal. La atención a los colectivos más vulnerables no puede esperar.