Sevilla estrena cámaras para multar la invasión del carril bus, 260 euros por infracción desde el 1 de julio

Al tratarse de vías preferentes, el Ayuntamiento aplica un recargo del 30%, elevando la multa máxima hasta los 260 euros

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Agente de la Policía Local y un Guardia Civil multando a un automóvil.
Policía Local de Sevilla multando a un vehículo.

A partir del próximo 1 de julio, Sevilla pondrá en marcha un nuevo sistema de vigilancia mediante cámaras con visión artificial para controlar y sancionar a los conductores que invadan los carriles reservados al transporte público. La medida, impulsada por la empresa municipal Tussam, pretende mejorar la velocidad, puntualidad y eficacia del servicio de autobuses, limitando el acceso indebido de vehículos privados a estos espacios prioritarios.

Con una inversión de 105.279 euros, el sistema incorpora cámaras inteligentes que identificarán automáticamente las infracciones y enviarán la información en tiempo real a la Dirección General de Tráfico (DGT) y a la Agencia Tributaria para la correspondiente tramitación de sanciones. El objetivo principal es favorecer el uso del transporte público y disminuir la congestión causada por vehículos no autorizados.

La iniciativa llega tras el fracaso de anteriores intentos, como las «aletas de tiburón» o las líneas rojas pintadas en los carriles, que no lograron frenar la invasión de estos espacios reservados.

¿Qué vehículos pueden usar el carril bus en Sevilla?

La ordenanza de circulación del Ayuntamiento de Sevilla permite el uso de los carriles bus a:

Autobuses de servicio regular o discrecional

Vehículos de transporte escolar o especial con pasajeros

Motocicletas y ciclomotores

Vehículos eléctricos (salvo que la señalización indique lo contrario)

Solo se permite a otros vehículos acceder al carril en caso de que la línea divisoria sea discontinua y únicamente para incorporarse a calles adyacentes o aparcamientos. Queda terminantemente prohibido parar o estacionar, salvo en los casos autorizados.

Las sanciones de hasta 260 euros

Invadir un carril bus en Sevilla será considerado una infracción grave, sancionada con entre 101 y 200 euros según la ley. Sin embargo, al tratarse de vías preferentes, el Ayuntamiento aplica un recargo del 30%, elevando la multa máxima hasta los 260 euros.

En caso de acogerse al pronto pago, el importe se reduce a 130 euros. Cabe destacar que esta infracción no conlleva pérdida de puntos del carné de conducir.

¿Dónde están ubicadas las cámaras en Sevilla?

Las 11 cámaras ya instaladas cubren puntos clave de la ciudad con una alta densidad de tráfico y paso de autobuses. Estos son los lugares donde estarán operativas:

Paseo de Colón con calle Dos de Mayo

Paseo de Colón con calle Antonia Díaz

Calle Arjona con Plaza de La Legión

Ronda de Capuchinos con Carretera de Carmona

Calle Recaredo con San Alonso de Orozco

Plaza Doña María de las Mercedes (acceso a Av. Carlos V)

Calle Resolana con calle Feria

Calle Enramadilla con Avión Cuatro Vientos

Calle Torneo con calle Narciso Bonaplata

Calle Torneo con calle Baños

Puente del Cristo de la Expiración – Estación Plaza de Armas

Vehículos eléctricos, ¿autorizados o no?

Uno de los puntos que ha generado controversia es el acceso de los vehículos eléctricos. Aunque la ordenanza los incluye entre los autorizados a circular por carriles bus, la nueva señalización vertical instalada en algunos puntos omite esta mención, lo que ha creado dudas entre los conductores. El Ayuntamiento aún no ha aclarado si habrá excepciones en determinadas zonas.

Esta medida forma parte de una estrategia global para promover el uso del transporte público frente al vehículo privado, reducir la contaminación y facilitar los desplazamientos urbanos. La delimitación de vías preferentes, claramente marcadas con líneas rojas, y su vigilancia automatizada pretenden disuadir a los infractores y agilizar los trayectos en autobús.

Con este nuevo sistema, Sevilla se suma a otras ciudades que han apostado por la tecnología como herramienta clave en la gestión eficiente del tráfico urbano. La cuenta atrás ya ha comenzado: desde el 1 de julio, invadir el carril bus no solo perjudicará al transporte público, sino también al bolsillo.