En la tarde del pasado sábado, un incendio de origen aún por determinar arrasó el atrio de la iglesia de San Antonio Abad, sede de la venerada Hermandad del Silencio. Las llamas, que se iniciaron alrededor de las 14:45 horas, consumieron en pocos minutos la zona donde los fieles depositaban sus ofrendas a San Judas Tadeo, provocando daños irreparables en la imagen del santo.
La rápida intervención de los Bomberos de Sevilla evitó que las llamas se propagaran al interior del templo, salvaguardando así un valioso patrimonio histórico-artístico. Sin embargo, el fuego causó estragos en el atrio, carbonizando la imagen de San Judas Tadeo y dañando severamente el entorno donde era venerado.
Rápida intervención de #Bomberos y #PolicíaSevilla en un incendio declarado a las 14:45 h. en la Iglesia del Silencio, en la calle Alfonso XII #Sevilla
No hay personas afectadas#Bomberos ha apuntalado algunas zonas tras controlar el siniestro.
Hay daños en el patrimonio… pic.twitter.com/CSrlIbvWQJ— Emergencias Sevilla (@EmergenciasSev) October 26, 2024
Según testigos presenciales, las llamas se concentraron en la zona de las velas, un lugar cargado de simbolismo y devoción para los fieles. La imagen del santo, una pequeña talla policromada de gran valor sentimental, sufrió graves quemaduras que le arrebataron una mano y ennegrecieron su rostro. Asimismo, el pilar que sostenía el altar resultó dañado, al igual que las pinturas del techo.
La noticia del incendio ha causado una profunda consternación entre los sevillanos y, especialmente, entre los hermanos de la Hermandad del Silencio. Numerosos fieles se han acercado al lugar de los hechos para expresar su pesar y solidaridad.
Desde el Ayuntamiento de Sevilla se han puesto en marcha las primeras actuaciones para evaluar los daños y coordinar las tareas de restauración. Expertos en restauración analizarán las posibilidades de recuperar la imagen de San Judas Tadeo, aunque la tarea se presenta compleja debido a la gravedad de las quemaduras.
«Un acto de valentía en medio de la tragedia»
Antonio Gil Lechuga, testigo presencial del incendio ocurrido en la iglesia y persona que grabó el vídeo publicado en redes, ha querido compartir su versión de los hechos para defender la actuación del joven que intentó sofocar las llamas con un extintor.
«Muchas personas están cuestionando por qué el chico no actuó más rápido. La realidad es que la situación era extremadamente peligrosa. El techo estaba a punto de colapsar y las llamas se propagaban rápidamente. A pesar de ello, el joven hizo todo lo que estuvo a su alcance para controlar el fuego. Yo mismo le grité que se alejara porque temía por su vida. Era evidente que un extintor no era suficiente para combatir un incendio de esa magnitud».
Gil Lechuga, quien grabó el video que se ha viralizado, ha querido aclarar que el joven no es un desconocido, sino el novio de la hija de la mujer que vive en la vivienda afectada. «La chica estaba llamando a los bomberos mientras su novio intentaba lo imposible. Decidieron no salir a comer fuera ese día y se quedaron en casa. Si hubieran salido, el incendio podría haberse propagado a la iglesia».
El testigo ha querido resaltar la valentía del joven y la rápida respuesta de los bomberos, quienes lograron controlar la situación antes de que fuera peor. «Gracias a ellos, se evitó una tragedia mayor. Es importante reconocer el esfuerzo de todos los involucrados en este incidente».
Salvados «de milagro»
Manuel Ángel Calvo, secretario de la Hermandad del Silencio, expresó su alivio al comprobar que la talla de San Judas Tadeo se había «salvado milagrosamente» del fuego. «La imagen ha quedado cubierta de hollín, pero está prácticamente intacta», afirmó.
Como consecuencia del incendio, la iglesia permaneció cerrada durante el resto del sábado y la misa vespertina fue igualmente cancelada. El acceso se realizará únicamente por la puerta de la calle El Silencio, ya que el atrio permanecerá acordonado.
La coincidencia de este incendio con la festividad de San Judas Tadeo, que se celebra este lunes 28 de octubre, añade un punto de ironía al suceso, ya que el santo es invocado en situaciones difíciles y desesperadas.