El equipo de José Luis Sanz ha aprobado inicialmente hoy la modificación del artículo 12 de la Ordenanza Municipal de Medidas para el Fomento y Garantía de la Convivencia Ciudadana en los Espacios Públicos de Sevilla.
Prohibiciones y multas
El cambio incluye la prohibición de transitar o permanecer en la vía pública o espacios públicos sin ropa o únicamente en ropa interior, con ropa o complementos que representen los genitales del ser humano o con muñecos/as o elementos de carácter sexual.
El régimen sancionador seguirá entre los 750 y los 1.500 euros. El gobierno municipal expone que “el devenir de los acontecimientos plantea la necesidad de abordar la modificación de la ordenanza, tratando con ello de proteger no sólo la imagen de la ciudad sino la convivencia de la ciudadanía, siendo imprescindible dicha modificación para dar cobertura a las conductas incívicas, tratando en todo caso de garantizar los derechos y las libertades individuales”.
Disfraces, charangas y altavoces
El cambio en la ordenanza será publicado ahora en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y en la página web municipal, y se abrirá un trámite de información pública a fin de que se puedan presentar alegaciones.
Los grupos disfrazados, con charangas y altavoces, para despedir la soltería de un (o una) integrante se han hecho constantes por las calles del centro de Sevilla. Especialmente los fines de semana y puentes festivos. Un tipo de turismo que causa importantes molestias a los residentes y a los transeúntes, de ahí las numerosas quejas que se publican en las redes sociales.
Ejemplo en otras ciudades
En Málaga, el alcalde Francisco de la Torre sacó adelante el pasado invierno un cambio en la ordenanza de seguridad ciudadana que multa a quienes transiten por las calles de la capital de la Costa del Sol en ropa interior o exhibiendo elementos sexuales.
En esta ciudad ya se sancionaba a quienes hacían uso, sin permiso, de altavoces o amplificadores de voz, como ocurre en muchas ocasiones en el Casco Antiguo hispalense.
Refuerzos policiales y control
Hace cinco años, el equipo de Juan Espadas reforzó el control de la Policía Local sobre las despedidas de soltero para dar respuesta a cualquier conducta incívica que se pueda detectar en la vía pública y vaya contra la ordenanza para el fomento y la garantía de la convivencia ciudadana en los espacios públicos.
La apuesta era más control policial con la misma ordenanza. En su capítulo 15 detalla que “queda prohibida en el espacio público toda conducta de menosprecio a la dignidad de las personas, así como cualquier comportamiento discriminatorio, sea de contenido xenófobo, racistas, sexista u homófobo, o de cualquier otra condición o circunstancia personal o social, de hecho, por escrito o de palabra, mediante insultos, o burlas. Será sancionada con multa de 750 a 1.500 euros”. Este es uno de los artículos de una normativa que fue aprobada hace ahora quince años.