Coches en pleno atasco en Sevilla Este.
Tremendo atasco en Sevilla Este, el carril del tranvibús libre... Reducción de carriles.

Sevilla Este y la avenida de Kansas City comparten un mismo atasco con menos carriles y más enfado al volante

En Sevilla se sufren un mismo atasco por el colapso tras la eliminación de carriles por el tranvibús

 

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El regreso del tráfico intenso con la llegada del otoño ha puesto a prueba la paciencia de los conductores tanto en Kansas City como en Sevilla Este, donde la movilidad urbana se ha convertido en el tema más comentado entre ciudadanos y profesionales del volante.

La reducción de carriles de circulación para dar paso a un sistema de transporte público con plataforma reservada —el llamado tranvibús— ha provocado que haya muchas retenciones diarias y malestar generalizado entre los usuarios de la vía.

En el caso sevillano, la Avenida Alcalde Luis Uruñuela, una de las arterias más transitadas del este de la capital andaluza, se ha convertido en un punto negro para el tráfico desde que se ejecutó la reordenación viaria.

La creación de una plataforma exclusiva para el tranvibús, que conecta con el entorno de Palacio de Congresos (FIBES) y la zona de Sevilla Este, ha implicado la supresión de un carril por sentido, reduciendo drásticamente la capacidad de absorción del tráfico.

Quejas crecientes y tiempos de espera multiplicados por los atascos

Los conductores que circulan a diario por Uruñuela aseguran que el cambio ha sido “demoledor” para la fluidez del tráfico. Lo que antes era un trayecto rápido —solo “cinco minutos de reloj”— se ha convertido ahora en una espera de hasta veinte minutos o más, sobre todo en las horas punta de entrada y salida de colegios y trabajos.

“Antes tardaba nada en llegar desde Kansas City hasta el Palacio de Congresos, pero ahora tengo que salir veinte minutos antes si no quiero llegar tarde”, lamenta María Gómez, conductora habitual y trabajadora en la zona.

La situación se agrava en los cruces con Avenida de Montesierra y Luis Montoto, donde las colas son diarias y las intersecciones se bloquean con facilidad y las numerosas rotondas que dificultan aún más el tráfico.

Los taxistas también han elevado sus quejas. “Cada carrera hacia Sevilla Este se convierte en una pérdida de tiempo y combustible”, explica Antonio Vázquez, conductor con más de 15 años de experiencia.

“El cliente se queja del precio, pero no entiende que ahora un trayecto de cinco minutos puede tardar el triple por culpa de los atascos”, inciden sobre los atascos. "Yo tengo la certeza que de todo esto tiene la culpa el tranvibús" asevera.

Tranvibús, el proyecto que divide a los ciudadanos

El proyecto del tranvibús, impulsado por el Ayuntamiento de Sevilla como parte de una estrategia de movilidad sostenible, busca fomentar, fundamentalmente, el transporte público y reducir la contaminación.

No obstante el impacto inicial en el tráfico ha abierto un debate entre quienes lo defienden como una medida necesaria a largo plazo y quienes lo consideran una imposición mal planificada.

Las asociaciones de vecinos de Sevilla Este reclaman una mejor coordinación de semáforos y un plan de adaptación del tráfico durante las horas de mayor afluencia.

Asociaciones de ciudadanos han pedido una revisión del tráfico, asegurando que “no se puede penalizar al coche privado de esta manera sin ofrecer alternativas reales”.

Curiosamente, en Kansas City se repite una situación muy similar, la introducción de nuevos carriles exclusivos para el tranvibús ha generado también congestión y críticas de los conductores. En ambos casos, la idea de favorecer la movilidad sostenible ha chocado con la realidad donde el vehículo privado sigue siendo el medio principal de desplazamiento.

La tensión entre movilidad sostenible y funcionalidad en el tráfico parece inevitable en el corto plazo. Mientras el ayuntamiento defiende la necesidad de reducir el uso del coche y priorizar el transporte público, los ciudadanos sufren las consecuencias inmediatas de un modelo en transición.

El mes de octubre ha evidenciado que los atascos no son un problema pasajero, sino un problema de planificación urbana que requerirá ajustes. En Sevilla, los conductores coinciden en una misma conclusión que es que pese a las buenas intenciones del transporte verde no deberían traducirse en veinte minutos de atasco para recorrer apenas dos kilómetros.